¿Es necesario intervenir en los conflictos de los demás?

Cada uno de nosotros se convierte periódicamente en un testigo involuntario de los conflictos de otras personas. Muchos desde la misma infancia observan las peleas de sus padres, sin poder intervenir. Al crecer, vemos a amigos, colegas o simplemente transeúntes al azar discutiendo. Entonces, ¿vale la pena tratar de reconciliar a los seres queridos? ¿Y podemos ayudar a los extraños a lidiar con su ira?

“No te metas en los asuntos de los demás”: escuchamos desde la infancia, pero a veces puede ser difícil resistir el deseo de intervenir en el conflicto de otra persona. Nos parece que somos objetivos e imparciales, que tenemos excelentes dotes diplomáticas y somos capaces de resolver en pocos minutos las profundas contradicciones que impiden que quienes se pelean lleguen a un compromiso.

Sin embargo, en la práctica, esta práctica casi nunca conduce a un buen resultado. La psicóloga y mediadora Irina Gurova aconseja no actuar como un pacificador en las peleas entre personas cercanas y extraños.

Según ella, para resolver el conflicto se necesita una persona verdaderamente imparcial con habilidades profesionales y educación adecuada. Estamos hablando de un mediador-especialista (del latín mediātor - «intermediario»).

Los principios fundamentales del trabajo del mediador:

  • imparcialidad y neutralidad;
  • confidencialidad;
  • consentimiento voluntario de las partes;
  • transparencia del procedimiento;
  • respeto mutuo;
  • igualdad de las partes.

SI PERSONAS RELACIONADAS pelean

La psicóloga insiste: es imposible, aunque se quiera de verdad, regular los conflictos de padres, familiares o amigos. Las consecuencias pueden ser impredecibles. A menudo sucede que una persona que ha tratado de reconciliar a sus seres queridos se ve envuelta en una disputa, o los que están en conflicto se unen contra él.

¿Por qué no deberíamos interferir?

  1. Nunca podremos tener en cuenta todos los matices de las relaciones entre las dos partes, por muy buenas que tengamos con ellas. La conexión entre dos personas es siempre única.
  2. Es difícil permanecer neutral en una situación en la que los seres queridos se convierten rápidamente en personas agresivas que quieren lo peor para los demás.

Según el mediador, la mejor forma de acabar con el conflicto de los seres queridos no es intentar solucionarlo, sino protegerse de la negatividad. Si, por ejemplo, los cónyuges se pelearon en una compañía amistosa, tiene sentido pedirles que abandonen el local para arreglar las cosas.

Después de todo, sacar tus conflictos personales en público es simplemente descortés.

¿Qué puedo decir?

  • “Si necesitas pelear, por favor sal. Puedes seguir ahí si es muy importante, pero no queremos escucharlo.
  • “Ahora no es el momento ni el lugar para arreglar las cosas. Por favor, trátense unos a otros por separado de nosotros”.

Al mismo tiempo, Gurova señala que es imposible predecir el surgimiento de un conflicto y prevenirlo. Si tus seres queridos son impulsivos y emocionales, pueden iniciar un escándalo en cualquier momento.

SI LOS EXTRAÑOS PELEAN

Si has presenciado una conversación en tonos elevados entre extraños, también es mejor no interferir, cree Irina Gurova. Si trata de mediar, es posible que le pregunten de manera grosera por qué interfiere en sus asuntos.

“Es difícil predecir lo que sucederá: todo depende de quiénes sean estas partes en conflicto. Qué equilibrados son, si tienen alguna reacción impulsiva, violenta”, advierte.

Sin embargo, si una pelea entre extraños causa malestar a los demás o existe un peligro para una de las partes en conflicto (por ejemplo, un esposo golpea a su esposa o madre de un niño), esa es otra historia. En este caso, es necesario amenazar al agresor con llamar a las fuerzas del orden oa los servicios sociales y llamar realmente si el agresor no se ha calmado.

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