Los smartphones nos hacen pensionistas

El paso de una persona moderna ha cambiado mucho, la velocidad de movimiento ha disminuido. Las extremidades se adaptan al tipo de actividad para evitar obstáculos que son difíciles de ver al mirar el teléfono mientras revisamos el correo o enviamos mensajes de texto. Los investigadores dicen que, a largo plazo, estos cambios en el paso pueden causar problemas de espalda y cuello.

El autor principal del estudio, Matthew Timmis, de la Universidad Anglia Ruskin en Cambridge, dijo que la forma en que una persona camina se ha vuelto similar a la de un jubilado de 80 años. Descubrió que a las personas que escriben mensajes sobre la marcha les resulta más difícil caminar en línea recta y levantar más la pierna al subir a la acera. Su paso es un tercio más corto que el de los usuarios que no usan teléfonos inteligentes, ya que dependen de su visión periférica menos clara para evitar caídas u obstáculos repentinos.

“Tanto los usuarios de teléfonos inteligentes muy mayores como los avanzados se mueven lenta y cuidadosamente, en pequeños pasos”, dice el Dr. Timmis. – Estos últimos aumentan significativamente la inclinación de la cabeza, porque miran hacia abajo cuando leen o escriben textos. En última instancia, esto puede afectar la parte baja de la espalda y el cuello, cambiando irreversiblemente la posición y la postura del cuerpo”.

Los científicos instalaron rastreadores oculares y sensores de análisis de movimiento en 21 personas. Se estudiaron 252 escenarios separados, durante los cuales los participantes caminaron, leyeron o escribieron mensajes, con o sin hablar por teléfono. La actividad más difícil fue escribir un mensaje, lo que les hizo mirar el teléfono un 46 % más y un 45 % más que cuando lo leían. Esto obligó a los sujetos a caminar un 118 % más lento que sin un teléfono.

Las personas se movían un tercio más lento cuando leían un mensaje y un 19 % más lento cuando hablaban por teléfono. También se observó que los sujetos tenían miedo de chocar con otros peatones, bancos, farolas y otros obstáculos, y por lo tanto caminaban torcidos y desiguales.

“La idea del estudio surgió cuando vi de espaldas a un hombre que caminaba por la calle como si estuviera borracho”, dice el Dr. Timmis. Era de día, y me pareció que todavía era bastante temprano. Decidí ir a él, ayudarlo, pero vi que estaba atrapado en el teléfono. Luego me di cuenta de que la comunicación virtual está cambiando fundamentalmente la forma en que camina la gente”.

El estudio mostró que una persona pasa un 61% más de tiempo superando cualquier obstáculo en el camino si se mueve con un teléfono inteligente en las manos. La concentración de la atención se reduce, y lo peor es que esto afecta no solo la marcha, la espalda, el cuello, los ojos, sino también todos los ámbitos de la vida humana. Al hacer diferentes cosas al mismo tiempo, el cerebro pierde la capacidad de concentrarse por completo en una sola cosa.

Mientras tanto, China ya ha introducido caminos especiales para peatones para aquellos que se mueven con teléfonos, y en los Países Bajos, se han construido semáforos en las aceras para que las personas no ingresen accidentalmente a la calzada y sean atropelladas por un automóvil.

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