Placenta accreta: cuando la placenta se implanta mal

Placenta accreta: una complicación a tener en cuenta

Mala implantación de la placenta.

La placenta accreta, increta o percreta corresponde a un mala posición de la placenta dentro del útero, explica el Dr. Frédéric Sabban, obstetra-ginecólogo en París. En lugar de estar unida solo al revestimiento del útero (o endometrio), la placenta se asienta demasiado profunda. Estamos hablando de placenta acreta cuando la placenta se inserta ligeramente en el miometrio (músculo uterino), placenta increta cuando está completamente insertado en ese músculo, o placenta percreta cuando se “derrama” más allá del miometrio a otros órganos.

Involucrado, un útero con cicatrices

Según el Dr. Sabban, el principal factor de riesgo de esta anomalía de la placenta está teniendo un útero con cicatrices. De hecho, es un útero que contiene una o más cicatrices, como resultado de una operación. También puede ser una cicatriz debido a una anomalía uterina operada (fibroma, endometriosis intrauterina, etc.) o una cicatriz resultante de una cesárea. Durante un aborto o un aborto espontáneo, legrado se practica a menudo. Consiste en raspar la superficie del útero con un instrumento quirúrgico para extraer los restos de la placenta y esto también puede causar una cicatriz y luego conducir a esta anomalía uterina.

Sin embargo, la presencia de una placenta accreta o uno de sus derivados es relativamente rara : afecta del 2 al 3% de las mujeres con útero con cicatrices. El riesgo de tener este tipo de anomalía placentaria también es extremadamente raro en otras mujeres.

¿Cuándo y cómo se diagnostica?

Hay pocos síntomas que sugieran una placenta accreta. Además, esta patología de la placenta suele ser diagnosticado tarde, durante el tercer trimestre del embarazo o al final del embarazo. La mayoría de las veces, el diagnóstico se realiza mediante ecografía o resonancia magnética pélvica. Estos son generalmente sangrado anormal al final del embarazo o al inicio del parto lo que sugiere la presencia de esta anomalía.

Parto bajo estricta supervisión médica

Si durante el embarazo, una placenta accreta no requiere un control especial, requiere un cuidado especial durante el parto. Esto se debe a que el principal riesgo de una placenta accreta es hemorragia del parto, que amenaza la salud de la madre. Para minimizar las complicaciones, el equipo médico realizará una cesárea. Según el Dr. Sabban, un embarazo con placenta accreta requiere una parto altamente medicalizado, para que el paciente pueda recibir una transfusión si hay un sangrado abundante.

A partir de entonces, los médicos podrán sugerir extirpación del útero (histerectomía) o cirugía conservadora dependiendo del deseo de la paciente de un nuevo embarazo.

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