Psicología

Una unión ideal, una relación construida únicamente sobre el amor, es uno de los principales mitos. Tales conceptos erróneos pueden convertirse en serias trampas a lo largo del camino matrimonial. Es importante rastrear y desacreditar estos mitos a tiempo, pero no para ahogarnos en un mar de cinismo y dejar de creer en el amor, sino para ayudar a que el matrimonio “funcione” mejor.

1. Solo el amor es suficiente para que las cosas funcionen sin problemas.

Una chispa de pasión, un matrimonio ultrarrápido y el mismo divorcio rápido en un par de años. Todo se convierte en motivo de riña: el trabajo, la casa, los amigos...

Los recién casados ​​Lily y Max tenían una historia de pasión similar. Ella es financiera, él es músico. Ella es tranquila y equilibrada, él es explosivo e impulsivo. “Pensé: ya que nos amamos, todo saldrá bien, ¡todo será como debe ser!” ella se queja con sus amigos después del divorcio.

“No hay mito más engañoso, doloroso y destructivo”, dice la experta en matrimonio Anna-Maria Bernardini. “El amor solo no es suficiente para mantener a una pareja en pie. El amor es el primer impulso, pero el barco debe ser fuerte y es importante reponer combustible constantemente”.

La Universidad Metropolitana de Londres realizó una encuesta entre parejas que han vivido juntas durante muchos años. Admiten que el éxito de su matrimonio depende más de la integridad y el espíritu de equipo que de la pasión.

Consideramos que el amor romántico es el ingrediente clave para un matrimonio feliz, pero esto es incorrecto. El matrimonio es un contrato, se ha percibido durante tantos siglos antes de que el amor fuera considerado el componente principal del mismo. Sí, el amor puede continuar si luego se transforma en una asociación exitosa basada en valores compartidos y respeto mutuo.

2. Necesitamos hacer todo juntos

Hay parejas que supuestamente tienen «un alma para dos cuerpos». Marido y mujer hacen todo juntos e incluso teóricamente no pueden imaginar una ruptura en las relaciones. Por un lado, este es el ideal al que muchos aspiran. Por otro lado, el borrado de las diferencias, la privación de uno mismo del espacio personal y del amparo condicional puede significar la muerte del deseo sexual. Lo que alimenta el amor no alimenta el deseo.

“Amamos a alguien que nos lleva a la parte más profunda y oculta de nosotros mismos”, explica el filósofo Umberto Galimberti. Nos atrae lo que no podemos acercarnos, lo que nos elude. Este es el mecanismo del amor.

El autor del libro “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus” John Gray complementa su pensamiento: “La pasión estalla cuando una pareja hace algo sin ti, es reservada y en lugar de acercarse se vuelve misteriosa, esquiva”.

Lo principal es ahorrar espacio. Piense en una relación con una pareja como un conjunto de habitaciones con muchas puertas que pueden abrirse o cerrarse, pero nunca bloquearse.

3. El matrimonio a priori implica fidelidad

Estamos enamorados. Nos alienta que una vez que nos casemos, siempre seremos fieles el uno al otro en pensamiento, palabra y acción. Pero, ¿es realmente así?

El matrimonio no es una vacuna, no protege contra el deseo, no elimina en un momento la atracción que uno puede experimentar por un extraño. La lealtad es una elección consciente: decidimos que nadie ni nada importa excepto nuestra pareja, y día tras día seguimos eligiendo a un ser querido.

“Tenía un colega que me gustaba mucho”, dice María, de 32 años. Incluso traté de seducirlo. Entonces pensé: “¡Mi matrimonio es como una prisión para mí!”. Solo entonces me di cuenta de que nada importa, excepto nuestra relación con mi esposo, la confianza y la ternura por él”.

4. Tener hijos fortalece un matrimonio

El grado de bienestar familiar disminuye tras el nacimiento de los hijos y no vuelve a sus posiciones anteriores hasta que los hijos adultos abandonan el hogar para iniciar una vida independiente. Se sabe que algunos hombres se sienten traicionados después del nacimiento de un hijo, y algunas mujeres se alejan de sus maridos y se concentran por completo en su nuevo papel como madres. Si un matrimonio ya se está desmoronando, tener un bebé puede ser la última gota.

John Gray argumenta en su libro que la atención que demandan los niños a menudo se convierte en una fuente de estrés y conflicto. Por lo tanto, la relación en una pareja debe ser fuerte antes de que les sobrevenga la “prueba del hijo”. Debes saber que la llegada de un bebé lo cambiará todo, y prepárate para aceptar este desafío.

5. Cada uno crea su propio modelo de familia

Mucha gente piensa que con el matrimonio se puede empezar todo desde cero, dejar atrás el pasado y formar una nueva familia. ¿Tus padres eran hippies? Una niña que creció en un desastre creará su propio hogar pequeño pero fuerte. ¿La vida familiar se basaba en el rigor y la disciplina? Se pasa página, dando paso al amor y la ternura. En la vida real, no es así. No es tan fácil deshacerse de esos patrones familiares, según los cuales vivimos en la infancia. Los niños copian el comportamiento de sus padres o hacen lo contrario, muchas veces sin siquiera darse cuenta.

“Luché por una familia tradicional, una boda en una iglesia y el bautismo de los niños. Tengo una casa maravillosa, soy miembro de dos organizaciones benéficas, comparte Anna, de 38 años. “Pero parece que todos los días escucho la risa de mi madre, que me critica por convertirme en parte del “sistema”. Y no puedo estar orgulloso de lo que he logrado gracias a esto. ”

¿Qué hacer? ¿Aceptar la herencia o superarla gradualmente? La solución está en el camino que recorre la pareja, cambiando día a día la realidad común, porque el amor (y no lo olvidemos) no es sólo parte del matrimonio, sino también su finalidad.

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