Psicología

Podríamos vivir felices para siempre y estar bastante contentos con nosotros mismos. Estamos saludables, tenemos familia y amigos, un techo sobre nuestras cabezas, un ingreso estable. Podemos hacer algo, alguien o algo llena la vida de sentido. Entonces, ¿por qué el césped al otro lado de la calle parece más verde? ¿Y por qué estamos tan descontentos con nosotros mismos?

“Si no puedes cambiar la situación, cambia tu actitud hacia ella” es más fácil decirlo que hacerlo. Los investigadores de psicología positiva han identificado diez razones por las que muchos de nosotros no nos sentimos felices cuando podríamos.

1. Altas expectativas

Las esperanzas infundadas y las altas expectativas no sirven: si algo no sale según lo planeado, nos enfadamos. Por ejemplo, soñamos con unas vacaciones espirituales con nuestra familia, pero tenemos una velada que está lejos de ser ideal. Uno de los familiares está de mal humor y la situación se vuelve tensa.

2. Sentirse especial

La confianza saludable es buena. Sin embargo, el que se considera excepcional a menudo se decepciona más tarde: los demás no reconocen su singularidad y lo tratan como a los demás.

3. Valores falsos

El problema es que las tomamos como verdaderas, las únicas correctas. Estar obsesionado con el dinero y un día darte cuenta de que el dinero no lo es todo es un golpe que no todos pueden soportar.

4. Lucha por más

Rápidamente nos acostumbramos a lo que hemos logrado y queremos más. Por un lado, fomenta el esfuerzo constante y el establecimiento de nuevas metas. Por otro lado, nos olvidamos de regocijarnos por lo que se ha logrado, lo que significa que perdemos la confianza en nosotros mismos.

5. Esperanzas puestas en los demás

Tendemos a esperar para ser “felices”, trasladando la responsabilidad de la felicidad a una pareja, familia o amigos. Así, no solo nos hacemos dependientes de los demás, sino que también corremos el riesgo de decepcionarnos cuando resulta que tienen otras prioridades.

6. Miedo a la decepción

El miedo a caer te impide avanzar, el miedo al fracaso no te permite luchar por la felicidad, ya sea la búsqueda de la pareja adecuada o el trabajo de tus sueños. Por supuesto, el que no arriesga nada no puede perder nada, pero al hacerlo excluimos de antemano cualquier posibilidad de ganar.

7. Ambiente equivocado

Muchos de nosotros nos comunicamos principalmente con pesimistas y, con el tiempo, comenzamos a disfrutar cada vez menos de las buenas noticias. Cuando el medio ambiente mira el mundo a través de lentes oscuros y lanza comentarios críticos en cualquier ocasión, no es fácil tener una visión positiva de las cosas.

8. Falsas expectativas

Algunas personas piensan que la felicidad y la satisfacción es un estado natural en el que puedes permanecer todo el tiempo que quieras. Esto no es verdad. La felicidad es fugaz. Dándolo por sentado, dejamos de apreciarlo.

9. Creencia de que la vida consiste en “bandas”

Algunas personas creen que lo bueno siempre es seguido por lo malo. Detrás del blanco, negro, detrás del sol, una sombra, detrás de la risa, lágrimas. Habiendo recibido un regalo inesperado del destino, comienzan a esperar ansiosamente una serie de fracasos, lo que significa que no pueden disfrutar de su felicidad. Esto reduce la calidad de vida.

10. Descuidar tu éxito

Muchas veces no apreciamos nuestros logros, los descartamos: “Sí, nada, solo suerte. Es pura coincidencia.» Al atribuir los éxitos a factores externos, disminuimos nuestras capacidades.

Si valoramos nuestro propio trabajo, recordamos lo que ya hemos conseguido y lo que hemos superado, esto nos ayuda a afrontar los nuevos retos con más tranquilidad. Habrá muchos de ellos, pero no son motivo para estar insatisfecho.


Fuente: Zeit.de

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