Lo haré mañana

Se acumulan casos sin terminar y no iniciados, la demora ya no es posible, y aún no podemos comenzar a cumplir con nuestras obligaciones… ¿Por qué sucede esto y cómo dejar de posponer todo para más adelante?

No hay tanta gente entre nosotros que haga todo a tiempo, sin dejarlo para más tarde. Pero hay millones a los que les gusta posponer para más tarde: los retrasos eternos, generados por el hábito de posponer para mañana lo que ya es demasiado tarde para hacer hoy, afectan todos los aspectos de nuestra vida, desde los informes trimestrales hasta los viajes al zoológico con los niños. .

¿Qué nos asusta? El hecho es: usted necesita para empezar a hacerlo. Por supuesto, cuando se acaban los plazos, todavía empezamos a agitarnos, pero a menudo resulta que ya es demasiado tarde. A veces todo termina tristemente: la pérdida de un trabajo, la suspensión de un examen, un escándalo familiar… Los psicólogos mencionan tres razones para este comportamiento.

miedos internos

Una persona que deja todo para más tarde no solo es incapaz de organizar su tiempo, sino que tiene miedo de actuar. Pedirle que compre un diario es como pedirle a una persona deprimida que “simplemente mire el problema bajo una luz positiva”.

“Las demoras interminables son su estrategia de comportamiento”, dice José R. Ferrari, Ph.D., profesor de la Universidad DePaul en la Universidad Americana. – Es consciente de que le cuesta empezar a actuar, pero no se da cuenta del sentido oculto de su comportamiento: el deseo de defenderse. Tal estrategia evita la confrontación con miedos y ansiedades internas.

Luchando por el ideal

Los procrastinadores temen no tener éxito. Pero la paradoja es que su comportamiento, por regla general, conduce a fracasos y fracasos. Poniendo las cosas en un segundo plano, se consuelan con la ilusión de que tienen un gran potencial y aún tendrán éxito en la vida. Están convencidos de ello, porque desde pequeños sus padres les han repetido que son los mejores, los más talentosos.

“Creían en su excepcionalismo, aunque, por supuesto, en el fondo no podían evitar dudarlo”, explican Jane Burka y Lenora Yuen, investigadoras estadounidenses que trabajan con el síndrome de procrastinación. “Al envejecer y posponer la resolución de problemas, todavía se enfocan en esta imagen ideal de su propio “yo”, porque no son capaces de aceptar la imagen real”.

El escenario opuesto no es menos peligroso: cuando los padres siempre están descontentos, el niño pierde todo deseo de actuar. Más tarde se enfrentará a la contradicción entre el deseo constante de ser mejor, más perfecto y las oportunidades limitadas. Estar decepcionado de antemano, no comenzar a hacer negocios también es una forma de protegerse contra un posible fracaso.

Cómo no criar a un procrastinador

Para que el niño no crezca como alguien acostumbrado a dejar todo para después, no le inspires que es “lo mejor”, no le saques a relucir un perfeccionismo malsano. No vaya al otro extremo: si está contento con lo que está haciendo el niño, no sea tímido para mostrárselo, de lo contrario, lo inspirará una inseguridad irresistible. No le impida tomar decisiones: déjelo que se independice y no fomente un sentido de protesta en sí mismo. De lo contrario, más tarde encontrará muchas formas de expresarlo, desde simplemente desagradable hasta totalmente ilegal.

sentimiento de protesta

Algunas personas siguen una lógica completamente diferente: se niegan a obedecer cualquier requisito. Consideran cualquier condicionalidad como una usurpación de su libertad: no pagan, digamos, por un viaje en autobús, y así expresan su protesta contra las reglas adoptadas en la sociedad. Nota: seguirán estando obligados a obedecer cuando, en la persona del responsable del tratamiento, así se lo exija la ley.

Burka y Yuen explican: "Todo sucede de acuerdo con el escenario de la infancia, cuando los padres controlaban cada uno de sus pasos, sin permitirles mostrar independencia". Como adultos, estas personas razonan así: “Ahora no tienes que seguir las reglas, yo mismo manejaré la situación”. Pero tal lucha deja al propio luchador como perdedor: lo agota, no lo libera de los temores que vienen de una infancia lejana.

¿Qué hacer?

acortar el egoísmo

Si sigues pensando que no eres capaz de nada, tu indecisión no hará más que aumentar. Recuerda: la inercia también es un signo de conflicto interno: una mitad de ti quiere actuar, mientras que la otra la disuade. Escúchate a ti mismo: resistir la acción, ¿a qué le tienes miedo? Intente buscar respuestas y escribirlas.

Empezar paso a paso

Divide la tarea en varios pasos. Es mucho más efectivo ordenar un cajón que convencerse de que mañana lo desarmará todo. Comience con intervalos cortos: "De 16.00:16.15 a XNUMX:XNUMX, voy a colocar las cuentas". Gradualmente, comenzará a deshacerse de la sensación de que no tendrá éxito.

No esperes a la inspiración. Algunas personas están convencidas de que lo necesitan para iniciar cualquier negocio. Otros encuentran que funcionan mejor cuando los plazos son ajustados. Pero no siempre es posible calcular el tiempo que llevará resolver un problema. Además, pueden surgir dificultades imprevistas en el último momento.

Prémiese

Un premio autoproclamado a menudo se convierte en un buen incentivo para el cambio: lea otro capítulo de la historia de detectives que ha comenzado a revisar, o tómese unas vacaciones (al menos por un par de días) cuando entregue un proyecto responsable.

Consejos para los que te rodean

La costumbre de dejar todo para más tarde es muy molesta. Pero si llamas a esa persona irresponsable o perezosa, solo empeorarás las cosas. Es difícil de creer, pero esas personas no son en absoluto irresponsables. Luchan con su renuencia a actuar y se preocupan por sus inseguridades. No des rienda suelta a las emociones: tu reacción emocional paraliza aún más a una persona. Ayúdalo a volver a la realidad. Explicando, por ejemplo, por qué su comportamiento es desagradable para ti, deja la oportunidad de corregir la situación. Será útil para él. E incluso es innecesario hablar sobre los beneficios para usted.

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