Enfermedad iatrogénica: ¿pueden los tratamientos desencadenar nuevos síntomas?

Enfermedad iatrogénica: ¿pueden los tratamientos desencadenar nuevos síntomas?

Definido por la manifestación de nuevos síntomas indeseables tras la ingesta de fármacos, el iatrogenismo de fármacos constituye un problema de salud pública, en particular en los ancianos y en los niños. El cuidador debe informar al Centro de Farmacovigilancia de cualquier efecto inesperado. 

¿Qué es una enfermedad iatrogénica?

Las enfermedades iatrogénicas son el conjunto de síntomas no deseados que ocurren junto con los síntomas de la enfermedad que se está tratando como resultado de la terapia con medicamentos. De hecho, los fármacos que son eficaces contra determinadas enfermedades pueden provocar efectos secundarios indeseables, que varían de una persona a otra y que pueden afectar a la salud del paciente en tratamiento. Pueden tomar varias formas, como una erupción cutánea debido a una alergia a un medicamento, un aumento de la presión arterial o un accidente hemorrágico digestivo.

Estos efectos secundarios son frecuentes y la mayoría de ellos se enumeran en las instrucciones de los medicamentos recetados. Un centro regional de farmacovigilancia recopila todos los informes de los profesionales sanitarios y se actualiza periódicamente. El objetivo de esta base de datos es prevenir estos riesgos de enfermedades iatrogénicas, que a menudo se subestiman y, por lo tanto, conllevan un cambio de tratamiento o un ajuste (reducción y espaciamiento de dosis, toma del fármaco en medio de una comida. O con otro medicamento protector ...).

Los ancianos son los más afectados por las enfermedades iatrogénicas, porque a menudo están polimedicados (varios medicamentos que deben tomarse al mismo tiempo) y son más vulnerables. Estos efectos secundarios son dos veces más frecuentes después de los 65 años y el 20% de estos efectos secundarios dan lugar a hospitalizaciones.

¿Cuáles son las causas de las enfermedades iatrogénicas?

Las causas de las enfermedades iatrogénicas son múltiples:

  • Sobredosis: existe riesgo de sobredosis en caso de ingesta descontrolada de fármacos debido a trastornos cognitivos (trastornos del pensamiento) habituales en los ancianos.
  • Alergia o intolerancia: a determinados medicamentos como antibióticos, antiinflamatorios, analgésicos (analgésicos), quimioterapia, anticoncepción, determinadas pomadas, etc. pueden presentarse. Estas alergias e intolerancias siguen siendo muy variables de una persona a otra.
  • Eliminación lenta: también existe el riesgo de que se reduzcan las vías de eliminación de las moléculas del fármaco por el hígado o los riñones, lo que lleva a una sobredosis de fármacos en el organismo.
  • Interacciones de medicamentos: puede haber una interacción de medicamentos entre dos o más medicamentos que se toman al mismo tiempo.
  • Modificación del metabolismo: por determinados fármacos como diuréticos, laxantes, tratamientos para la glándula tiroides, etc.
  • Automedicación: que interfiere con el tratamiento prescrito o la mala adherencia a la medicación.
  • Dosis inadecuadas en niños o ancianos, según edad y peso.

Estas causas están en el origen del iatrogenismo farmacológico que a menudo puede corregirse, pero que a veces también conduce a accidentes iatrogénicos más graves.

¿Cómo hacer el diagnóstico de enfermedades iatrogénicas?

Este diagnóstico de enfermedades iatrogénicas se realiza cuando aparecen síntomas que no corresponden a la enfermedad que se está tratando. Mareos, caídas, desmayos, fatiga intensa, diarreas, estreñimiento, a veces vómitos con sangre, etc. Tantos síntomas que deberían alertar al paciente y al médico. 

El interrogatorio, la exploración clínica, los fármacos tomados, sobre todo si son recientes, orientarán el diagnóstico y las exploraciones complementarias a realizar. Dejar de tomar el medicamento sospechoso es el primer paso a tomar.

Si a esta interrupción sigue una mejoría o incluso una desaparición de los síntomas de las enfermedades iatrogénicas, el diagnóstico se realiza mediante una prueba terapéutica (interrupción del tratamiento). Entonces será necesario anotar el medicamento que causa este efecto secundario y evitar recetarlo nuevamente. Habrá que encontrar una alternativa.

Algunos ejemplos de enfermedades iatrogénicas:

  • Confusión y trastornos cognitivos tras la prescripción de diuréticos que favorecerán la aparición de una disminución del sodio en sangre (hiponatremia) y deshidratación;
  • Sangrado gastrointestinal después de tomar medicamentos antiinflamatorios que indican una lesión o incluso una úlcera digestiva;
  • Erupción, dificultad para respirar e hinchazón de la cara después de tomar antibióticos que indican una alergia a este antibiótico;
  • Malestar después de la vacunación y edema en el lugar de la inyección debido a una alergia a la vacuna;
  • Micosis oral o ginecológica tras la antibioterapia, cuyo origen es un desequilibrio de la flora oral o ginecológica tras el tratamiento.

¿Cómo tratar la enfermedad iatrogénica?

El tratamiento de los efectos secundarios de un tratamiento generalmente implicará detener el tratamiento y buscar una alternativa al tratamiento. Pero también puede ser para anticipar este efecto secundario prescribiendo otro medicamento como un antiulceroso cuando se prescriben medicamentos antiinflamatorios o antimicóticos durante el tratamiento con antibióticos.

Otras veces, será suficiente para corregir el desequilibrio provocado por el fármaco, como la administración de sodio o potasio en caso de una alteración de la sangre (hiponatremia o hipopotasemia). 

También se puede recetar un laxante suave en presencia de estreñimiento después de un tratamiento farmacológico o un retardador del tránsito en caso de diarrea. 

También se puede poner en marcha una dieta (dieta baja en sal, plátano para aporte de potasio, dieta baja en grasas saturadas en caso de aumento de colesterol, etc.). 

Finalmente, se puede prescribir un tratamiento para normalizar las cifras de presión arterial con monitorización regular.

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