Residuos Cero: ¿Es posible dejar de generar residuos?

Residuos Cero: ¿Es posible dejar de generar residuos?

Sostenibilidad

En 'Cero desperdicio para niñas con prisa' se dan consejos y herramientas para dejar de producir (o reducir mucho) desperdicio

Residuos Cero: ¿Es posible dejar de generar residuos?

Si buscas en Instagram #cero desperdicio, existen miles y miles de publicaciones dedicadas a este movimiento que tiene como objetivo reducir al máximo los residuos que generamos en el día a día. Esta 'filosofía de vida' no solo busca reducir y no generar residuos, sino también repensar el modelo de consumo actual.

Aunque la palabra 'cero' puede parecer abrumadora al principio, es difícil de imaginar literalmente no genera desperdicio, Claudia Barea, coautora de 'Cero desperdicio para niñas con prisa' (Zenith) anima a empezar de a poco. “Hay personas que, por ejemplo, tienen problemas en la piel y no quieren pasarse a la cosmética sólida, por lo que apuestan por otro aspecto del 'desperdicio cero'. O por ejemplo, las personas que viven en lugares remotos donde les es imposible comprar alimentos a granel y prefieren dejar de consumir ropa 'fast fashion' ”, explica el autor.

Para empezar, su principal consejo es analizar nuestras compras y desperdicios habituales. «Así, tendrás una base desde donde empezar a reducir», Asegura. El siguiente paso, explica, es tener a mano kits de compra o consumo 'cero residuos': un porta bocadillos para el trabajo, tarros de cristal para comprar a granel… «Además, piensa en cómo aprovechar lo que ya tienes en todos los sentidos. Por ejemplo, un pañuelo de tela puede ser tanto un accesorio para tu cabello como para tu bolso, o un envoltorio tipo 'furoshiki' para los regalos de Navidad ”, dice Barea.

No te dejes llevar por la eco-ansiedad

La clave de todo es detenerse y pensar. En tomarse un momento para reflexiona sobre cómo y en qué mundo quieres vivir», Dice Georgina Gerónimo, la otra coautora del libro. Además, recomienda tomárselo con calma, ya que asegura que el 'desperdicio cero' se practica paso a paso y sin presiones. “Tenemos que cambiar poco a poco aquellas cosas en las que podemos aportar y no dejarnos llevar por la eco-ansiedad”, dice.

Claudia Barea repite la idea de que todo esto requiere un esfuerzo progresivo, pero no necesariamente rápido. «Por ejemplo, puede empezar porr busque lugares en su localidad donde pueda comprar con su propio empaque o contenedor“, Indica y agrega que“ cambiar hábitos que están tan arraigados en nuestro día a día no es fácil, pero a la larga vale la pena. "

Si bien hay ocasiones en las que se anima a las personas a empezar por reducir el desperdicio en materia de alimentos, hay otros aspectos, como la moda o la higiene personal, que generan más desgana. Uno de estos escenarios es tener una menstruación sostenible. “Nuestra sociedad está muy acostumbrada a tener todo fácil, accesible y como siempre”, dice Barea, quien indica que, en el caso de la industria de la higiene íntima, “las personas que menstrúan se han acostumbrado a tener un contacto mínimo con nuestra regla, como si fuera algo sucio, cuando en realidad es algo tan natural como que se nos caiga el pelo ». “Puede ser una de las razones por las que nos resulta difícil cambiar a las toallas sanitarias de taza o de tela”, dice.

Otro ámbito en el que también hay algunos primeros reparos es en el caso de la industria de la moda. Barea sostiene que tenemos una sociedad en la que la moda es muy temporal. "Ahora compramos más y llevamos menos lo que tenemos en el armario". Por otro lado, comenta que una prenda cuyo algodón es de cultivo local y que ha sido confeccionada por personal decentemente remunerado siempre tendrá un costo mayor, lo que a veces es difícil de aceptar.

Una de las sensaciones que puede tener alguien que se inicia en el 'desperdicio cero' es que su trabajo cae en oídos sordos, porque aunque trabaje a nivel individual, las empresas muchas veces todavía no cuentan con políticas ambientales buenas (y eficientes). “Es muy triste cómo a nivel de gobierno se destaca tanto a la sociedad de clase media para cambiar hábitos cuando 100 empresas a nivel mundial han sido la fuente de más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero desde 1988”, dice Claudia Barea. Aun así, enfatiza que como consumidores, somos un agente de cambio muy poderoso. Sin embargo, el experto transmite una idea clara: que todos hagan lo que puedan en sus circunstancias socioeconómicas. “Procura no sentirte culpable por lo que no haces, sino orgulloso de lo que haces y de lo que te propongas lograr a mediano o largo plazo”, concluye.

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