Medio hermano, media hermana: ¿cuál es su relación con su hijo?

Medio hermano, media hermana: ¿cuál es su relación con su hijo?

El último censo del INSEE realizado en 2013 muestra que ahora, uno de cada diez niños vive en una familia mixta. Si el fenómeno aún era raro hace unas décadas, se ha convertido en un lugar común en los últimos años. Concéntrese en la relación entre medio hermanos.

La llegada del medio hermano o media hermana, un sentimiento ambiguo

La llegada a la familia de un medio hermano o media hermana es un acontecimiento sumamente importante en la vida de un niño. Este otro niño no solo refuerza el vínculo familiar entre el padre y el padrastro, sino que también confirma la separación final de los dos padres biológicos.

Así, el niño se debate entre la decepción ("mis padres nunca volverán a estar juntos") y la alegría ("finalmente viviré en una nueva familia sólida"). Además, la felicidad de convertirse en hermano / hermana mayor también se comparte con un sentimiento de celos y exclusión: “mi medio hermano / media hermana tendrá la oportunidad de vivir con sus dos padres mientras yo no esté”. . 'Tendré que mi papá / mi mamá'.

El vínculo con el padrastro

Cuando el progenitor decide tener un hijo con el padrastro, éste cambia de estatus, ya no es solo la pareja del padre o de la madre, sino que se convierte en padre o madre del medio hermano / media hermana. Se crea un vínculo más profundo y generalmente fortalece a la familia.

Ayude al niño a encontrar su lugar en los nuevos hermanos.

Si ya tenía hermanos, el niño tenía un lugar sólido entre sus hermanos. La llegada de su medio hermano o su media hermana puede alterar su estatus, por ejemplo, haciéndolo pasar de menor o menor a hermano mayor / hermana mayor. Además, el niño puede sentirse incómodo dentro de una nueva familia unida de la que se siente más o menos excluido. Por tanto, es necesario tranquilizarlo, promoverlo y hacerlo sentir culpable.

Para ello, el padre debe recordarle que su relación siempre seguirá siendo igual de fuerte y que también fue fruto del amor entre dos padres. Aliviar sus miedos asegurándole el afecto que cada padre le tiene es esencial cuando el el bebe viene. También es importante estar muy atento a sus necesidades durante este tiempo.

El padrastro puede alentar al niño a cuidar al bebé y valorarlo invitándolo a aprovechar al máximo su lugar de hermano mayor / hermana mayor.

Finalmente, si el otro padre todavía está solo o tiene problemas con la nueva relación, debe evitar confiar en el niño tanto como sea posible. De hecho, un niño que siente que el otro padre está triste tendrá dificultades para sentirse cómodo dentro de su nueva familia. Por lealtad, se sentirá culpable y tardará más en encontrar su lugar sabiendo que su otro padre está sufriendo por esta nueva unión.

Los "cuasi" hermanos y hermanas

Hablamos de “cuasi” hermanos cuando la familia mixta reúne a varios hijos de diferentes uniones, por ejemplo, cuando los hijos del padrastro vienen a vivir a la casa. Esta relación en particular parece ser más fácil de manejar en los niños pequeños que en los adolescentes. En este tipo de casos, el compartir de los padres, la noción de territorio y el lugar en los hermanos puede volverse problemático. Notemos, sin embargo, que entre ellos, los niños tienden a hablar más de medio hermanos que de “cuasi” hermanos y hermanas; Se crea una relación sólida y profunda, independientemente de sus quejas.

Organización dentro de una familia mixta

Para que todos se sientan bien y encuentren su lugar, es recomendable organizar varias reuniones entre los niños antes de mudarse juntos. Compartir el tiempo libre y encontrarse cada vez más durante varios meses es sin duda un paso necesario para no perturbar a los niños en su día a día.

Si los dos padres deciden vivir juntos y los niños tienen que compartir una casa (a veces incluso una habitación), entonces es mejor dejar que se lleven sus calificaciones. Dibujos, fotos de todos los miembros de la familia mezclada, decoración más o menos libre en los dormitorios, etc. Es importante dejarles apropiarse del lugar.

Los placeres comunes (actividades al aire libre, viajes, etc.) serán muchas oportunidades para fortalecer las relaciones entre los niños. Lo mismo ocurre con los pequeños rituales que fortalecerán su sentimiento de pertenencia a la misma tribu (ir al zoológico todos los meses, noche de panqueques el domingo, etc.).

La llegada de un nuevo miembro a la familia no es baladí para un niño, prepararlo, tranquilizarlo y valorarlo son actos que le ayudarán a vivir lo mejor posible esta importante etapa de su vida.

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