Aikido psicológico: cómo defender tu elección en una familia de carnívoros

Técnica uno: conoce a tu oponente y prepárate para contrarrestarlo adecuadamente.

Tus seres queridos no son tus enemigos, pero en materia de vegetarianismo son tus oponentes. Ellos tienen sus puntos de vista sobre la comida, tú tienes los tuyos. Demuestra que tu punto de vista debe ser discutido, pero no emocionalmente y sin alzar la voz.

“Tú no comes carne, ¿de dónde sacas las proteínas? ¿Cómo te volverás saludable y fuerte si no comes carne?” etc. Debe tener respuestas convincentes a estas preguntas. No es fácil cambiar la cosmovisión de tu abuela o de tu madre, pero si tienes argumentos sólidos, es posible. Para mayor solidez, sus palabras deben estar respaldadas por artículos de periódicos, extractos de libros, discursos de médicos. Necesita fuentes autorizadas que sus seres queridos crean. La ciencia puede actuar como esta autoridad. Por ejemplo, “los biólogos han demostrado que las nueces, los frijoles, las lentejas, el brócoli, las espinacas contienen más proteínas que la carne, además, estos productos no están rellenos de antibióticos, como un pollo o una vaca criados en una granja”: existe la posibilidad. que tal respuesta satisfará a su interlocutor. La historia también tiene autoridad: “en Rus', comían carne solo una vez al mes, y el 95% de la dieta eran alimentos vegetales. Al mismo tiempo, nuestros antepasados ​​​​eran sanos y fuertes y, por lo tanto, no hay razón para poner la carne en primer plano.

Los amigos y conocidos también pueden ayudar. Si sus seres queridos tienen amigos (preferiblemente de su generación) que son positivos sobre el vegetarianismo, pídales que comenten sobre comer alimentos vegetales y evitar la carne. Cuantas más personas y hechos para usted, más fácil y rápido podrá lograr el reconocimiento de su elección.

Técnica dos: salta el ataque más allá de ti

Serás atacado: tratando de convencerte de que comas carne, tal vez aplastado por las emociones. Es aún más difícil escuchar a alguien decir con resentimiento: “¡Lo intenté, cociné, pero tú ni siquiera lo intentas!”. – uno de los ejemplos de la manipulación cotidiana de las emociones para hacerte sentir culpable. El segundo truco consiste en omitir las manipulaciones. Aléjate de la línea de ataque: imagina vívidamente que todas las influencias dirigidas a ti pasan de largo. Puedes decir mentalmente la fórmula: “Estos ataques pasan, me quedo tranquilo y protegido”. Si está de pie, literalmente puede dar un pequeño paso hacia un lado. Esta técnica te ayudará a mantener la calma, y ​​en un estado en el que las palabras no te lastimen, será más fácil defender tus creencias.

Técnica tres: Usa la fuerza del enemigo

La fuerza del oponente está en sus palabras y su voz. En una situación de conflicto, la gente suele plantearlo y elige palabras duras. Si levantas la voz, responde con calma y despliega el poder de las palabras contra el agresor: “No acepto hablar en tonos elevados. Mientras estés gritando, yo estaré en silencio. Si te bombardean con palabras y no te permiten responder, di: “No te permites hablar, ¡detente y escúchame!”. Y cuanto más tranquilamente lo digas, más fuerte será el efecto. Puedes pensar que esto no funcionará. Puede que incluso lo hayas intentado y no te haya funcionado. De hecho, a menudo no funciona la primera vez: la efectividad depende de la calma y la confianza con la que hará todo.

Técnica Cuatro: Controla tu distancia

Siéntete libre de construir un diálogo. A veces tiene sentido romper temporalmente la distancia para no permitir que te hagan un daño significativo. Durante una conversación tensa, toma un respiro para recuperarte. El retiro puede ser bastante corto, por ejemplo, ir a lavarse al baño por un minuto. Deje que el agua lave la tensión, tome algunas respiraciones profundas y exhalaciones largas. Luego regresa y continúa la conversación. O puede tomar un descanso más largo, por ejemplo, salir a caminar durante una hora y, cuando regrese, en un estado de calma, hable seriamente sobre la inaceptabilidad de la presión sobre usted.

Técnica cinco: el principio de la negativa a luchar

No luches contra los que te obligan a comer carne. No se deje atascar en los reclamos que se hacen en su contra. De acuerdo con ellos, pero quédese donde está, diga: "Entiendo por qué no está contento, pero mi elección sigue siendo la misma". Sé como el agua, que lo acepta todo, pero sigue siendo ella misma. Con vuestra serenidad y paciencia, extinguid el ardor de aquellos que están tratando de cambiaros. ¡Sé una roca y percibe sus acciones como el viento que sopla a tu alrededor, pero no puede moverse! Y lo más importante: dado que ha renunciado a la carne, ha elegido el camino del crecimiento moral y espiritual, debe comprender que sus seres queridos están tratando de obligarlo a comer proteína animal solo con buenas intenciones, como ellos creen. Y su tarea es mirarlo desde el punto de vista de una persona consciente, tratar de aceptar y comprender su comportamiento.

Estas técnicas funcionan, pero el grado de efectividad depende de la habilidad de su aplicación, así que practíquelas regularmente. Pronto los dominarás hasta tal punto que nadie podrá imponerte qué comer. No importa lo difícil que sea, cree en ti mismo y podrás defender tu opinión.

 

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