¿Qué tipo de ayuda necesita la madre de un recién nacido?

La experiencia de la maternidad en la adolescencia y en la edad adulta es diferente. Nos miramos de otra manera, a nuestros deberes ya la ayuda que nos brindan nuestros seres queridos. Cuanto más mayores somos, más claramente entendemos lo que necesitamos y lo que no estamos preparados para soportar.

Soy madre de dos niños con una gran, o mejor dicho, enorme diferencia de edad. La mayor nació en la juventud estudiantil, la menor apareció a la edad de 38 años. Este evento me permitió dar una nueva mirada a los temas relacionados con la maternidad. Por ejemplo, sobre la relación entre la paternidad exitosa y la presencia de asistencia de calidad y oportuna.

Permítanme ser malo, este tema es realmente problemático. Asistentes, si lo son, en lugar de estar con la familia o la mujer en la forma que ella necesita, ofrecen activamente lo suyo. Con la mejor de las intenciones, basándose en sus propias ideas sobre las necesidades de los padres jóvenes.

Los empujan fuera de la casa para “caminar”, mientras mi madre sueña con sentarse cómodamente a tomar el té. Sin preguntar, comienzan a trapear los pisos y, para su próxima visita, la familia limpia frenéticamente. Les arrebatan al bebé de las manos y lo sacuden para que llore toda la noche.

Después de sentarse con el niño durante una hora, gimieron durante otra hora, lo difícil que fue. La ayuda se convierte en una deuda no pagada. En lugar de un bebé, tienes que alimentar el orgullo de otra persona e imitar la gratitud. Es un abismo en lugar de un apoyo.

El bienestar de los padres recién nacidos depende directamente del número de adultos adecuados cerca.

Si realiza excavaciones arqueológicas de emociones, puede encontrar muchas ideas que empujan a una madre "recién nacida" a este abismo: "ha dado a luz, tenga paciencia", "todos se las arreglaron y usted se las arreglará de alguna manera", "su hijo es necesario". sólo por ti», «¿y qué querías?» y otros. Tal conjunto de ideas exacerba el aislamiento y te alegra cualquier ayuda, sin tartamudear que de alguna manera no es así.

Compartiré los principales conocimientos adquiridos en la maternidad madura: es imposible criar a un hijo sola sin perder la salud. Especialmente un bebé (aunque puede ser tan difícil con los adolescentes que los simpatizantes cercanos son de vital importancia).

El bienestar de los padres recién nacidos depende directamente del número de adultos adecuados cerca. Adecuados, es decir, aquellos que respetan sus límites, respetan los deseos y escuchan las necesidades. Son conscientes de que se trata de personas en un estado de conciencia especial: con ansiedad agudizada, sordera por sueño desgarrado, hipersensibilidad sintonizada con el bebé, cansancio acumulado.

Entienden que su ayuda es una contribución voluntaria a la salud mental y el bienestar corporal de la madre y el bebé, y no un sacrificio, préstamo o heroísmo. Están cerca porque corresponde a sus valores, porque les agrada ver los frutos de su trabajo, porque les da calor en el alma.

Ahora tengo a esos adultos cerca y mi gratitud no conoce límites. Comparo y entiendo cómo mi paternidad madura es más saludable.

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