Psicología

La mayoría de las personas se disculpan formalmente y sin sinceridad, y esto daña las relaciones. El entrenador Andy Molinski habla de cuatro errores que cometemos cuando nos disculpamos.

Admitir tus errores es difícil, y disculparse por ellos es aún más difícil: debes mirar a la persona a los ojos, encontrar las palabras correctas, elegir la entonación correcta. Sin embargo, una disculpa es indispensable si quieres salvar la relación.

Quizás tú, como muchos otros, cometas uno o más errores comunes.

1. Disculpas vacías

Dices, «Bueno, lo siento» o «Lo siento» y crees que es suficiente. Una disculpa vacía es solo un caparazón sin nada dentro.

A veces sientes que hiciste o dijiste algo malo, pero estás tan enojado, decepcionado o molesto que ni siquiera tratas de averiguar cuál es tu culpa y qué se puede hacer para corregir la situación. Solo dices las palabras, pero no les das ningún significado. Y esto es obvio para la persona a la que le estás pidiendo disculpas.

2. Disculpas excesivas

Exclamas: «¡Lo siento mucho! ¡Me siento terrible!" o “¡Siento tanto lo que pasó que no puedo dormir por la noche! ¿Puedo hacer las paces de alguna manera? ¡Pues dime que ya no te ofendo!

Las disculpas son necesarias para corregir un error, resolver diferencias y así mejorar las relaciones. Las disculpas excesivas no ayudan. Llamas la atención sobre tus sentimientos, no sobre lo que hiciste mal.

Tales disculpas solo llaman la atención sobre ti, pero no resuelven el problema.

A veces, las emociones excesivas no se corresponden con el grado de culpa. Por ejemplo, debería haber preparado copias de un documento para todos los participantes de la reunión, pero se olvidó de hacerlo. En lugar de disculparse sucintamente y corregir la situación de inmediato, comienza a pedirle perdón a su jefe.

Otra forma de pedir disculpas en exceso es repetir una y otra vez que lo sientes. Entonces literalmente obligas al interlocutor a decir que te perdona. En cualquier caso, disculparse en exceso no está enfocado a la persona a la que le hiciste daño, a lo que pasó entre vosotros, ni a reparar vuestra relación.

3. Disculpa incompleta

Miras a la persona a los ojos y dices: «Lamento que esto haya sucedido». Tales disculpas son mejores que las excesivas o vacías, pero tampoco son muy efectivas.

Una disculpa sincera que tiene como objetivo reparar la relación tiene tres componentes esenciales:

  • asumir la responsabilidad del papel de uno en la situación y expresar arrepentimiento,
  • pidiendo perdon
  • una promesa de hacer todo lo posible para que lo que pasó nunca volviera a suceder.

Siempre hay algo que falta en una disculpa incompleta. Por ejemplo, puede admitir que tiene parte de culpa por lo que sucedió, pero no exprese arrepentimiento ni pida perdón. O puede referirse a las circunstancias o acciones de otra persona, pero sin mencionar su responsabilidad.

4. Negación

Dices: «Lamento lo que pasó, pero no es mi culpa». Estarías feliz de disculparte, pero tu ego no te permite admitir tu error. Tal vez estés demasiado enojado o decepcionado, así que en lugar de admitir sinceramente tu culpa, te defiendes y lo niegas todo. La negación no te ayudará a reconstruir una relación.

Trate de controlar sus emociones y concéntrese en lo que sucedió y en la persona. Si siente que las emociones lo abruman, tómese un descanso y cálmese. Es mejor disculparse un poco más tarde, pero con calma y sinceridad.

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