¿Cómo entender que la cita fracasó y terminar con tacto la relación?

Os gustasteis, os conocisteis, pero algo no pega. Y ya no quieres ir a una segunda o tercera cita, y si accedes, no sabes de qué hablar, ni buscas defectos en tu pareja. Pero, ¿vale siempre la pena confiar en las sensaciones y los signos? Y si decide terminar la relación, ¿cuál es la mejor manera de hacerlo?

Estamos esperando el encuentro, dibujamos en nuestra imaginación cómo será. Pero después de la primera cita hay un residuo: algo anda mal. Realmente no puedes explicarte, pero entiendes que la tentación de dejar de responder mensajes y no prestar atención a los me gusta en Instagram es grande. E incluso la segunda y la tercera cita no te convencen de que valga la pena seguir comunicándose. ¿Cómo puede ayudarse a sí mismo a lidiar con los sentimientos conflictivos?

¿Luz roja?

1. No es el mismo que me imaginaba (a)

En primer lugar, seamos realistas: no hay príncipes y princesas de los sueños en la realidad. Nadie es perfecto. Así que dile adiós a los ideales y exigencias excesivas. Concéntrese en lo que realmente importa para la asociación. Determinar los principales criterios a la hora de elegir un socio. Y si su nuevo conocido les corresponde, entonces no se apresure a dar un giro desde la puerta, sino que dé una oportunidad más.

2. La conversación no está pegada

Si se sienten bien juntos, la mayoría de las veces encontrar un tema de conversación no es un problema. ¿Y si la conversación no se pega y de alguna manera es incómodo estar en silencio? ¿No sería mejor simplemente huir? Eche un vistazo más de cerca antes de juzgar. Tal vez tu nuevo conocido sea solo una persona muy tímida. Piensa, ¿estás haciendo todo tú mismo para que la comunicación sea interesante?

3. ¿Coinciden los valores?

Antes de negarte a comunicarte, escúchate y piensa en todo. El contenido de las conversaciones dice mucho sobre el interlocutor. Algunos temas y comentarios le dirán cómo “funciona” el otro. ¿Estás cerca de su cosmovisión, valores, metas en la vida? Quítate las gafas color de rosa y aguza las orejas antes de darle un “fracaso” a tu pareja. Escuche atentamente y decida qué funciona para usted y qué no.

4. No te interesa

Si no tienes ganas de saber algo de tu pareja, no quieres compartir tus pensamientos e intereses, y más aún tener unos en común, quizás debas pensar en continuar la relación.

5. Lo que dice tu intuición

La intuición le dirá que, por el contrario, el socio "equivocado". Confia en ella. Escúchate a ti mismo y hazte mentalmente las siguientes preguntas:

  • ¿Estas aburrido?
  • ¿Acabas de llegar y ya quieres volver a casa?
  • ¿Hay algo extremadamente desagradable en la apariencia del interlocutor?

Las señales emocionales no deben ignorarse, aunque el sentido común diga lo contrario. Tus sentimientos deben tomarse en serio.

romper honestamente

Pero si una pareja realmente no te conviene, ¿cómo terminar la conversación con tacto para que no te sientas avergonzado y herido?

Probablemente, cada uno de nosotros al menos una vez pasó por esto: acordamos encontrarnos, pero en respuesta a llamadas y mensajes: silencio sordo y sin explicación. Alguien pasa fácilmente la página: se olvidó, sigue adelante. Y alguien se atormenta con preguntas: ¿qué hice o dije mal? Queremos claridad, y nada es peor que lo desconocido. ¿O tal vez nosotros mismos nos quedamos en inglés, sin puntear las íes?

A veces nos cuentan historias de abuelas enfermas a las que hay que cuidar, o de trabajo que se acumula de repente justo el día de la cita. O a nosotros mismos nos gusta componer "cuentos de hadas" para socios "indeseables". En cualquier caso, nos sentimos estafados o engañados, lo cual es igualmente desagradable. Por eso, siempre es mejor poner las cartas sobre la mesa.

Cualquier persona, aunque no se justifiquen nuestras esperanzas, es digna de respeto y explicación. Una conversación franca o una comunicación honesta de que te sientes incómodo, incómodo, poco interesante, le da al otro la oportunidad de dejarte ir y cambiar a otra relación. No lo olvides: había razones por las que querías conocer a esta persona. Y ahora, cuando has decidido ponerle fin, la decencia dicta no ser cobarde, no evitar la comunicación, sino despedirse con agradecimiento por la nueva experiencia.

El rechazo siempre es desagradable. Intenta demostrar que realmente lamentas que no haya funcionado. Después de todo, nadie tiene la culpa de que la química no haya ocurrido. Pero ambos al menos intentaron conocerse. ¡Y eso ya es genial!

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