Una vez más sobre la depresión: por qué se produce y cómo superarla

Mucho se ha escrito y dicho sobre la depresión, pero mientras esta enfermedad siga siendo el flagelo del siglo XXI, es poco probable que una nueva conversación sobre este tema sea superflua.

La depresión hoy en día se ha convertido en el diagnóstico más común que nos ponemos apresuradamente unos a otros. Lo leemos en sitios de medios y redes sociales. Nos lo cuentan emocionalmente desde las pantallas.

De hecho, en los últimos años, esta enfermedad se ha vuelto cada vez más relevante, especialmente para los residentes de las megaciudades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pronosticado durante mucho tiempo que para 2020 la depresión se convertirá en una de las principales causas de discapacidad y ocupará el segundo lugar en el ranking de enfermedades después de los problemas del sistema cardiovascular.

Cada uno de nosotros tiene necesidades individuales y las satisfacemos a nuestra manera. Son necesidades sencillas y comprensibles de reconocimiento, afecto, sana comunicación y relajación. Sin embargo, sucede que no tenemos la oportunidad de realizar incluso estos simples deseos. Tenemos que suprimirlos, negándonos a lo importante y necesario.

Todo lo que necesitas parece estar allí: refugio, comida y agua, pero en la elección de acciones no somos libres. Como resultado, el anhelo y el aburrimiento se convierten en nuestros compañeros constantes.

Alejándonos de la naturaleza, la fe, los simples significados de la vida, nos sumamos a la carrera por su calidad. Esta búsqueda requiere ajustarse a las muestras elegidas, mantener la cara, lograr lo planeado a toda costa. Curiosamente, esta estrategia incide no solo en cuestiones de carrera, sino también en el ámbito de las relaciones. La máquina está funcionando y los resultados solo exacerban la situación.

Señales de depresión

¿Cómo saber si te estás deprimiendo? Un signo común es una actitud negativa hacia:

  • a sí mismo,
  • la paz,
  • futuro.

Lo que no ayuda en nada con la depresión son las consignas motivacionales, las historias de que alguien está aún peor y la desvalorización de nuestras experiencias.

Cuando no tenemos fuerzas, los que nos rodean no nos sostienen y nos quedamos solos con nosotros mismos, nuestro estado depende de la capacidad de sustentarnos. De la capacidad de cuidarse, de darse cuenta del propio valor, no dejarse llevar por la necesidad impuesta de cumplir y no dejarse guiar por una valoración del exterior.

En la etapa inicial de la depresión, podemos ayudar a:

  • la capacidad de mantenerse a sí mismo
  • el deseo de formar nuevos soportes internos, de encontrar nuevos significados,
  • disposición para evaluar objetivamente la propia condición y tomarla como punto de partida.

Qué hacer si te encuentras mostrando signos de depresión

Si ha notado los signos descritos anteriormente en usted mismo y no hay oportunidad de contactar a un especialista, intente al menos cambiar su modo de vida habitual:

  • incluir paseos obligatorios en la naturaleza en el horario,
  • obligarte a ir al gimnasio,
  • utilizar prácticas de meditación.

La meditación es reconocida como una herramienta eficaz para tratar la depresión y la ansiedad. Las técnicas para trabajar con pensamientos negativos pueden volverse especialmente ingeniosas. Gracias a ellos, detectamos y eliminamos errores de pensamiento: formas de pensamiento «virales». Formamos nuevas actitudes a partir de una adecuada valoración adulta de la realidad. Nos liberan del cautiverio de las conclusiones “todo está mal”, “nadie me quiere”, “nada funcionará”, “no tengo chance”, etc.

Como resultado del trabajo eco-amigable paso a paso con nosotros mismos, formamos el hábito de una actitud positiva básica en la evaluación de lo que está sucediendo, aprendemos la autosuficiencia y el cuidado de nosotros mismos, adquirimos la habilidad para crear y consolidar el actitudes de una actitud positiva hacia el mundo y hacia nuestra propia vida.

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