Clave n ° 1: crear un capullo emocional reconfortante
Todo aprendizaje comienza con sentirse bien en el entorno en el que se encuentra, ya sea en casa o en la escuela. Esta seguridad emocional crea un clima propicio para el desarrollo de la confianza en uno mismo, la concentración y la memorización. El primer reflejo es, por tanto, el del vínculo, el que se teje desde el embarazo luego en el parto y que se mantiene a lo largo de los días con una atención activa, sonrisas, abrazos, momentos de complicidad ...
La buena práctica: establecer una o más rutinas diarias, representan puntos de referencia tranquilizadores para el niño.
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