Omentectomía: todo sobre la eliminación del epiplón

Omentectomía: todo sobre la eliminación del epiplón

Durante el tratamiento de ciertos cánceres, la remoción de una membrana que recubre el abdomen es una de las hipótesis. La omentectomía en el cáncer puede prevenir trastornos pero también prolongar la supervivencia. ¿En qué casos está indicado? ¿Cuales son los beneficios? Hagamos un balance de este procedimiento.

¿Qué es una omentectomía?

La cirugía puede formar parte del tratamiento del cáncer. El tipo y la extensión de la cirugía se discuten con un equipo multidisciplinario: cirujanos, oncólogos y radiólogos. Juntos, trabajan en estrecha colaboración para determinar el mejor momento para la cirugía, según la enfermedad y otros tratamientos. 

La omentectomía es un procedimiento en el que se extrae toda o parte de la pared abdominal. El tejido que debe extirparse se llama epiplón. Este órgano graso está formado por el peritoneo ubicado debajo del estómago que cubre parte del colon. Este procedimiento se usa para verificar la presencia de células cancerosas. Esta zona también se denomina “epiplón grande”, de ahí el nombre de omentectomía que se le da a esta intervención.

El omento mayor es un tejido graso que recubre los órganos ubicados en el abdomen, el peritoneo. 

Nos distinguimos:

  • El omento menor, del estómago al hígado;
  • El omento mayor, ubicado entre el estómago y el colon transverso.

Se dice que la omentectomía es parcial cuando solo se extrae una parte del epiplón, total cuando el cirujano lo extrae por completo. La ablación no tiene consecuencias específicas.

Esto se puede hacer durante la cirugía de cáncer.

¿Por qué realizar una omentectomía?

Esta operación está indicada en pacientes con cáncer ginecológico de ovario o útero y cáncer digestivo que afecta al estómago. 

Rodeado por el peritoneo, el epiplón protege los órganos del abdomen. Está formado por tejido graso, vasos sanguíneos y células inmunitarias. 

Puede ser necesaria la extracción del epiplón:

  • En caso de ataque de células ya cancerosas en los ovarios, útero o intestino;
  • Como precaución: en personas con cáncer en un órgano ubicado cerca del epiplón, se realiza una omentectomía para evitar que se propague allí;
  • En casos raros, en caso de inflamación del peritoneo (peritonitis);
  • En la diabetes tipo 2: al reducir la cantidad de tejido graso cerca del abdomen, es posible recuperar una mejor sensibilidad a la insulina.

¿Cómo se realiza esta operación?

La omentectomía se puede realizar de dos formas:

  • o una laparoscopia: 4 pequeñas cicatrices en el estómago permiten el paso de una cámara e instrumentos. Requiere hospitalización de 2-3 días solamente;
  •  o una laparotomía: una gran cicatriz vertical mediana entre el tórax y el pubis permite que el abdomen se abra. La hospitalización es aproximadamente de 7 a 10 días, dependiendo de las acciones realizadas durante el procedimiento.

Se pinzan los vasos sanguíneos que circulan en el epiplón (para detener o prevenir el sangrado). Luego, el epiplón se separa cuidadosamente del peritoneo antes de extraerlo.

La omentectomía generalmente se realiza bajo anestesia general al mismo tiempo que otras cirugías. En caso de cáncer ginecológico, es de esperar la extirpación de los ovarios, las trompas uterinas o el útero. En este caso, se trata de una importante hospitalización que requiere permanecer un cierto número de días en casa.

¿Qué resulta después de esta operación?

En la enfermedad cancerosa, el pronóstico después de la extirpación del epiplón depende del estadio de la enfermedad. Por lo general, el cáncer ya se encuentra en una etapa avanzada. La intervención quirúrgica permite:

  • Para reducir complicaciones como la acumulación de líquido en el abdomen (ascitis);
  • Para prolongar la supervivencia durante varios meses. 

A largo plazo, los efectos de la extirpación del epiplón aún son inciertos, ya que la participación de este tejido sigue siendo poco conocida.

¿Cuáles son los efectos secundarios?

Después de la intervención, la persona es observada y atendida en la unidad de cuidados intensivos. Generalmente, las personas pueden ser trasladadas al día siguiente a la unidad de día. 

El tratamiento y la atención de seguimiento dependen del tipo y la etapa de la afección cancerosa. Cuando el procedimiento se realiza en una persona con cáncer, puede ir seguido de sesiones de quimioterapia para optimizar las posibilidades de recuperación. 

Los riesgos asociados a esta intervención están relacionados:

  • Con anestesia: riesgo de reacción alérgica al producto utilizado;
  • Tiene infección en la herida; 
  • En casos muy raros, provocar un íleo paralítico, es decir, una detención del tránsito intestinal;
  • Excepcionalmente, la operación puede dañar una estructura circundante: perforación del duodeno por ejemplo, la primera porción del intestino delgado.

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