Efectos curativos del sol.

La controversia sobre los efectos positivos y negativos de los rayos UV en la salud humana continúa, sin embargo, cada vez más personas temen el cáncer de piel y el envejecimiento prematuro causado por el sol. Sin embargo, la estrella que da luz y vida a todos los seres vivos desempeña un papel indispensable en el mantenimiento de la salud, no sólo gracias a la vitamina D. Investigadores de UC San Diego estudiaron mediciones satelitales de la luz solar y la nubosidad durante el invierno para estimar los niveles séricos de vitamina D en 177 países. La recopilación de datos reveló una asociación entre los niveles bajos de vitaminas y el riesgo de cáncer colorrectal y de mama. Según los investigadores, “la cantidad de exposición al sol que se recibe durante el día es clave para mantener un ritmo circadiano saludable. Estos ritmos incluyen cambios físicos, mentales y de comportamiento que ocurren durante un ciclo de 24 horas y responden a la luz y la oscuridad”, dice el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales (NIGMS). El ciclo sueño-vigilia depende en gran medida de la dosis de luz solar matutina. La luz natural permite que el reloj biológico interno se sintonice con la fase activa del día. Por eso es tan importante estar al sol por la mañana, o al menos dejar que los rayos del sol entren en tu habitación. Cuanta menos luz natural recibamos por la mañana, más difícil será para el cuerpo conciliar el sueño en el momento adecuado. Como sabes, la exposición regular al sol aumenta naturalmente los niveles de serotonina, lo que hace que la persona esté más alerta y activa. En voluntarios se ha encontrado una correlación positiva entre los niveles de serotonina y la luz solar. En una muestra de 101 hombres sanos, los investigadores encontraron que la presencia de serotonina en el cerebro disminuía al mínimo durante los meses de invierno, mientras que su nivel más alto se observaba cuando los participantes estaban bajo la luz solar durante mucho tiempo. El trastorno afectivo estacional, que se caracteriza por depresión y cambios de humor, también se asocia con la falta de luz solar. El Dr. Timo Partonen de la Universidad de Helsinki, junto con un equipo de investigadores, descubrió que los niveles sanguíneos de colecalciferol, también conocido como vitamina D3, son relativamente bajos durante el invierno. La exposición al sol durante el verano puede proporcionar al cuerpo esta vitamina para que dure todo el invierno, lo que promueve la producción de vitamina D, que aumenta los niveles de serotonina. La piel, cuando se expone a los rayos ultravioleta, libera un compuesto llamado óxido nítrico, que reduce la presión arterial. En un estudio reciente de la Universidad de Edimburgo, los dermatólogos examinaron la presión arterial de 34 voluntarios expuestos a lámparas ultravioleta. Durante una sesión, fueron expuestos a la luz con rayos ultravioleta, durante otra, los rayos ultravioleta fueron bloqueados, dejando solo luz y calor en la piel. El resultado mostró una reducción significativa de la presión arterial después de los tratamientos UV, lo que no se puede decir de otras sesiones.

La foto muestra a personas con tuberculosis en el norte de Europa, una enfermedad que a menudo es causada por la deficiencia de vitamina D. Los pacientes están tomando el sol.

                     

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