Accidentes con perros: medidas preventivas para niños

Un perro es un ser vivo

La mayoría de las mordeduras provienen de un animal cercano, un perro de la familia o un perro del vecindario. Sin embargo, los accidentes se pueden prevenir en gran medida alentando a los propietarios a ser más responsables y enseñando a los niños a comportarse con cautela cuando están cerca de un perro. Respetar al animal es lo primero. Bríndele sus necesidades básicas, por supuesto, comer, dormir, caminar, jugar, pero también trátelo como el perro que es. No es ni un niño al que mimamos demasiado ni un muñeco de peluche que hacemos lo que queremos. Tenga en cuenta que ciertas razas de perros son naturalmente dominantes. Pero incluso entonces, el respeto y la educación siguen siendo la clave para un buen entendimiento.

Un perro puede morder repentinamente por diversas razones.

Un perro nunca muerde gratis, ¡por capricho! Siempre hay una razón:

  • - La irritación es la más común. Desencadenado por la frustración (le privamos de su libertad poniéndole una correa, le hacemos salivar con la comida que no le damos), dolor (enfermedad, absceso, infección de oído, gesto un poco intrusivo, dedo en los ojos, pellizcar, tirar del pelo) o coacción (mantener una caricia o un juego cuando el perro se ha puesto rígido o intenta escapar, vestirse con ropa infantil, cepillar sin cesar ...)
  • - El miedo en un animal ansioso, temeroso y a menudo mal socializado puede ser la causa de las mordeduras. Si el animal se siente limitado, si no puede escapar de un juego o manipulación, puede morder para defenderse.
  • - Falta de control: un perro joven puede tener problemas para controlar su mordida, especialmente durante los juegos. En este sentido, la diferencia de tamaño y peso entre un animal grande y un niño muy pequeño también puede provocar el accidente de empuje, que además es descontrolado y no agresivo.
  • - La defensa de su territorio o de su amo. Los perros protegen el comportamiento. Los niños deben saber esto para no ponerse en peligro innecesario, incluso con un perro que conocen bien. No pases tu mano a través de la cerca del vecino, por ejemplo, no apartes brutalmente a un bebé de su madre, no te burles del perro con su propio juguete…. Por último, tenga en cuenta que los perros grandes no son más agresivos, pero las mordeduras que infligen suelen ser mucho más graves.

Reconocer los signos de molestia en los perros.

Los perros son compañeros maravillosos. Comparten fielmente hermosos momentos contigo y tus hijos. Sin embargo, a veces la ocupación del momento no le conviene. No quiere jugar a la persecución a la hora de comer, preferiría descansar antes que jugar con el chorro de agua con los niños, quiere terminar esta sesión de papouilles que se alarga. ¡Y te lo hace saber!

Aprenda a reconocer los signos de molestia y ayude a sus hijos a reconocerlos. Un perro que muestra los dientes, gruñe y se desplaza hacia un lado ya no quiere que lo molesten. Muchos accidentes podrían evitarse sabiendo cómo detener un juego cuando el perro muestra nerviosismo o fatiga.

Para evitar que te muerda tu propio perro

¡A menudo nos sentimos muy cómodos con un perro que conocemos bien! Hasta que sea intrusivo. Sin embargo, la regla básica, incluso con la adorable abuela pequinés, es respetarla. Respete ante todo sus necesidades básicas, es decir déjelo comer sin molestarlo y evite darle de comer en la mesa, respete su descanso y sueño evitando invertir su canasta ya que a los pequeños les gusta mucho hacer. No tiene por qué aceptarlo. Por último, respete su “integridad física”: no le tire de las orejas ni del rabo, no se aferre a su cabello. En resumen, no dejes que los niños lo traten como un juguete de peluche porque puede chocar.

Incluso para jugar, al perro generalmente no le gusta que lo molesten, lo persigan, lo griten. No permita que los niños le quiten sus juguetes, huesos o cuencos favoritos. Finalmente, incluso el perro de la familia puede ser muy agresivo si detecta una amenaza en su cría. Deja sola a la hembra que cuida a sus cachorros. Por tu parte, aunque tengas total confianza en tu perro, nunca lo dejes solo en una habitación con tu bebé, y enséñale a tus pequeños lo antes posible a mantener la cara alejada de la cabeza del perro. Es un objetivo demasiado fácil y está a la altura de la tarea.

Para no ser mordido por un perro en la calle.

"Él es zentil tu perro, ¿puedes acariciarlo?" Un perro en la calle atrae irremediablemente a los más pequeños. Conseguir que le pidan permiso al maestro para tocarlo es la regla de oro, ¡por supuesto! Sin embargo, tenga cuidado porque no todos los dueños están dispuestos a reconocer la posible peligrosidad de su perro. Una vez completadas las presentaciones con el maestro, conozca a su compañero de cuatro patas. Nunca le des un abrazo, sino que te huelan, extendiendo tu mano. No vengas de repente sobre él, no corras delante de él, y mucho menos con un palo. No le des palmaditas en la cabeza, es un signo de sumisión para un perro. Si no hay un guía cerca, manténgase alejado del perro. Además, no acaricie a un perro atado, dormido, detrás de una valla o en un vehículo. Por último, no separe a los perros de pelea. Deje que los maestros se encarguen de ello.

Para evitar ser mordido por un perro callejero

Es posible que un perro callejero sea casi salvaje. ¡Nunca lo acaricies! Si se interpone en tu camino, evita provocar sus instintos naturales.

 Quédese quieto y párese derecho. No huyas, no le des la espalda, no hagas grandes gestos.

 No lo mires a los ojos ya que eso lo invita a un enfrentamiento. Deja que te olfatee, tal vez solo quiera conocerse.

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