Psicología

¿Qué es la envidia? ¿Pecado mortal o catalizador del crecimiento personal? El psicólogo David Ludden habla sobre lo que puede ser la envidia y aconseja sobre cómo comportarse si estás celoso de alguien.

Usted está esperando un aumento de sueldo día a día. Has hecho mucho para hacer las cosas: siguiendo todas las recomendaciones de tu jefe y mejorando todo lo que podrías mejorar en tu trabajo, quedándote hasta tarde en la oficina y viniendo a trabajar los fines de semana. Y ahora hay una vacante para un puesto directivo. Estás seguro de que eres tú quien será designado, no hay nadie más.

Pero el jefe de repente anuncia que ha decidido nombrar a Mark, su joven colega, para este puesto. Bueno, por supuesto, este Mark siempre parece una estrella de Hollywood, y su lengua está suspendida. Alguien como él encantará a cualquiera. Pero se unió a la empresa hace poco y no trabajó tan duro como usted. Te mereces un aumento, no él.

No solo está frustrado porque no fue designado para un puesto de liderazgo, sino que también siente una fuerte aversión por Mark, de la que no era consciente antes. Estás indignado porque consiguió lo que soñaste durante tanto tiempo. Y empiezas a contarles a tus colegas cosas desagradables sobre Mark y sueñas todo el día con cómo tirarlo de su pedestal en lugar de trabajar.

¿De dónde viene la envidia?

La envidia es una emoción social compleja. Comienza con darse cuenta de que alguien tiene algo de valor que tú no tienes. Esta realización va acompañada de una sensación dolorosa y desagradable.

Desde un punto de vista evolutivo, nos proporciona información sobre nuestra posición social y nos estimula a mejorar esta posición. Incluso algunos animales son capaces de experimentar envidia primaria de aquellos que tienen más éxito.

Pero la envidia tiene un lado oscuro. En lugar de centrarnos en lograr lo que queremos, reflexionamos sobre lo que nos falta y resentimos a quienes lo tienen. La envidia es doblemente dañina, porque no solo nos hace sentir mal con nosotros mismos, sino también tener sentimientos desagradables hacia las personas que no nos han hecho nada malo.

Envidia maliciosa y útil

Tradicionalmente, los líderes religiosos, filósofos y psicólogos han considerado la envidia como un mal absoluto que debe combatirse hasta la liberación completa. Pero en los últimos años, los psicólogos han comenzado a hablar sobre su lado positivo. Es una poderosa motivadora de cambio personal. Tal envidia “útil” contrasta con la envidia dañina, que nos motiva a dañar a alguien que nos ha superado en algo.

Cuando Mark consiguió el trabajo con el que soñabas, es natural que los celos te picaran al principio. Pero entonces puedes comportarte de manera diferente. Puedes sucumbir a la envidia «dañina» y pensar en cómo poner a Mark en su lugar. O puedes usar envidia útil y trabajar en ti mismo. Por ejemplo, adoptar los métodos y técnicas con los que logró el objetivo.

Quizás necesite volverse menos serio y aprender de un colega más exitoso su manera alegre y amistosa de comunicarse. Fíjate cómo prioriza. Sabe qué tareas se pueden completar rápidamente y cuáles requieren dedicación total. Este enfoque le permite mantenerse al día con todo lo necesario durante las horas de trabajo y permanecer de buen humor.

Los psicólogos discuten mucho sobre la idoneidad de la división de la envidia en dañina y útil. Los psicólogos Yochi Cohen-Cheresh y Eliot Larson dicen que dividir la envidia en dos tipos no aclara nada, sino que lo confunde todo aún más. Creen que sus compañeros que hablan de la envidia perjudicial y beneficiosa confunden la emoción con el comportamiento que provoca la emoción.

¿Para qué sirven las emociones?

Las emociones son experiencias especiales, sentimientos que surgen bajo ciertas condiciones. Tienen dos funciones:

Al principio, nos brindan rápidamente información sobre las circunstancias actuales, como la presencia de una amenaza o una oportunidad. Un ruido extraño o un movimiento inesperado pueden indicar la presencia de un depredador o algún otro peligro. Estas señales se convierten en disparadores de miedo. De manera similar, experimentamos emoción en presencia de una persona atractiva o cuando hay comida deliciosa cerca.

En segundo lugarLas emociones guían nuestro comportamiento. Cuando experimentamos miedo, tomamos ciertas medidas para protegernos. Cuando estamos felices, buscamos nuevas oportunidades y ampliamos nuestro círculo social. Cuando estamos tristes, evitamos socializar y nos recluimos para lograr la paz mental.

La envidia es una: las reacciones de comportamiento son diferentes.

Las emociones nos dicen lo que nos está pasando en este momento y nos dicen cómo responder a una situación particular. Pero es importante distinguir entre la experiencia emocional y el comportamiento al que conduce.

Si la envidia beneficiosa y la dañina son dos emociones diferentes, entonces los eventos que preceden a estas emociones también deben ser diferentes. Por ejemplo, la ira y el miedo son respuestas emocionales a las amenazas, pero el miedo lleva a evitar el peligro y la ira lleva al ataque. La ira y el miedo se viven de manera diferente y dan lugar a distintas manifestaciones conductuales.

Pero en el caso de la envidia útil y la dañina, todo es diferente. La experiencia dolorosa primaria que conduce a la envidia es la misma, pero las respuestas conductuales son diferentes.

Cuando decimos que las emociones controlan nuestro comportamiento, parece que somos víctimas débiles e indefensas de nuestros sentimientos. Esto puede ser cierto para otros animales, pero las personas pueden analizar sus emociones y comportarse de manera diferente bajo su influencia. Puedes dejar que el miedo te convierta en un cobarde, o puedes convertir el miedo en coraje y responder adecuadamente a los desafíos del destino.

La adicción también se puede controlar. Esta emoción nos da información importante sobre nuestra posición social. Depende de nosotros decidir qué hacer con este conocimiento. Podemos dejar que la envidia destruya nuestra autoestima y perjudique el bienestar de nuestras relaciones sociales. Pero podemos dirigir la envidia en una dirección positiva y lograr cambios personales con su ayuda.


Sobre el autor: David Ludden es profesor de psicología en Gwyneth College en Georgia y autor de The Psychology of Language: An Integrated Approach.

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