Fiebre tifoidea, ¿qué es?

Fiebre tifoidea, ¿qué es?

La fiebre tifoidea se caracteriza por una infección bacteriana. Afecta particularmente a las poblaciones de los países en desarrollo. Existe un tratamiento eficaz y una vacuna preventiva contra esta enfermedad.

Definición de fiebre tifoidea

La fiebre tifoidea es causada por una infección bacteriana y, en particular, por una sepsis ligada a este agente infeccioso (infección de todo el cuerpo a través del paso a través de la sangre).

Sin un diagnóstico y tratamiento oportunos, esta infección bacteriana puede ser muy grave e incluso mortal.

La bacteria involucrada es Salmonella typhi. Este último suele transmitirse a través de los alimentos. La fiebre tifoidea es muy contagiosa. La transmisión de la enfermedad suele ser fecal-oral.

Las causas de la fiebre tifoidea.

La fiebre tifoidea es causada por una infección bacteriana. Salmonella typhi. Esta bacteria se encuentra particularmente en excrementos de animales y humanos. Por tanto, puede transmitirse de un hombre a otro mediante la manipulación o encontrarse en los alimentos (cultivos cuyo suelo está contaminado) o en el agua.

Las poblaciones más afectadas por este tipo de infecciones son aquellas cuyos medios de saneamiento no son óptimos (en los países en desarrollo en particular).

Otras fuentes de contaminación pueden ser:

  • usar un inodoro contaminado y luego llevarse las manos a la boca
  • consumo de mariscos que viven en agua contaminada
  • consumo de tubérculos (zanahorias, puerros, etc.), cultivados en suelo contaminado
  • consumo de leche contaminada

¿A quiénes afecta la fiebre tifoidea?

La fiebre tifoidea afecta particularmente a las poblaciones de los países en desarrollo, cuyo sistema de saneamiento no es óptimo.

Los niños también tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, incluida una mayor tendencia a llevarse las manos a la boca. Además, su sistema inmunológico es menos efectivo, su cuerpo es más sensible a las infecciones y complicaciones asociadas.

Evolución y posibles complicaciones de la fiebre tifoidea

Las complicaciones de una infección que causa fiebre tifoidea no suelen aparecer hasta que no se recibe tratamiento.

Estas complicaciones están asociadas con:

  • hemorragia interna, especialmente del sistema intestinal
  • una perforación en los intestinos que hace que las bacterias se propaguen por todo el cuerpo.

Los síntomas de la fiebre tifoidea

Los síntomas asociados con la fiebre tifoidea suelen aparecer después de dos semanas de contaminación bacteriana.

El manejo y el tratamiento oportunos de la fiebre tifoidea pueden reducir los síntomas en un plazo de 3 a 5 días.

A la inversa, el diagnóstico y el tratamiento tardíos pueden tener consecuencias mucho más graves en unas pocas semanas. En unos meses, los síntomas pueden volverse irreversibles y el pronóstico vital de la persona puede deteriorarse rápidamente.

Los síntomas generales de la fiebre tifoidea son:

  • fiebre alta (entre 39 y 40 ° C)
  • dolores de cabeza
  • dolor muscular
  • dolor de barriga
  • pérdida de apetito
  • estreñimiento y / o diarrea
  • la aparición de granos en el cuerpo
  • un estado de confusión.

Factores de riesgo de fiebre tifoidea

Dado que la fiebre tifoidea es causada por una infección bacteriana, el factor de riesgo asociado es la exposición al patógeno. Esto implica en particular el consumo de alimentos y / o agua contaminados o incluso la transmisión fecal-oral de un individuo contaminado.

¿Cómo prevenir la fiebre tifoidea?

La prevención de la fiebre tifoidea pasa principalmente por respetar las normas de higiene (lavarse bien las manos antes de comer, no consumir agua sin tener la certeza de que es potable, lavar bien las frutas y verduras, etc.

Hay una vacuna preventiva disponible y muy recomendada para viajar a países endémicos (África, América del Sur, Asia, etc.)

¿Cómo tratar la fiebre tifoidea?

Existe un tratamiento antibacteriano eficaz para la fiebre tifoidea.

El manejo generalmente se lleva a cabo en el domicilio del paciente. Sin embargo, la hospitalización puede ser necesaria para casos un poco más complejos (vómitos y sangrado abundante, contaminación en niños pequeños, etc.).

La búsqueda del patógeno que es el origen de la infección es necesaria aguas arriba para adaptar el tratamiento adecuado. La terapia con antibióticos a domicilio dura entre 7 y 14 días. .

En vista del muy alto riesgo de transmisión, el aislamiento del paciente es importante. En el contexto de las complicaciones de la enfermedad, la cirugía es posible para restaurar el sistema digestivo atacado por la bacteria.

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