La somnolencia

La somnolencia

¿Cómo se define la somnolencia?

La somnolencia es un síntoma que resulta en una fuerte necesidad de dormir. Es normal, “fisiológico”, cuando ocurre al anochecer o al acostarse, o en las primeras horas de la tarde. Si ocurre durante el día, se llama somnolencia diurna. Si bien la somnolencia puede afectar a cualquier persona, especialmente cuando está cansado, después de una mala noche de sueño o inmediatamente después de una gran comida, se vuelve anormal cuando se repite a diario, interfiere con la atención e interfiere con las actividades diarias.

Puede revelar la presencia de una patología y, por tanto, debe ser objeto de una consulta médica.

La somnolencia es un síntoma común: los estudios han estimado que afecta a alrededor del 5 al 10% de los adultos (intensamente, y el 15% “leve”). Es muy común en la adolescencia y en los ancianos.

¿Cuáles son las causas de la somnolencia?

Es lógico pensar que la somnolencia puede estar simplemente relacionada con la falta de sueño, especialmente en los adolescentes. Sabemos que no duermen lo suficiente para sus necesidades, y la somnolencia diurna es común en este grupo de edad.

Aparte de una situación poco habitual, que puede afectar a todos (mala noche, jet lag, falta de sueño, etc.), la somnolencia puede estar asociada a varias patologías del sueño:

  • Retraso de fase e insuficiencia crónica del sueño: se trata de una falta crónica de sueño o un trastorno del reloj interno, que "cambia" las fases del sueño (esto es común en los adolescentes).
  • trastornos del sueño como ronquidos y síndrome de apnea obstructiva del sueño: esta es la causa más común de somnolencia (después de un sueño insuficiente). Este síndrome se manifiesta como “pausas” de respiración inconsciente durante la noche, lo que deteriora la calidad del sueño al interrumpir constantemente los ciclos de descanso.
  • hipersomnias centrales (narcolepsia con o sin cataplejía): la mayoría de las veces se deben a una degeneración de ciertas neuronas en el cerebro que conduce a ataques de sueño, con o sin cataplejía, es decir, una pérdida repentina del tono muscular. Es una enfermedad rara.
  • hipersomnia por consumo de drogas: varias drogas y drogas pueden inducir somnolencia excesiva, en particular hipnóticos sedantes, ansiolíticos, anfetaminas, opiáceos, alcohol, cocaína.

Otros trastornos también pueden estar asociados con la somnolencia:

  • condiciones psiquiátricas como depresión o trastorno bipolar
  • obesidad o sobrepeso
  • diabetes
  • otros: enfermedades neurodegenerativas, ictus, tumor cerebral, traumatismo craneoencefálico, tripanosomiasis (enfermedad del sueño), etc.

El embarazo, especialmente en el primer trimestre, también puede causar fatiga incontenible y somnolencia diurna.

¿Cuáles son las consecuencias de la somnolencia?

Las consecuencias de la somnolencia excesiva son múltiples y potencialmente graves. De hecho, la somnolencia puede poner en peligro la vida: es incluso la principal causa de accidentes de tráfico mortales y se cree que está implicada en un total del 20% de los accidentes de tráfico (en Francia).

Por el lado profesional o escolar, la somnolencia diurna puede provocar problemas de concentración, pero también aumenta el riesgo de accidentes laborales, deteriora las funciones cognitivas, aumenta el absentismo y reduce el rendimiento.

Tampoco hay que descuidar las consecuencias sociales y familiares: por ello es fundamental diagnosticar la somnolencia (el afectado no siempre consulta de forma espontánea a su médico) y encontrar la causa.

¿Cuáles son las soluciones en caso de somnolencia?

Las soluciones a implementar obviamente dependen de la causa. Cuando la somnolencia se debe a la fatiga o la falta de sueño, es importante restablecer la hora regular de acostarse y tratar de dormir lo suficiente cada noche.

Cuando la somnolencia refleje la existencia de un síndrome de apnea del sueño, se propondrán varias soluciones, en particular el uso de una máscara respiratoria por la noche para prevenir la apnea. Si es necesario, se debe considerar la pérdida de peso: a menudo reduce los síntomas y reduce el riesgo cardiovascular asociado con la apnea.

En caso de somnolencia inducida por fármacos, será necesario retirar o reducir la dosis. A menudo se necesita ayuda médica para hacer esto.

Finalmente, cuando la somnolencia se debe a una patología neurológica o sistémica, el manejo adecuado generalmente puede reducir los síntomas.

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