Un matrimonio feliz: ¿el camino hacia el sobrepeso?

¿Alguna vez has conocido a recién casados ​​unos meses después de la boda y has notado (¡por supuesto, para ti mismo!) que ambos habían crecido un poco de tamaño? No, no es una coincidencia: varios estudios muestran que las relaciones felices aumentan las posibilidades de aumentar de peso.

Para averiguar si las parejas que se sienten bien y cómodas entre sí realmente aumentan de peso, los investigadores de la Universidad de Queensland en Australia se comprometieron. En el transcurso de diez años, siguieron a 6458 participantes en el estudio y encontraron que las mujeres de 20 a 30 años, sin hijos, que estaban en relaciones constantes y satisfactorias, pesan más que las “solitarias”, un promedio de 5,9 kg. , y algunos aumentando constantemente 1,8 kg por año.

Sin embargo, no son sólo las mujeres las que engordan. Científicos de la Universidad Metodista del Sur en Dallas siguieron a 169 parejas de recién casados ​​durante cuatro años y llegaron a una conclusión similar: tanto hombres como mujeres en matrimonios felices aumentaron de peso. Los colegas de la Universidad de Nueva York están de acuerdo con ellos. Además: cuanto más feliz es la relación, más peso ganan los cónyuges, pero los problemas en el matrimonio y más divorcios conducen al hecho de que los socios pierden peso.

¿Cómo y por qué el amor nos engorda?

Parafraseando al clásico, podemos decir que todas las familias felices son iguales, pero engordan por diferentes motivos. Una es que los socios a menudo adoptan los hábitos alimenticios del otro, a veces no los más saludables.

Entonces, las mujeres casadas comienzan a apoyarse en alimentos ricos en grasas y azúcar, y sus porciones de alimentos aumentan gradualmente. Algunos incluso comienzan a comer tanto como un cónyuge (o incluso más), sin tener en cuenta que la necesidad de calorías en hombres y mujeres es diferente.

Además, los investigadores encontraron que las parejas dedican más tiempo y esfuerzo a preparar las comidas. Cuando vivimos solos, a menudo nos saltamos al menos una comida o comemos algo rápido, pero cuando nos convertimos en pareja, comenzamos a preparar almuerzos y cenas completos, incluidos los postres y el alcohol. En el matrimonio, una comida conjunta no es solo una comida, sino también una oportunidad de estar juntos.

El estrés positivo causado por el período de coqueteo y cortejo disminuye y aumenta el apetito.

Otra razón es probablemente que los amantes tienden a pasar juntos la mayor cantidad de tiempo libre posible, a menudo descuidando el ejercicio físico. Gradualmente, su estilo de vida se vuelve cada vez menos activo. Nuestras prioridades están cambiando, y el cuidado personal, que incluye deportes y dietas, pasa a un segundo plano.

Los investigadores han notado que las relaciones en la mayoría de los casos se desarrollan según el mismo escenario: un período de primeras citas, que generalmente tienen lugar en bares y restaurantes, es seguido por una etapa en la que los socios deciden que es hora de comenzar a vivir juntos. Ahora pasan los fines de semana en casa: cocinando comidas de varios platos, viendo películas en el sofá con palomitas de maíz o helado. Se espera que esta forma de vida, tarde o temprano, conduzca al aumento de peso.

Sin embargo, no se trata solo del estilo de vida: al darnos cuenta de que nuestra relación es estable, nos relajamos, nos sentimos más confiados y seguros. El estrés positivo causado por el período de flirteo y cortejo disminuye y aumenta el apetito.

Por supuesto, esto es solo una tendencia general: muchas parejas logran continuar llevando el mismo estilo de vida saludable en el matrimonio que antes. Entonces, en lugar de adoptar los hábitos alimenticios no saludables de su pareja, ¿quizás sea hora de mostrarle lo divertido que es cuidarse, comer bien y hacer ejercicio?

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