Forma: mi placa antiestrés

Alimentos para elegir para mantenerse en forma sin dejar de ser zen

Sí al magnesio y las vitaminas B 

El magnesio es el oligoelemento antiestrés por excelencia. Esencial para la producción de serotonina, tiene un efecto calmante. Los gourmets estarán felices, el chocolate contiene mucho. Especialmente negro, porque cuanto más rico en cacao, más magnesio contiene. Otros alimentos preferidos: frutos secos (ciruelas pasas, albaricoques, etc.), semillas oleaginosas (nueces, almendras, etc.) y legumbres. Buen reflejo también: elija agua mineral rica en magnesio como Hépar, Badoit, Vichy. Las vitaminas B6 y B9 son las aliadas de un buen equilibrio nervioso.

 Para recargar energías, come al menos 5 frutas o verduras al día, espolvorea las ensaladas con germen de trigo. Y en su lugar elige cereales integrales y pan, porque las vitaminas, concentradas en la cáscara del grano, se conservan mejor que en los productos refinados.

¡Las proteínas, las grasas y los carbohidratos son buenos para la moral!

Las proteínas juegan un papel importante en el funcionamiento de todas las células del cuerpo y, por lo tanto, también las del cerebro. Están compuestos por aminoácidos, entre ellos el triptófano, el más interesante para nuestro bienestar emocional porque estimula la producción de serotonina.

 Esta hormona juega un papel importante en el estado de ánimo, la ansiedad, el sueño e incluso la depresión. Entre los alimentos más ricos en triptófano: huevos, carnes, determinados pescados como el bacalao o el rape, la leche y los quesos duros (parmesano o gruyere). Sin olvidar las proteínas vegetales como la soja y las legumbres (lentejas, guisantes, etc.). El ritmo adecuado: tres lácteos al día, 200 g de carne o pescado repartidos entre comida y cena, y legumbres tres veces por semana. El cerebro también necesita lípidos, es decir, grasas, porque

 aseguran una buena transmisión entre neuronas. Un activo para aliviar el estrés. Apuesta por los omega 3 y 6 que son muy buenos reguladores del estado de ánimo. En el menú: pescados grasos (salmón, sardinas, caballa) dos o tres veces por semana, y para condimentos, varían entre los aceites de colza, nuez, soja, oliva y pepitas de uva. Finalmente, los carbohidratos, especialmente los azúcares complejos, son el combustible esencial para el sistema cerebral. Consumir muy poco corre el riesgo de causar hiperemotividad. ¡Así que lo comemos en cada comida! Para el desayuno, alternar entre pan, cereales o bizcochos. Al mediodía y por la noche, opta por pan o alimentos con almidón (pasta, sémola, patatas, legumbres, etc.), y añade 2-3 frutas al día por su ingesta de azúcares simples, que el cerebro también necesita para funcionar. . ¡Mollo con dulces!

Alcohol y cafeína, con moderación.

Las bebidas alcohólicas y a base de cafeína tienen un efecto estimulante interesante contra los golpes de bomba, que son comunes cuando uno está estresado. Maíz Si consume demasiado, el sistema nervioso puede sobreestimularse, lo que vuelve a generar ansiedad.. Diariamente, limítese a dos cafés, o el equivalente a 100 ml, y un vaso de alcohol. En cuanto a las bebidas energéticas o las gaseosas, es mejor beberlas solo de vez en cuando.

Sin olvidar el placer de comer ...

Si la comida que ponemos en nuestro plato es de gran ayuda para ganar serenidad, la forma en que la consumimos lo es tanto. Tragar su comida a toda velocidad en la esquina del escritorio es francamente estresante. Para más zenitud, comer sus comidas entranquilo, ocúpate de la presentación de los platos y aprovecha para compartir estos momentos con tus seres queridos. Preste atención a lo que come, porque el placer de saborear los alimentos que ama le produce una sensación de bienestar. No es cuestión de privarse de ella.

* Coautor, con el Dr. Florian Ferreri, del “Régimen Anti-Depresión”, ed. Odile Jacob.

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