5 síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo

Pensamientos obsesivos, miedos irracionales, rituales extraños: hasta cierto punto, esto es característico de muchos de nosotros. ¿Cómo entender si esto está fuera del alcance de un comportamiento saludable y es hora de buscar ayuda de un especialista?

Vivir con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) no es fácil. Con esta enfermedad, surgen pensamientos intrusivos que causan una ansiedad severa. Para deshacerse de la ansiedad, una persona que sufre de TOC a menudo se ve obligada a realizar ciertos rituales.

En la clasificación de las enfermedades mentales, el TOC se clasifica como un trastorno de ansiedad, y la ansiedad es familiar para casi todos. Pero esto no significa que cualquier persona sana entienda lo que tiene que experimentar un enfermo de TOC. Los dolores de cabeza también son familiares para todos, pero esto no significa que todos sepamos lo que sienten los que sufren de migraña.

Los síntomas del TOC pueden interferir con la capacidad de una persona para trabajar, vivir y relacionarse con los demás.

“El cerebro está diseñado de tal manera que siempre nos advierte de los peligros que amenazan la supervivencia. Pero en los pacientes con TOC, este sistema cerebral no funciona correctamente. Como resultado, a menudo se ven abrumados por un verdadero “tsunami” de experiencias desagradables y no pueden concentrarse en nada más”, explica el psicólogo Stephen Philipson, director clínico del Centro de Terapia Cognitiva Conductual de Nueva York.

El TOC no está asociado con ningún miedo específico. Algunas obsesiones son bien conocidas; por ejemplo, los pacientes pueden lavarse las manos constantemente o verificar si la estufa está encendida. Pero el TOC también puede manifestarse como acaparamiento, hipocondría o miedo a dañar a alguien. Un tipo bastante común de TOC, en el que los pacientes se ven atormentados por un miedo paralizante sobre su orientación sexual.

Como con cualquier otra enfermedad mental, solo un médico profesional puede hacer un diagnóstico. Pero todavía hay algunos síntomas que, según los expertos, pueden indicar la presencia de TOC.

1. Negocian consigo mismos.

Las personas que padecen TOC a menudo creen que si revisan la estufa nuevamente o buscan en Internet los síntomas de la enfermedad que afirman padecer, finalmente podrán calmarse. Pero el TOC a menudo es engañoso.

“Las asociaciones bioquímicas surgen en el cerebro con el objeto del miedo. La repetición de rituales obsesivos convence aún más al cerebro de que el peligro es real, y así se completa un círculo vicioso”, explica Stephen Philipson.

2. Sienten una necesidad obsesiva de realizar ciertos rituales.

¿Estaría de acuerdo en dejar de realizar los rituales habituales (por ejemplo, no verificar 20 veces al día si la puerta principal está cerrada) si le pagaran diez mil rublos u otra cantidad que sea lo suficientemente significativa para usted? Si su ansiedad es tan fácil de sobornar, lo más probable es que tenga más miedo de los ladrones de lo habitual, pero no tiene TOC.

Para una persona que padece este trastorno, la realización de rituales parece ser una cuestión de vida o muerte, y la supervivencia difícilmente puede valorarse en dinero.

3. Es muy difícil convencerlos de que sus temores son infundados.

Los enfermos de TOC están familiarizados con la construcción verbal “Sí, pero…” (“Sí, las últimas tres pruebas demostraron que no tengo tal o cual enfermedad, pero ¿cómo sé que las muestras no se mezclaron en el laboratorio?”). ) Debido a que rara vez es posible estar en algo absolutamente seguro, ninguna creencia ayuda al paciente a superar estos pensamientos, y continúa siendo atormentado por la ansiedad.

4. Suelen recordar cuándo comenzaron los síntomas.

“No todas las personas con TOC pueden decir exactamente cuándo apareció el trastorno por primera vez, pero la mayoría sí lo recuerda”, dice Philipson. Al principio, solo hay una ansiedad irrazonable, que luego toma forma en un miedo más específico, por ejemplo, que usted, mientras prepara la cena, de repente apuñale a alguien con un cuchillo. Para la mayoría de las personas, estas experiencias pasan sin consecuencias. Pero los enfermos de TOC parecen estar cayendo en un abismo.

Si el paciente tiene miedo a la contaminación, el primer ejercicio para él será tocar el pomo de la puerta y no lavarse las manos después.

“En esos momentos, el pánico se alía con cierta idea. Y no es fácil terminarlo, como cualquier matrimonio infeliz”, dice Philipson.

5. Los consume la ansiedad.

Casi todos los temores que aquejan a los pacientes con TOC tienen alguna base real. Los incendios ocurren y las manos están realmente llenas de bacterias. Se trata de la intensidad del miedo.

Si puede llevar una vida normal a pesar de la incertidumbre constante asociada con estos factores de riesgo, lo más probable es que no tenga TOC (o un caso muy leve). Los problemas comienzan cuando la ansiedad te consume por completo, impidiéndote funcionar normalmente.

Afortunadamente, el TOC se puede ajustar. Los medicamentos juegan un papel importante en la terapia, incluidos algunos tipos de antidepresivos, pero la psicoterapia, especialmente la terapia cognitiva conductual (TCC), es igualmente eficaz.

Dentro de la TCC, existe un tratamiento efectivo para el TOC llamado exposición de reacción-evitación. En el curso del tratamiento, el paciente, bajo la supervisión de un terapeuta, se coloca específicamente en situaciones que causan un miedo creciente, mientras que no debe sucumbir al deseo de realizar el ritual habitual.

Por ejemplo, si el paciente tiene miedo a la contaminación y se lava las manos constantemente, el primer ejercicio para él será tocar el pomo de la puerta y no lavarse las manos después. En los siguientes ejercicios, el peligro aparente se amplifica; por ejemplo, deberá tocar el pasamanos del autobús, luego el grifo del baño público, etc. Como resultado, el miedo comienza a disminuir gradualmente.

Deje un comentario