Psicología

El miedo al fracaso, a la condena, al desprecio de los demás nos detiene incluso cuando nos vienen a la mente las ideas más brillantes. Pero ese miedo se puede superar con ejercicios simples, dice la consultora de desarrollo comercial Lindy Norris. Lo principal es hacerlos regularmente.

¿Qué sucede cuando cometemos errores? Nos sentimos avergonzados, arrepentidos y avergonzados. La idea de un nuevo fracaso nos encadena y nos impide tomar riesgos. Pero la evitación constante del fracaso nos impide aprender lecciones valiosas de los fracasos.

Lindy Norris, oradora motivacional de TED, habla sobre cómo transformar una experiencia negativa en una historia edificante. Se mudó a los Estados Unidos para estudiar un programa de MBA. Pero se dio cuenta de que ese camino no era para ella y decidió regresar a casa.

Pero en lugar de compadecerse de sí misma, Lindy Norris analizó los motivos del fracaso y encontró en ello una fuente de fortaleza. Se dio cuenta de que estaba destinada a hacer otra cosa. Cuanto más examinaba su experiencia, más se daba cuenta de que quería compartirla con los demás.

“El fracaso no significa que no hayamos tenido lugar en la vida y vale la pena renunciar a intentar ser mejores. Solo hay momentos en los que nos damos cuenta de que el plan original no funciona, que no estimamos nuestras fortalezas con suficiente precisión, dice Lindy Norris. "Bueno, eso significa que ahora nos conocemos mejor a nosotros mismos y a nuestras capacidades".

Al entrenar nuestra capacidad para manejar el fracaso como un músculo, adquiriremos gradualmente más confianza para asumir riesgos.

Unos sencillos trucos para amar el riesgo

1. ¿Sueles ir al mismo café? Arriésgate: pídete un descuento como visitante habitual. Parece que es fácil subir y decir. Pero hay un elemento de incomodidad tanto para usted (pide algo que no está escrito en el menú) como para el cajero (se ve obligado a actuar de acuerdo con el esquema). Al hacer esta pregunta, obtendrá más que dinero ahorrado. Elevarás tu umbral de confianza en ti mismo y superarás la barrera interior.

2. Sentarse al lado de un extraño en un autobús, tranvía o tren medio vacío. Tratamos de dejar el mayor espacio posible entre nosotros y otras personas. ¿Encontrarás el coraje para romper este patrón? Tal vez tu gesto se perciba amistoso y puedas iniciar una conversación.

3. Indique su propósito públicamente. ¿Llevas mucho tiempo queriendo hacer algo ambicioso, algo que requerirá mucho esfuerzo y constancia? Llame a amigos y conocidos para que sean testigos, publique en su blog o línea de tiempo de la red social. Al hacer esto, corre el riesgo de que todos sepan sobre la posible falla. Pero incluso si no logras hacer todo a la perfección, comprenderás que no sucederá nada terrible y que tus amigos no te darán la espalda.

4. Comparte algo personal en una red social. Facebook (una organización extremista prohibida en Rusia) es una feria gigante donde todos encontrarán su parte de atención. Pero, ¿y si no consigues ni un solo «me gusta»? De una forma u otra, te beneficiarás de aprender a hablar abiertamente sobre ti mismo sin esperar elogios o atención. Compartir por compartir, simplemente porque es importante para ti en primer lugar, es una habilidad muy importante.

5. Habla con tu jefe sobre lo que no te gusta. A muchos de nosotros nos resulta difícil expresar nuestra insatisfacción ante una persona que tiene poder sobre nosotros. Como resultado, en el momento más crucial, no encontramos palabras para defender nuestra posición. Intenta esta vez expresar todo lo que te preocupa, sin esperar un motivo. Si usted mismo es el jefe, intente dar retroalimentación a su subordinado de la manera más abierta y honesta posible, sin evitar las críticas.

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