Semillas de girasol: fibra, proteína, vitamina E

Las semillas de girasol son el fruto de una hermosa planta de girasol originaria del norte de África. Las semillas tienen una textura firme y un sabor ligeramente a nuez. Eran una importante fuente de alimento para los indios americanos. Las semillas de girasol siguen siendo un producto popular hasta el día de hoy, aunque se consumen más a menudo como refrigerio que como parte de un plato. Y aunque las semillas de girasol no son tan densas en nutrientes como la chía o las semillas de cáñamo, son extremadamente saludables. Las semillas de girasol son una fuente vital de energía natural y muchos de los nutrientes que contienen son deficientes en nuestra dieta moderna. Una taza de semillas de girasol secas contiene . La mayor parte de la fibra de las semillas de girasol es insoluble y limpia el colon de los desechos acumulados. La proteína de las semillas incluye los ocho aminoácidos esenciales, lo que las convierte en un producto absolutamente indispensable para los vegetarianos. Como la mayoría de los cultivos de pepita, las semillas de girasol son ricas en nutrientes que nuestro cuerpo no puede producir por sí solo. Un estudio publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry encontró que las semillas de girasol (y los pistachos) son las más ricas en fitoesteroles de todos los demás frutos secos y semillas. Los fitoesteroles son compuestos que se encuentran en las plantas que tienen una estructura química similar a la del colesterol. Se cree que estos compuestos reducen los niveles de colesterol malo en la sangre cuando se consumen adecuadamente. Las semillas de girasol son una fuente excelente. La vitamina E antioxidante soluble en grasa viaja por todo nuestro cuerpo, eliminando los radicales libres. De lo contrario, los radicales dañan las moléculas y estructuras que contienen grasa, como las células cerebrales, el colesterol y las membranas celulares. La vitamina E también es un poderoso antiinflamatorio y reduce los síntomas asociados con enfermedades inflamatorias como el asma y la artritis reumatoide.

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