3-6 años: sus pequeños tics y peculiaridades

La necesidad de tranquilidad

Estos comportamientos compulsivos (antojos) son parte de trastornos menores de ansiedad. El niño se muerde las uñas, se retuerce el pelo o mordisquea su suéter para controlar sus tensiones internas, esto le permite descargar su agresividad (ganas de morder) y obtener placer (chuparse los dedos, el suéter). Estos pequeños gestos involuntarios de autocontacto lo tranquilizan, un poco como el pulgar o el chupete de que los pequeños no pueden evitar chupar. ¡Pero no te preocupes por eso!

La reacción a un evento que el niño no ha podido manejar.

Estos pequeños caprichos aparecen a menudo a raíz de un hecho que perturbó su vida cotidiana: la entrada al colegio, la llegada de un hermanito, una mudanza… Algo que le preocupaba y que no podía expresar más que mordiéndose las uñas o comiéndose el jersey. Esta pequeña manía puede ser temporal y solo durar el tiempo del evento desencadenante: una vez que los temores del niño hayan disminuido, la pequeña manía desaparecerá. Pero esto puede persistir incluso cuando la situación desencadenante haya desaparecido. Por qué ? Porque el niño (muchas veces nervioso) ha notado que su pequeña manía ha demostrado ser muy eficaz en el manejo diario de una falta de confianza en sí mismo, un sentimiento de inseguridad o una agresividad contenida… Por eso, cada vez que se encontrará en un delicado En esta situación, se entregará a su pequeña manía que con el tiempo se convertirá en un hábito difícil de romper.

Hágase las preguntas adecuadas sobre los tics y manías de su hijo

En lugar de intentar hacerlo desaparecer a toda costa, es mejor buscar las causas de este gesto involuntario e identificar los momentos en los que ocurre: ¿antes de conciliar el sueño? ¿Cuándo lo cuida su niñera? En la escuela ? A continuación, podemos hacerle las preguntas resultantes e intentar hablar con él para averiguar qué le molesta: ¿tiene problemas para conciliar el sueño? ¿Está contento con la persona que lo mantiene? ¿Sigue siendo amigo de Romain? ¿El maestro lo regaña a menudo? Su amable escucha lo tranquilizará y lo hará feliz. ¡Ya no estará solo para llevar esta carga!

Escuchar a su hijo y aceptar sus pequeñas peculiaridades.

Tenga la seguridad de que el hecho de que tenga que remendar las mangas de su suéter todas las semanas o descubra que él menea sistemáticamente su cabello mientras mira televisión, por ejemplo, no significa que su hijo se volverá obsesivo y se llenará de tics. . La ansiedad existe en todos los niños. Evita señalar su defecto en todo momento y hablar de él en público frente a él, podrías ponerte tenso con su manía y, lo que es peor, afectar su autoestima. Por el contrario, trate de restarle importancia y adopte un enfoque más positivo diciéndole que puede ayudarlo a deshacerse de su manía, que tarde o temprano desaparecerá de todos modos. O tranquilícelo diciéndole que usted también tiene la misma manía que él. Se sentirá menos solo, menos culpable y comprenderá que esto no es un impedimento. Si su hijo muestra un deseo de detenerse y le pide su apoyo, puede obtener ayuda de un psicoterapeuta o usar esmalte de uñas amargo, pero solo si está bien, en cuyo caso su paso será percibido como un castigo y estará condenado al fracaso. al fracaso.

¿Cuándo preocuparse por los tics o manías de su hijo?

Observa la evolución de esta manía. Si notas que las cosas están empeorando: por ejemplo que tu hijo se arranca un mechón de pelo o le sangran los dedos, o que esta manía se suma a otros signos de tensión (dificultades sociales, comida, quedarse dormido…), habla con el pediatra que puede derivarlo a un psicólogo si es necesario. Tenga la seguridad de que, en la mayoría de los casos, este tipo de manía desaparece por sí solo alrededor de los 6 años.

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