Palma de la mano

Palma de la mano

La palma de la mano constituye la zona situada en la cara interna de la mano y permite notablemente el agarre.

Anatomía

Posición. La palma de la mano se encuentra en el interior de la mano, entre la muñeca y los dedos (1).

Estructura osea. La palma de la mano está formada por la cuartilla, formada por cinco huesos largos que se colocan en la extensión de cada dedo (2).

Estructura del tejido. La palma de la mano está formada (1):

  • ligamentos;
  • de los músculos intrínsecos de la mano, que son las eminencias tenar e hipotenar, lumbricales, interóseos, así como el músculo aductor del pulgar;
  • tendones de los músculos del compartimento anterior del antebrazo;
  • de la aponeurosis palmar.

Sobre. La palma de la mano está cubierta por una superficie gruesa de piel. Este último no tiene pelo y contiene muchas glándulas sudoríparas. También está marcado por tres arrugas profundas llamadas "pliegues de flexión palmar".

Inervación y vascularización. La palma de la mano está inervada por los nervios mediano y cubital (3). El riego sanguíneo es proporcionado por las arterias radial y cubital.

Funciones de la palma

Rol de información. La palma de la mano tiene una fuerte sensibilidad que permite obtener mucha información externa (4).

Rol de ejecución. La palma de la mano permite el agarre, que constituye el conjunto de funciones que permiten el agarre (4).

Otros roles. La palma de la mano también se usa para expresarse o alimentarse (4).

Patología y dolor en la palma de la mano.

Pueden surgir diferentes problemas en la palma de la mano. Sus causas son variadas y pueden ser de origen óseo, nervioso, muscular o incluso articular.

Patologías óseas. El esqueleto de la palma de la mano puede sufrir fracturas pero también puede sufrir determinadas afecciones óseas. Por ejemplo, la osteoporosis es una pérdida de densidad ósea que se encuentra típicamente en personas mayores de 60 años. Acentúa la fragilidad de los huesos y también promueve las facturas (5).

Patologías nerviosas. Varias patologías nerviosas pueden afectar la palma de la mano, por ejemplo, el síndrome del túnel carpiano se refiere a trastornos asociados con la compresión del nervio mediano a nivel del túnel carpiano, más precisamente a nivel de la muñeca. Se manifiesta como hormigueo en los dedos y pérdida de fuerza muscular, especialmente en la palma (6).

Patologías musculares y tendinosas. La palma puede verse afectada por trastornos musculoesqueléticos, reconocidos como enfermedades profesionales y que ocurren durante un estrés excesivo, repetitivo o repentino en una extremidad.

Patologías articulares. La palma de la mano puede ser sede de afecciones articulares como la artritis, agrupando los dolores asociados a las articulaciones, ligamentos, tendones o huesos. La osteoartritis es la forma más común de artritis y se caracteriza por el desgaste del cartílago que protege los huesos de las articulaciones. Las articulaciones de la palma también pueden verse afectadas por la inflamación en el caso de la artritis reumatoide (7).

Tratamientos

Prevención de golpes y dolores en la palma de la mano. Para limitar las fracturas y los trastornos musculoesqueléticos, la prevención mediante el uso de protección o el aprendizaje de los gestos adecuados es esencial.

Tratamiento sintomático. Para reducir la incomodidad, el sujeto puede usar una férula durante la noche. Esto se recomienda, por ejemplo, en el caso del síndrome del túnel carpiano.

Tratamiento ortopédico. Dependiendo del tipo de fractura se realizará la instalación de un yeso o una resina para inmovilizar la palma.

Tratamientos farmacológicos. Dependiendo de la patología diagnosticada, se prescriben diferentes tratamientos para regular o fortalecer el tejido óseo. También se pueden recetar ciertos medicamentos para ayudar a descomprimir un nervio.

Tratamiento quirúrgico. Dependiendo de la patología diagnosticada y su evolución, se puede realizar una operación quirúrgica.

Exámenes de palma

Examen físico. En primer lugar, se realiza una exploración clínica con el fin de observar y valorar los signos sensoriales y motores que percibe el paciente en la palma de la mano.

Examen de imágenes médicas. El examen clínico a menudo se complementa con una radiografía. En algunos casos, los médicos utilizarán una resonancia magnética o una tomografía computarizada para evaluar e identificar las lesiones. La gammagrafía o incluso la densitometría ósea se pueden utilizar para evaluar patologías óseas.

Exploración electrofisiológica. El electromiograma permite estudiar la actividad eléctrica de los nervios e identificar posibles lesiones.

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