La herida varicosa

La herida varicosa

¿Una herida en la pierna que no cicatriza? Puede ser una herida varicosa, es decir, una úlcera varicosa. Ocurre en la última etapa de la evolución de la insuficiencia venosa crónica secundaria a varices o secuelas de flebitis. Aunque no sea muy doloroso, requiere de tratamientos locales adecuados, acompañados del manejo de la enfermedad venosa en cuestión para evitar la recurrencia.

¿Qué es una úlcera varicosa?

Definición

Las venas varicosas, también conocidas como úlceras varicosas o úlceras venosas, son una complicación de las venas varicosas o flebitis que generalmente ocurre después de un largo período de desarrollo.

Se presenta como una herida en la pierna, clásicamente en el tobillo, con pérdida de sustancia cutánea, cuyo tiempo de curación es superior a un mes. Si no se trata, puede sobreinfectarse y persistir durante meses o incluso años.

Una úlcera venosa se distingue de una úlcera arterial, que resulta de una enfermedad arterial de las extremidades inferiores, generalmente relacionada con la aterosclerosis o la diabetes.

Causas

La herida varicosa ocurre en la fase tardía de la evolución de la insuficiencia venosa crónica. Las venas superficiales o profundas ya no proporcionan un retorno venoso correcto al corazón y la sangre tiende a estancarse.

  • En las personas con varices, existe una pérdida de elasticidad de las venas así como una disfunción de las válvulas que equipan la pared de los vasos, cuya función es prevenir el reflujo.
  • La insuficiencia venosa también puede deberse a las secuelas de flebitis (trombosis venosa). En este caso, el estancamiento de la sangre y el aumento de la presión arterial eventualmente conducen a un daño irreversible de las válvulas.
  • Más raramente, una enfermedad congénita, la insuficiencia valvular profunda primaria, es responsable de la insuficiencia venosa.
  • También se encuentra a menudo una deficiencia de la bomba de los músculos de la pantorrilla.

En todos los casos, la estasis (estancamiento de la sangre) provoca hipertensión en las piernas y los tobillos, así como la fuga de líquido inflamatorio. El sufrimiento de los tejidos está relacionado con la presencia de toxinas y la falta de suministro de nutrientes y oxígeno. Da lugar a su destrucción (necrosis).

Diagnóstico

El examen clínico realizado por el flebólogo permite realizar el diagnóstico y evaluar la gravedad de la herida. Se pueden tomar medidas y fotografías de la herida.

Es útil conocer la historia del paciente (flebitis, edad de las varices, etc.). 

El médico también busca asegurarse de que el daño arterial no esté involucrado en el origen de la úlcera. Podrá buscar síntomas asociados (en particular dolor y claudicación intermitente), sentir los pulsos arteriales y medir la presión a nivel del tobillo.

Eco-doppler venoso 

Esta prueba de imagen se utiliza para visualizar el flujo sanguíneo y evaluar su velocidad. Se utiliza para identificar el origen de la úlcera varicosa. 

Exámenes adicionales

Varios exámenes permiten refinar el diagnóstico:

  • análisis de sangre
  • muestras bacterianas,
  • biopsias ...

La gente interesada

La frecuencia de las úlceras venosas aumenta con la edad. En algunos estudios, las úlceras en las piernas (relacionadas 9 de cada 10 veces con daño venoso) afectan hasta el 1% de la población general, el 3% de los mayores de 65 años y el 5% de los mayores de 80 años.

Existe un claro predominio femenino de la enfermedad.

Los factores de riesgo

Estos son los de insuficiencia venosa:

  • herencia
  • en mujeres, estado hormonal,
  • postura de pie prolongada,
  • la inactividad física,
  • sobrepeso
  • de fumar,
  • exposición repetida al calor (baños muy calientes, suelo radiante, etc.) ...

Los síntomas de las varices

Señales de advertencia

La insuficiencia venosa crónica se manifiesta por diversos síntomas: piernas pesadas, edema, presencia de arañas vasculares (pequeñas vénulas violáceas en la superficie) o varices, calambres, etc.

Los cambios cutáneos suelen preceder a la formación de la herida varicosa:

  • dermatitis ocre (manchas ocre en la piel),
  • una atrofia blanquecina,
  • hipodermatitis (inflamación de la dermis profunda),
  • eccema varicoso (parches rojizos que pican).

Evolución de la lesión

La herida varicosa se encuentra debajo de la rodilla, generalmente en el tobillo, en el área del maléolo. Puede aparecer como resultado de un rascado intenso o un golpe leve.

La piel se agrieta y forma un cráter con bordes irregulares y rojizos, a veces de aspecto muy espectacular.

La apariencia de la herida varía según la etapa de desarrollo:

  • La necrosis tisular se indica primero por un color negruzco.
  • En la etapa fibrosa, la herida se cubre con una capa amarillenta y supura con frecuencia. Los riesgos de infección son elevados. Las heridas purulentas tienen un aspecto verdoso.
  • El proceso de curación es difícil. Primero da como resultado brotes carnosos, antes de que la epidermis cubra la herida.

También debe tenerse en cuenta que una úlcera arterial se asienta con mayor frecuencia en el pie, en áreas de fricción.

dolor

Las heridas varicosas no suelen ser muy dolorosas. El dolor significativo sugiere la presencia de un componente arterial o sobreinfección.

Tratamiento de heridas varicosas

Atención local

Realizada por una enfermera, la atención local debe adaptarse al estadio de evolución de la úlcera. La curación requiere cuidados regulares (varias veces a la semana) durante períodos bastante prolongados.

Primero se limpia cuidadosamente la herida, convencionalmente con agua y jabón o usando una solución de tipo betadine cuando la herida está infectada. Si es necesario, la enfermera realiza un detrito, es decir, una limpieza profunda con eliminación de detritos fibrinosos.

El cuidado se completa con la rotura de un apósito adecuado, por ejemplo:

  • apósitos grasos si la herida está seca,
  • apósitos absorbentes (hidrocelulares, alginatos) en caso de exudación,
  • apósitos hemostáticos (alginatos) en caso de flujo sanguíneo,
  • apósitos de plata en caso de sobreinfección.

Se han probado los apósitos de miel en el tratamiento de las úlceras venosas, pero no parecen ser eficaces.

Compresión (retención venosa)

El tratamiento de la causa de la herida varicosa es imperativo. La compresión elástica se utiliza para reducir el edema local y mejorar el retorno venoso. El médico adapta su prescripción según el estadio de cicatrización de la herida, la presencia o ausencia de edema y la tolerancia del paciente.

Existen diferentes dispositivos, que deben usarse las 24 horas del día o desde el amanecer hasta el atardecer:

  • Los vendajes multicapa (varias bandas superpuestas) son generalmente los más adecuados al inicio del tratamiento,
  • A menudo se ofrecen bandas elásticas simples o medias de compresión elásticas como segundo paso.

Tratamiento de varices

Generalmente necesario para prevenir la recurrencia, el tratamiento de las varices implica, en particular, escleroterapia y cirugía venosa.

El trasplante

Los injertos de piel en pastillas o mallas son posibles cuando una úlcera varicosa resiste los tratamientos convencionales durante más de 6 meses.

Soporte global

El médico se asegura de que la vacunación antitetánica esté actualizada. El manejo también puede incluir medidas higieno-dietéticas (lucha contra el sobrepeso o contra la desnutrición), tratamiento analgésico, drenaje linfático realizado por fisioterapeuta, etc.

Prevenir las varices

La prevención de las varices se basa en los mismos principios que la de la insuficiencia venosa.

Las reglas de higiene de la vida juegan un papel fundamental. La actividad física estimula la circulación sanguínea y previene la aparición de varices. Le recomendamos que camine al menos 30 minutos al día, al menos tres veces a la semana. Más concretamente, todos los deportes que trabajan las pantorrillas (ciclismo, baile, etc.) mejoran el retorno venoso.

Otras medidas (dormir con los pies elevados, evitar baños demasiado calientes, sauna, suelo radiante, exposición prolongada al sol o incluso ropa ajustada que impida la circulación sanguínea, etc.) son especialmente necesarias en personas con ya mala circulación. ¡También tenga cuidado con los viajes en avión!

También conservaremos nuestro capital venoso manteniendo un peso saludable, adoptando una dieta equilibrada y evitando fumar.

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