Nuestro mayor error al cocinar hígado
 

Muy a menudo, al cocinar el hígado, todos cometemos el mismo error. Comenzamos a salarlo tan pronto como hierva el agua o inmediatamente después de ponerlo en la sartén.

Pero resulta que para que el hígado se vuelva blando como resultado del tratamiento térmico y no pierda su jugosidad, se debe agregar sal un par de minutos antes de que se apague el fuego. Esto mejorará significativamente el sabor del plato y minimizará la cantidad de sal. Además, la sal absorbe la humedad y esto puede resecar el hígado.

Y también unos sencillos consejos te ayudarán a cocinar un delicioso hígado.

1. Remojo. Para que el hígado esté tierno, primero se debe remojar en leche fría. Basta con 30-40 minutos, pero primero, el hígado debe cortarse en porciones. Luego hay que sacarlo y secarlo. Puede utilizar una toalla de papel normal. 

 

2. Corte correcto… Para que el hígado quede aireado y suave durante la fritura, es mejor cortarlo en trozos pequeños para que su grosor sea de unos 1,5 centímetros.

3. Salsa para guisar. La crema agria y la nata también contribuyen a la jugosidad y suavidad del hígado, si se agregan durante el proceso de cocción. Debe hervir a fuego lento en ellos no más de 20 minutos. 

¡Platos deliciosos para ti!

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