Finalmente estará bajo epidural.

15h30:

“No aguanto más, aprieto el botón para venir a verme. La comadrona (siempre la misma) me pregunta si quiero una epidural. Si bien no lo quería al principio, dije que sí. Ella me ausculta, el cuello está a 3-4 cm de distancia. Me pide que lleve las cosas para el bebé, el nebulizador y vuelve a recogerme en 15 minutos.

15h45:

Llegué a la sala de partos, me puse una camisa y a Sébastien un abrigo de químico. Céline prepara el material para la epidural. Ella me vuelve a poner la infusión dos veces, desde el primer disparo, ¡me extraña! “Tienes hermosas venas, pero la piel es dura…” También tengo un hermoso hematoma. Me dan a beber una medicina que previene los vómitos por las contracciones, apenas trago me da náuseas… pero se detiene rápidamente.

16h15:

Llega el anestesiólogo, parece frío y distante, pero al mismo tiempo tiene una gran responsabilidad. Sébastien tiene que salir. Céline me tranquiliza, me toma de la mano, me ayuda a respirar y me explica lo que está pasando. ¡La epidural me pongo, me siento “zen” y la palabra es débil! Estoy "drogado" y me río todo el tiempo ... Para estar relajado, lo estoy, y respiro profundamente. Estoy a 5-6cm de distancia, vamos bebé, llegará pronto. Hablamos con Sébastien y también con Céline, no siento todas las contracciones, y estoy bien.

19h00:

Estoy a 9 cm de distancia, me están dando el antibiótico porque rompí la bolsa hace más de 12 horas. Dejamos que el bebé se involucre un poco por su cuenta, no puedo esperar a tenerlo en mi contra.

20h00:

Céline termina su turno y es Maryse quien se hace cargo. Me hubiera gustado que fuera la misma persona, pero tiene que terminar de trabajar algún día. La nueva partera vacía mi vejiga para facilitar el paso.

21h00:

Maryse me dice que está bien, puedo empujar. Me hace soplar en un globo que Sébastien pellizca. También me obliga a sujetar las barras a un lado, pero no puedo hacerlo con las delanteras, están demasiado lejos. Ve la cabeza del bebé, pero él apenas puede correrse. Ella llama al ginecólogo de guardia para que use la ventosa, entro un poco en pánico. No quiero que mi bebé pase por esto. Todo está listo cuando sea necesario, la ventosa está fuera. El ginecólogo llega muy relajado, se apoya en mis rodillas colocadas en los estribos ... ¿Eso hace que el bebé salga más rápido? Me concentro, pongo todas mis fuerzas y por fin empieza el bebé.

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