Eduardo Llamazares: «Somos adictos a pensar porque tenemos miedo de actuar»

Eduardo Llamazares: «Somos adictos a pensar porque tenemos miedo de actuar»

Mente

El autor de "¡Mente, déjame vivir!" da las claves para disfrutar la vida sin sufrimientos inútiles

Eduardo Llamazares: «Somos adictos a pensar porque tenemos miedo de actuar»

La propia experiencia ha llevado a eduardo llamazares escribir un libro de autoayuda, «¡Cuidado, déjame vivir!»Eso sirve a aquellos cuyos pensamientos les impiden llevar una vida satisfactoria. Doctor en Fisioterapia y «entrenador», Llamazares ha elaborado el manual con los ingredientes esenciales para deshacerse del poder de la mente, en muchas ocasiones perjudicial. Tu conocimiento y experiencias personales Han proporcionado las claves para reeducar la mente y disfrutar sin el sufrimiento que generan los patrones aprendidos que no nos ayudan en nada.

¿Por qué sufrimos tanto y nuestra mente no nos deja avanzar?

Pensamos que somos así y que es algo que no podemos cambiar porque es nuestra personalidad. La neurociencia nos ha demostrado que nuestro cerebro tiene la capacidad de modificarse a sí mismo y eso nos permite vernos de otra manera y hacer cosas distintas: ser menos perfeccionistas, dar menos valor a la opinión de los demás… Salir de la zona de confort es difícil pero es algo que nos produce muchos beneficios. El estrés que nos provocamos es el responsable de enfermedades como el intestino irritable, la ansiedad, la dermatitis, el insomnio…

¿Lo que pensamos nos define?

No tomamos decisiones libremente. No decidimos lo que pensamos o lo que hacemos desde la libertad, sino que lo hacemos desde una mente condicionada por el subconsciente y factores que desconocemos. Ciertos momentos de nuestra infancia nos están condicionando porque son situaciones que se grabaron hace mucho tiempo en nuestra mente: bullying, una relación tóxica, un familiar exigente ...

Hay factores contundentes que cambian abruptamente nuestra forma de pensar

Hay personas que cambian de opinión cuando les ocurre algo importante: un accidente, una enfermedad, una pérdida ... Cambian sus valores y empiezan a ver la vida de otra manera, exigiéndose menos, cuidándose más ... Y todo gracias a un evento muy grave. ¿Por qué tiene que suceder algo así en nuestra vida para cambiar nuestra mentalidad? La mente puede hacernos mucho daño.

¿Dar importancia a cosas que no han sucedido define nuestros miedos?

Efectivamente. Nuestra mente utiliza la imaginación para crear escenarios que no nos gustan, una forma de prevenirnos a nosotros mismos y la base de la ansiedad. Sufrimos inútilmente por cosas que quizás nunca sucedan. Pero nuestra mente, desde la infancia, aprendió que teníamos que controlarlo todo. Decidimos aprender a crear sufrimiento de antemano. Nuestra mente no distingue la realidad de lo que no sucede y por eso surge la ansiedad. Vivimos del miedo y eso genera estrés porque pensamos que no sabremos gestionar lo que se nos presente en el futuro cuando en realidad tenemos los recursos para afrontarlo. El miedo nos agota, estamos en tensión, dormimos menos horas, afecta nuestro sistema inmunológico… Nos hemos vuelto adictos al pensamiento porque tenemos miedo de actuar.

Es anticipar e intentar asimilar con el tiempo algo que puede suceder o no

Es decir, y lo que se consigue con esto es evitar tomar decisiones. En lugar de realizar actos o conversaciones con cierta persona, tomando las riendas, seguimos girando nuestra mente y seguimos con ese miedo. No estamos haciendo nada para cambiarlo. ¿La solución? Detecta esta forma de ver la vida e innova. Comienza a actuar con pequeños pasos para ver qué pasa y nuestra mente asimilará que podemos mostrarnos como somos.

¿Por qué nos sentimos culpables por los demás?

Son patrones aprendidos que provienen de la niñez. Generalmente, en la niñez, no realzamos nuestra autenticidad ni desarrollamos nuestra personalidad. Se pretendía que encajáramos en un molde: sacar buenas notas, ser los mejores de la clase… Nos han educado mucho a partir de la comparación y hemos aprendido que tenemos que cumplir con las expectativas de los demás y sentirnos responsables de lo que les sucede. otros cuando realmente es algo que depende de muchos factores y no de nosotros.

El gran problema de las personas muy mentales es que se centran en los demás y no en sí mismas. Nos preocupa lo que los demás piensan de nosotros, y no consideramos tan importante sentirnos cómodos con lo que hacemos o con quiénes somos. Damos mucha importancia a la opinión de los demás y no a lo que necesitamos para sentirnos bien.

¿La crítica nos aleja del bienestar?

Estamos reforzando nuestra mente para buscar lo negativo en otras personas e inevitablemente también buscamos lo negativo. Estamos generando una toxicidad de ver constantemente lo malo. Nuestro entorno influye en nosotros y hace que nuestra mente piense de una forma u otra porque se refuerza en determinadas conductas. Olvidamos que hay cosas maravillosas en esa persona o situación y tenemos que compensarlo buscando siempre algo positivo. ¿Cuánta toxicidad estás dispuesto a dejar entrar en tu mente?

Perforar

Descubra qué personas, situaciones y grupos le incitan a la crítica. Decide cambiar tu actitud, no alimentar esas críticas o directamente no exponerte a esas circunstancias. Entrénate para detectar qué situaciones tienen esta “fuerza destructiva” y decide reemplazarlas por otras situaciones, personas, lecturas o videos con “fuerza constructiva”.

¿Nos define lo que pensamos de los demás?

Estamos acostumbrados a ver nuestros defectos y verlos en otras personas hace un efecto espejo. Tendemos a ver en los demás cosas que ni siquiera nosotros tenemos o nos fallan. Si te molesta que una persona sea muy feliz, por ejemplo, puede ser porque te cuesta ser y demostrarlo.

¿Perdonar y pedir perdón libera nuestra mente?

"¿Los pensamientos que tengo me ayudan a sentir paz?" Si respondes a esa pregunta, tendrás mucho más claro tu objetivo en la vida. Es mantener tu mente anclada en el pasado. Aquí están los problemas de la sociedad: la depresión por un lado y la ansiedad por el otro. Por un lado, estamos mucho en el pasado: bullying, enfado familiar, y además estamos constantemente pensando en el futuro, lo que nos provoca estrés. El desapego es algo maravilloso que podemos practicar, soltando cosas del pasado y decidiendo cómo queremos sentirnos a partir de ahora con lo que hemos aprendido de la experiencia. Es elegir entre su bienestar o concentrarse en algo sobre lo que ya no tiene control.

Deje un comentario