Perro babeando

Perro babeando

¿Por qué mi perro babea?

Característica física o fisiológica

Los perros de la raza braquicefálica, que por tanto tienen la “cara aplastada”, babean enorme y naturalmente. Podemos citar por ejemplo al dogo de Burdeos o al Bulldog Francés. Su mandíbula es ancha, su lengua larga y también el paladar, lo que les dificulta tragar la saliva que secretan. Algunos perros con los labios colgantes también babearán mucho como el danés o el san bernardo. Para el perro que babea mucho perteneciente a una de estas razas no hay mucho que hacer, es parte de su encanto.

Los perros pueden babear fisiológicamente cuando están excitados o persiguiendo presas potenciales. Por lo tanto, un perro que babea puede tener hambre, vio o olió algo apetitoso. El científico Pavlov había estudiado este reflejo del perro cuando esperaba recibir comida.

La salivación excesiva puede ser un síntoma

Además de estas causas bastante normales de salivación visible, el perro babeante puede sufrir diversas enfermedades.

Todas las causas de las obstrucciones digestivas superiores, y en particular en el esófago, harán babear al perro. Por lo tanto, la presencia de un cuerpo extraño en el esófago o un malestar estomacal en el perro desencadenará una sialorrea. Asimismo, las malformaciones esofágicas o enfermedades como el megaesófago se manifiestan en ocasiones por un perro babeante.

El perro que babea puede tener dolor o malestar en la boca. La presencia de una úlcera, una enfermedad periodontal, un cuerpo extraño (como un trozo de hueso o un trozo de madera) o un tumor en la boca también pueden hacer que el perro babee en exceso.

Es común que el perro babee antes de vomitar o cuando tenga ganas de vomitar.

Las intoxicaciones y, en particular, las quemaduras químicas de la boca o el esófago (con sosa cáustica o ácido clorhídrico, a menudo utilizados para desatascar las tuberías) pueden desencadenar el ptialismo. El perro envenenado puede babear y hacer espuma en la boca. El perro que babea también puede haber comido una planta venenosa o que pica o lamido un sapo (muy, muy venenoso). Del mismo modo, un perro que babea puede haber lamido procesionarias, sus pinchazos literalmente queman la mucosa oral del perro.

En caso de calor fuerte y si está encerrado en un lugar mal ventilado, el perro puede hacer lo que se llama insolación. La temperatura del perro supera entonces los 40 ° C y es necesario actuar con facilidad. El golpe de calor puede notarse porque el perro caído respira rápidamente y comienza a babear.

El perro que babea no siempre tiene una enfermedad. Debe comprobarse si hay otros signos asociados que indiquen una enfermedad del esófago (como dificultad para tragar), estómago (como náuseas o vómitos) o intoxicación (consulte el artículo sobre el perro envenenado).

Perro babeante: exámenes y tratamientos

Si le preocupa el exceso de producción de saliva de su perro, en particular si hay un deterioro de su estado general (perro cansado, vómitos, abdomen dilatado, etc.), llévelo a su veterinario. Antes de irse, puede mirar alrededor del perro para ver si puede encontrar una fuente de veneno o si algún objeto no ha desaparecido.

Tu veterinario hará una exploración completa de la boca (lengua, mejillas, encías, etc.) para comprobar si el perro que babea no tiene un objeto atascado en la boca o en la parte posterior de la boca. Medirá la temperatura del perro y comprobará que el vientre del perro no esté hinchado ni adolorido.

Dependiendo de su examen clínico, es posible que decida con usted realizar exámenes adicionales, como radiografías de tórax o una ecografía abdominal.

El examen de elección en el caso de enfermedad esofágica es una endoscopia, el veterinario pasará por la boca del perro anestesiado una cámara y se dirigirá al estómago para buscar la causa de este exceso de baba. Por tanto, introducimos una cámara en el esófago del perro. Al mismo tiempo que avanza la cámara, se insufla aire para mantener el esófago bien abierto y observar la mucosa en detalle. Las lesiones, un cuerpo extraño o incluso una anomalía en los movimientos naturales del esófago se pueden detectar con una endoscopia. Con la cámara también puede deslizar unas pinzas pequeñas para extraer tejido destinado a análisis o para extraer el cuerpo extraño sin cirugía. Lo mismo ocurre con el estómago.

Si durante estos exámenes se detecta alguna anomalía como esofagitis, gastritis o úlcera gástrica, se le puede administrar al perro antieméticos, un vendaje digestivo y un antiácido.

Si el perro tiene malestar estomacal, el único tratamiento es la cirugía. Después de haber sondeado al perro para desinflar el estómago, de haberlo puesto en un goteo para luchar contra el impacto, el cirujano esperará hasta que el perro se estabilice antes de operar y colocar el estómago en su lugar. La dilatación y torsión del estómago en perros grandes es una emergencia potencialmente mortal.

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