¿Se puede arreglar un maltratador?

Internet está lleno de historias de convivencia difícil con personas «tóxicas» y preguntas sobre si se pueden cambiar. Elena Sokolova, Doctora en Psicología, especialista en trastornos de personalidad, comparte su opinión.

En primer lugar, permítanme recordarles: no diagnostiquen a los familiares. Esto solo lo puede hacer un médico. La tarea de un psicoterapeuta con educación clínica y psicoanalítica es considerar cada caso específico individualmente y tratar de comprender qué tipo de persona está frente a él, cómo se organiza su personalidad. Es decir, hacer un diagnóstico personal.

Una cosa es obvia: la escala de posibles cambios depende en gran medida de la estructura de la personalidad, de la profundidad de las violaciones. Una persona madura, aunque con algunos rasgos neuróticos, y un paciente con una organización personal límite o narcisista son personas completamente diferentes. Y su «zona de desarrollo próximo» es diferente. En su mayor parte, podemos notar fallas en nuestro comportamiento, darnos cuenta de que algo anda mal con nosotros, pedir ayuda y luego responder rápidamente a esta ayuda.

Pero las personas con organización límite y más aún narcisista, por regla general, no son conscientes de sus problemas. Si tienen algo estable, es inestabilidad. Y se aplica a todas las esferas de la vida.

En primer lugar, experimentan una gran dificultad en el manejo de las emociones (se caracterizan por afectos violentos y difíciles de controlar). En segundo lugar, son extremadamente inestables en las relaciones.

Por un lado, tienen un ansia increíble por las relaciones cercanas (están listos para aferrarse a cualquiera), y por otro lado, experimentan un miedo inexplicable y un deseo de huir, de abandonar las relaciones. Están literalmente tejidos a partir de polos y extremos. Y la tercera característica es la incapacidad para formarse una idea generalizada y estable de uno mismo. es fragmentario. Si le pides a una persona así que se defina a sí misma, dirá algo como: «Mamá cree que tengo habilidad en las ciencias exactas».

Pero todas estas violaciones no les causan ninguna preocupación, ya que son casi insensibles a la retroalimentación. Una persona madura puede corregir su comportamiento gracias a los mensajes del mundo exterior, en la comunicación cotidiana y cuando se encuentra con diferentes circunstancias de la vida. Y nada les sirve de lección. Los demás pueden señalarles: estás sufriendo, es difícil estar cerca de ti, te estás haciendo daño no solo a ti mismo, sino también a tus seres queridos. Pero les parece que los problemas no son de ellos, sino de los demás. De ahí todas las dificultades.

Difícil pero posible

El trabajo con estas personas debe ser profundo y de largo plazo, implica no solo la madurez personal del psicoterapeuta, sino también su buen conocimiento de la psicología clínica y el psicoanálisis. Después de todo, estamos hablando de rasgos de carácter rígidos que surgieron hace mucho tiempo, durante la primera infancia. Algunas violaciones en la relación entre el niño y la madre sirven como factor perjudicial. En las condiciones de un «ambiente discapacitado» se forma un carácter anómalo. Estas primeras alteraciones del desarrollo limitan la capacidad de cambio. No espere mejoras rápidas.

Los pacientes con organización narcisista límite se resisten a cualquier tipo de influencia, les cuesta confiar en un psicoterapeuta. Los médicos dicen que tienen un cumplimiento deficiente (del ingléspatient compliance), es decir, la adherencia a un tratamiento en particular, la capacidad de confiar en un médico y seguir sus recomendaciones. Son muy vulnerables e incapaces de soportar la frustración. Perciben cualquier nueva experiencia como peligrosa.

¿Qué resultados aún se pueden lograr en tal trabajo? Si el terapeuta tiene suficiente paciencia y conocimiento, y el paciente ve que realmente quiere ayudarlo, entonces poco a poco se van amarrando algunas islas de relación. Se convierten en la base de algunas mejoras en los sentimientos, en el comportamiento. No hay otra herramienta en la terapia. No esperes grandes cambios. Habrá que trabajar despacio, paso a paso, demostrando al paciente que con cada sesión se van consiguiendo mejoras, por pequeñas que sean.

Por ejemplo, el paciente por primera vez logró hacer frente a algún tipo de impulso destructivo, o al menos llegar al médico, lo que antes no era posible. Y este es el camino a la curación.

El camino hacia el cambio curativo

¿Qué consejo le daría a las familias y amigos de las personas con trastornos de personalidad? ¿Qué pasa con aquellos que no están listos para terminar la relación y marcharse?

Si valora su relación, trate de no culpar al otro por nada, pero considere cuidadosamente su interacción y, en primer lugar, vuélvase hacia usted mismo, sus motivos y acciones. No se trata de culpar a la víctima. Es importante recordar un mecanismo de defensa psicológico como la proyección: todos lo tienen. Este mecanismo hace que las características incómodas del propio comportamiento (el egoísmo, la agresividad o la necesidad de tutela) se proyecten en un ser querido.

Por lo tanto, cuando acusamos a alguien de manipulación, vale la pena hacernos la pregunta: ¿cómo me comunico yo mismo con otras personas? ¿Los trato como un consumidor? ¿Quizás solo estoy listo para una relación que aumente mi autoestima o mi estatus social? ¿Trato de entender a la otra persona cuando me parece que llama la atención? Este cambio de posición, la empatía y el paulatino rechazo del egocentrismo nos permite comprender mejor al otro, tomar su posición y sentir su descontento y el dolor que sin saberlo le podemos infligir. Y nos respondió.

Solo después de tal trabajo interno es posible hablar de comprenderse mutuamente y no culparse a uno mismo o al otro. Mi posición se basa no solo en muchos años de práctica, sino también en una investigación teórica seria. Pretender cambiar a otra persona es altamente improductivo. El camino para sanar el cambio en las relaciones es a través del auto-cambio.

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