Etmoides: todo lo que necesitas saber sobre el hueso etmoides

Etmoides: todo lo que necesitas saber sobre el hueso etmoides

El etmoides es un pequeño hueso del cráneo, ubicado detrás del hueso de la nariz, entre las dos cuencas de los ojos. En particular, forma la parte superior de las fosas nasales y parte de los senos nasales.

Anatomía del hueso etmoides

Este hueso, de geometría compleja, participa en la arquitectura de varias estructuras del rostro:

  • las cavidades orbitarias, de las que forma parte de la pared interna;
  • la cavidad nasal, de la cual forma el techo y parte de las paredes, así como la parte posterior del tabique nasal (también llamado tabique nasal). Esta lámina ósea vertical, que separa los dos hoyos, pertenece de hecho al etmoides;
  • los senos etmoidales, ahuecados a cada lado del etmoides.

El etmoides también está atravesado por las terminaciones de los nervios olfatorios, como lo demuestran los diminutos y numerosos orificios con los que está acribillado su superficie superior. Es sobre él, de hecho, donde descansan los bulbos olfativos.

Fisiología etmoidal

Aparte de su papel arquitectónico, el etmoides tiene un papel amplificador en la recepción de señales olfativas. Dos proyecciones de este hueso en las fosas nasales, en forma de conchas, constituyen los cornetes nasales encargados de dirigir el aire respirado hacia las células olfativas.

A ambos lados del etmoides también están los senos, llamados senos etmoidales, formados por cavidades llenas de aire. Sus paredes están revestidas con una membrana mucosa comparable a la de la cavidad nasal, pero aún no se comprende completamente su función exacta. Somos especialmente conscientes de su existencia cuando se infectan o se bloquean.

Las principales patologías del etmoides.

Etmoiditis

La sinusitis etmoidea, o etmoiditis, es la inflamación del revestimiento que cubre los senos etmoidales, después de una infección bacteriana. Puede afectar un solo seno etmoidal o ambos, o incluso asociarse con la participación de otros senos nasales. En su forma más aguda, que afecta a los niños con más frecuencia que a los adultos, se manifiesta por los siguientes síntomas:

  • hinchazón del párpado superior, al nivel de la esquina interna del ojo, que se extiende gradualmente;
  • dolor violento al nivel de este edema;
  • ojo abultado (exoftalmia);
  • acumulación de pus en el ojo y secreción purulenta de las fosas nasales;
  • fiebre alta.

Al menor signo evocador, se recomienda una consulta médica de emergencia. 

De hecho, es necesario un tratamiento rápido para evitar las complicaciones de esta patología:

  • parálisis del nervio motor ocular común;
  • pérdida de sensibilidad de la córnea;
  • síndrome meníngeo (dolor de cabeza intenso, rigidez de cuello y vómitos).

También existen formas crónicas de etmoiditis, menos violentas pero que duran más de tres meses. Entre las causas más frecuentes: malformación de los cornetes o del tabique nasal, o antecedentes genéticos favorables. 

Adenocarcinoma etmoide

Este tumor maligno, que se desarrolla en la mucosa de los senos etmoidales, es raro (alrededor de 200 nuevos casos por año en Francia). Vinculado a la inhalación regular de polvo de madera, cuero o níquel, generalmente es de origen ocupacional. También es reconocido como tal por el Seguro de Salud (sujeto a un período de exposición de cinco años).

Este cáncer de seno tiene una progresión bastante lenta, con una fase de retraso de varios años. Por lo tanto, los síntomas pueden aparecer después de detener la actividad en cuestión, en varias formas. Podría ser : 

  • obstrucción nasal unilateral que no pasa, a menudo acompañada de una secreción mucopurulenta (rinorrea), posiblemente manchada de sangre;
  • epistaxis, o hemorragias nasales repetidas, unilaterales y espontáneas, que ocurren sin una causa local o sistémica obvia;
  • pérdida del olfato o de parte de la audición, posiblemente asociada con trastornos de la deglución;
  • edema doloroso del párpado superior, potencialmente asociado con infección del saco lagrimal (dacriocistitis). Debido a que esta hinchazón ocurre en el espacio restringido de la órbita, el ojo puede sobresalir (exoftalmos) y el párpado caer (ptosis). También podemos observar parálisis ocular o diplopía (percepción simultánea de dos imágenes de un mismo objeto).

¿Qué tratamientos se consideran?

En caso de etmoiditis

En su forma aguda, esta sinusitis es una emergencia médica. Se debe prescribir tratamiento antibiótico sin demora para combatir la infección, luego un chequeo clínico realizado 48 horas después del inicio del tratamiento permite verificar su efecto.

Si ya han aparecido complicaciones, es necesaria una terapia antibiótica intravenosa prolongada de amplio espectro. Puede instalarse en el hospital o de forma ambulatoria y acompañarse de una terapia con corticosteroides para aliviar el dolor.

También se puede realizar un drenaje quirúrgico para eliminar el absceso que se ha formado. Esta etmoidectomía, realizada por un otorrinolaringólogo o cirujano maxilofacial, se realiza a través de la cavidad nasal. Consiste en abrir el hueso etmoides para acceder a los senos nasales y realizar su limpieza.

En caso de adenocarcinoma

Si no es demasiado extenso y si el estado general del paciente lo permite, el tratamiento consiste en una etmoidectomía endoscópica: el cirujano pasa sus instrumentos, incluida una pequeña cámara, por la nariz para extraer el trozo de hueso. y mucosa enferma. La operación suele ir seguida de radioterapia. Puede ser necesaria una reconstrucción para cerrar la base del cráneo.

Cuando la cirugía no es una opción, se ofrece un tratamiento que combina quimioterapia y radioterapia.

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

El diagnóstico de etmoiditis se basa inicialmente en un examen clínico. A continuación, se pueden realizar varios exámenes adicionales a petición del profesional sanitario consultado: TC o RM, muestras bacteriológicas. Permiten confirmar el diagnóstico, identificar la cepa patógena en cuestión y / o buscar complicaciones. 

El cáncer de seno suele ser silencioso antes de manifestarse, cribado sistemático, seguimiento otorrinolaringológico y nasofibroscopia, se ofrece cada dos años a empleados expuestos y ex empleados. El diagnóstico se realiza mediante biopsia, realizada, en caso de duda, durante la fibroscopia.

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