Infiltración de la dosis

Infiltración de la dosis

Las inyecciones lumbares, también llamadas inyecciones epidurales, se utilizan con frecuencia para ayudar a aliviar el dolor lumbar persistente, la ciática y la cruralgia. Cada vez más precisos gracias a la guía de imágenes médicas, su efectividad es sin embargo inconsistente.

¿Qué es la infiltración lumbar?

La infiltración lumbar consiste en inyectar localmente una dosis baja de un tratamiento antiinflamatorio, la mayoría de las veces a base de cortisona, para reducir localmente la inflamación y, por tanto, el dolor. La infiltración permite administrar en la zona dolorosa incluso un potente antiinflamatorio con una difusión general muy baja, lo que permite una mayor eficacia evitando los efectos secundarios de los tratamientos antiinflamatorios.

La inyección se realiza en la columna, en el espacio epidural al nivel de la raíz nerviosa en cuestión, donde el nervio sale de la columna. El producto puede inyectarse a nivel interlaminar, caudal o transforaminal, dependiendo de la liberación del fármaco deseada.

¿Cómo va la infiltración lumbar?

La infiltración se realiza de forma ambulatoria, hoy en día con mayor frecuencia bajo guía radiológica, ecográfica o CT para elegir el punto de entrada correcto para la aguja y seguir su camino.

Durante la infiltración lumbar guiada por TC, el paciente se acuesta boca abajo sobre la mesa del escáner. Se realiza una primera exploración para localizar con precisión el lugar de la inyección. Sobre la piel limpia y desinfectada, después de la anestesia local, el radiólogo inyecta primero un producto de contraste yodado para comprobar que el fármaco se esparce bien en el área deseada. Luego, inyecta el tratamiento antiinflamatorio.

¿Cuándo recurrir a las infiltraciones lumbares?

La infiltración se propone como segunda indicación en pacientes que sufren durante varias semanas, no calmados con reposo y tratamientos farmacológicos, en período agudo de lumbalgia, ciática o cruralgia relacionada con una hernia de disco o un canal lumbar estrecho.

Después de la infiltración

Por lo general, se mantiene al paciente durante un breve período de seguimiento después del examen. Durante las horas siguientes a la infiltración, no es raro que el dolor aumente.

Se recomienda un descanso de 24 a 48 horas para que el producto mantenga su máxima concentración en la zona dolorida y actúe sin difundirse.

Los resultados

Por lo general, se observa mejoría dentro de las 24 a 48 horas, pero la eficacia es inconsistente. Depende en gran medida del paciente. A veces son necesarias dos o tres inyecciones con una semana de diferencia para obtener una acción sobre el dolor.

Además, la infiltración no trata la causa del dolor. Por tanto, suele ser un tratamiento coadyuvante en la fase aguda, antes de recurrir a la cirugía.

Los riesgos

Al igual que con cualquier inyección, existe un riesgo muy bajo de infección. Por tanto, los días siguientes a la infiltración, cualquier signo de infección (fiebre, inflamación en el lugar de la inyección) debe dar lugar a una consulta. 

Deje un comentario