¡Agua perfecta para todos!

El agua es esencial para mantener la temperatura corporal normal, transportar nutrientes y productos de desecho.

Las personas físicamente activas deben recordar acerca de la hidratación adecuada. Durante una hora de entrenamiento de intensidad moderada, perdemos alrededor de 1-1,5 litros de agua. La falta de reposición de las pérdidas conduce a la deshidratación del cuerpo, lo que resulta en una disminución de la fuerza, la resistencia, la velocidad y la potencia de los músculos esqueléticos. La deshidratación del cuerpo contribuye a la aceleración de la frecuencia cardíaca, que resulta de la reducción del volumen de sangre que fluye a través de los músculos, lo que aumenta su fatiga debido al suministro demasiado bajo de oxígeno y nutrientes.

Cuando se realizan entrenamientos de baja o moderada intensidad, que no duran más de una hora, el agua mineral sin gas es suficiente para reponer líquidos. Durante ejercicios de más de una hora conviene tomar pequeños sorbos de una bebida ligeramente hipotónica, es decir, una bebida isotónica diluida en agua. Cuando el entrenamiento es muy intenso y prolongado, los electrolitos también se pierden con el sudor, por lo que vale la pena optar por una bebida isotónica que restablecerá rápidamente el equilibrio hídrico y electrolítico alterado.

Cabe recordar que inmediatamente después del entrenamiento es necesario beber agua o una bebida isotónica, y no, por ejemplo, café, bebidas energéticas, té fuerte o alcohol, debido a que tienen un efecto deshidratante. Prestemos atención también al hecho de que el agua no sea carbonatada, porque el dióxido de carbono provoca una sensación de saciedad y saturación, lo que contribuye a que no queramos beber antes de reponer las deficiencias de líquidos.

A lo largo del día, lo mejor es beber agua mineral, sin gas, en pequeños sorbos. La persona promedio debe beber alrededor de 1,5 a 2 litros de agua por día, sin embargo, la necesidad varía con el aumento de la actividad física, los cambios en la temperatura ambiente, el estado de salud, etc.

La hidratación adecuada de las células contribuye al curso eficiente y rápido de las reacciones bioquímicas, lo que aumenta el metabolismo; una ligera deshidratación hace que el metabolismo se ralentice en aproximadamente un 3%, lo que no se recomienda, especialmente con dietas reductoras. Recuerde que no debe recurrir a aguas saborizadas, ya que suelen ser una fuente adicional de edulcorantes, saborizantes artificiales y conservantes.

Si desea diversificar el agua, vale la pena agregarle fruta fresca, menta y jugo de limón o naranja. La limonada preparada de esta manera se ve y sabe muy bien.

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