«No soy cobarde, pero tengo miedo»: conquista tus miedos

Todos tenemos miedo de algo, y esto es completamente natural. Pero a veces el miedo se sale de control y adquiere un poder absoluto sobre nosotros. Lidiar con un oponente así es muy difícil, pero la psicóloga Ellen Hendricksen está segura de que si usa técnicas especiales, se irá para siempre.

Combatir los miedos no es una tarea fácil y, sin embargo, hay formas de resolverlo. Cuatro métodos te ayudarán a mirar al enemigo a la cara y obtener una victoria aplastante sobre él.

1. Desplácese por la película

Todos jugamos escenarios terribles en nuestras mentes de vez en cuando. Alguien le tiene miedo a la cámara y está atormentado de antemano de que se verá ridículo en el video, y luego aparecerá en la Web y aparecerán cientos de comentarios burlones debajo. Alguien tiene miedo a los conflictos e imagina cuán infructuosamente intenta defenderse y luego llora de impotencia.

Por espeluznante que parezca una «película de terror» ficticia, no hagas una pausa en el clímax. Por el contrario, desplácese hasta que llegue el alivio. ¿Qué pasa si ese video vergonzoso se pierde en las entrañas de Internet, o tal vez sucede algo mejor: te conviertes en la nueva estrella de YouTube y eclipsas a todos los competidores? Quizás sus tímidos argumentos finalmente sean escuchados y se lleve a cabo una conversación normal.

Cualesquiera que sean los tiros terribles que surgieron en la imaginación, es importante llevar la trama a un desenlace feliz. Así que prepárate para el peor de los casos, que, por cierto, es casi imposible.

2. Muestra fuerza de voluntad

De acuerdo, temblar de miedo todo el tiempo es algo agotador. Cuando te canses de soportar estos tormentos, junta tu voluntad en un puño. Respira hondo y súbete al escenario, súbete a un avión, pide un aumento de sueldo, haz lo que temes a pesar de que te tiemblan las rodillas. La preparación para la acción alivia el miedo: es estúpido tener miedo cuando ya ha decidido un acto, lo que significa que necesita seguir adelante. ¿Y sabes qué? Vale la pena hacerlo una vez, y comienzas a creer que puedes.

3. Escriba y demuestre lo contrario

Este consejo es especialmente útil para quienes llevan un diario. Primero, escribe todo lo que temes. «Estoy desperdiciando mi vida», «Nadie se preocupa por mí», «Todos piensan que soy un perdedor». El cerebro a menudo nos lanza comentarios despectivos: no pienses en ellos, solo ponlos en papel.

Después de unos días, vuelve a tus notas y vuelve a leer lo que escribiste. Con el tiempo, algunos temores parecerán demasiado melodramáticos. O tal vez quede claro que tal o cual actitud no es la tuya: te la impuso una pareja tóxica, un padre abusivo o un conocido cáustico. Estas son las opiniones de otras personas con las que de alguna manera estás de acuerdo.

Acumule contraargumentos para presentar contra el miedo cuando vuelva a asomar la cabeza.

Ahora escribe tus miedos. Puede que no sea fácil formularlos, pero continúa de todos modos. Piensa en lo que diría tu fan más dedicado. Llama a tu abogado interior para que te ayude a alinear la defensa. Reúna todas las pruebas, incluso si no parecen concluyentes. Revisa la lista y vuelve a escribirla limpia. Acumule contraargumentos para presentar contra el miedo cuando vuelva a asomar la cabeza.

Si no puede superar los miedos irrazonables o no encuentra objeciones de peso, confíe en el terapeuta y muéstrele estas notas. Un especialista te ayudará a replantearlos y seguro que te darás cuenta de que los miedos no son tan fuertes como parecían al principio.

4. Rompe el miedo en pedazos pequeños

No te apures. Superar el miedo significa comenzar poco a poco. Establezca una pequeña meta que definitivamente no lo lleve al fracaso. Si tiene miedo social pero aún tiene que ir a una fiesta de la empresa, planee preguntarle a un colega cómo pasó sus vacaciones, a un nuevo empleado si le gusta el trabajo, o simplemente sonría a tres personas y salude.

Si en el fondo sabes que no puedes hacerlo, entonces la meta no es tan pequeña. Reducir el número de interlocutores a dos oa uno. Cuando la sensación familiar de espasmo en el estómago comience a disminuir, todo está bien, ¡adelante!

Los cambios no se notan inmediatamente. Solo mirando hacia atrás comprenderás lo mucho que has ido

Después de alcanzar la primera meta, elógiese a sí mismo y establezca la siguiente, un poco más. De esta forma, poco a poco irás apagando la parte alarmada del cerebro que grita: “¡Alto! ¡Zona peligrosa!» Puede que nunca te atrevas a bailar sobre una mesa, y eso está bien. Vencer el miedo no se trata de cambiar tu personalidad. Esto es necesario para que te sientas ligero y libre, sin dejar de ser tú mismo. Con el tiempo y la práctica, el propio cerebro aprenderá a apagar los pensamientos perturbadores.

¡Atención! Enfrentarse a los miedos, sobre todo al principio, es bastante desagradable. Incluso un ligero miedo es difícil de superar. Pero poco a poco, paso a paso, los miedos darán paso a la confianza.

Lo que es más interesante, los cambios son inmediatamente imperceptibles. Solo mirando hacia atrás, te das cuenta de lo mucho que has llegado. Un día te sorprenderás al descubrir que, sin pensar, haces todo lo que temías.


Acerca de la autora: Ellen Hendricksen, psicóloga de ansiedad, autora de Cómo calmar a su crítico interno y superar el miedo social.

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