Teatro “Eco Drama”: para educar a las personas en “ecocentrismo”

La primera representación del ecoteatro fue La Isla de Huevo. El nombre de la performance contiene un juego de palabras: por un lado, “Egg” (Huevo) –traducido literalmente –“huevo”– simboliza el comienzo de la vida, y por otro lado, nos remite al nombre del verdadera isla escocesa Egg (Eigg), cuya historia se basó en la trama. El programa habla sobre el cambio climático, el pensamiento positivo y el poder del espíritu de equipo. Desde la creación de Egg Island, la compañía ha madurado notablemente y hoy en día realiza numerosos seminarios, proyectos educativos creativos en escuelas y jardines de infancia, festivales y, por supuesto, continúa presentando espectáculos ambientales. 

Algunas historias hablan sobre el mundo animal, otras sobre el origen de los alimentos, otras te enseñan a ser proactivo y ayudar a la naturaleza por tu cuenta. Hay espectáculos cuya importante contribución a la protección del medio ambiente está literalmente dando sus frutos: estamos hablando de The Forgotten Orchard, una historia sobre los huertos de manzanos de Escocia. Todos los grupos de escolares que acudan a esta función reciben de regalo varios árboles frutales que podrán plantar cerca de su colegio, además de luminosos carteles para recordar la función y todo un abanico de emocionantes juegos didácticos con los que podrán conocer el mundo a nuestro alrededor mejor. La nieta y el abuelo, los héroes de la obra “The Forgotten Orchard”, le cuentan al público sobre las variedades de manzanas criadas en Escocia e incluso les enseñan a los niños a identificar la variedad por el sabor de la manzana y su apariencia. “La actuación me hizo pensar de dónde vienen las manzanas que como. ¿Por qué gastamos gasolina para traer manzanas a Escocia, si podemos cultivarlas nosotros mismos? exclama un niño de 11 años después de la actuación. Entonces, ¡el teatro está haciendo su trabajo perfectamente!

En agosto de 2015, el Eco Drama Theatre presentó una nueva función y, con ella, un nuevo formato de trabajo. Hablando en las escuelas escocesas, los artistas notaron que casi nada crece en las parcelas escolares, y el espacio permanece vacío o está ocupado por el patio de recreo. Cuando los artistas sugerían que las escuelas montaran su propio huerto en este territorio, la respuesta era siempre la misma: “Nos gustaría, pero no tenemos un lugar adecuado para ello”. Y luego, el teatro "Eco Drama" decidió demostrar que puedes cultivar plantas en cualquier lugar, incluso en un par de zapatos viejos. Y así nació una nueva actuación: "Desarraigados de la Tierra" (Desarraigados).

A los alumnos de las escuelas asociadas se les ofreció plantar plantas y flores en cualquier recipiente que quisieran: en la parte trasera de un viejo coche de juguete, en una regadera, una caja, una canasta o cualquier otra cosa innecesaria que encontraran en casa. Así, se creó un escenario vivo para la actuación. Compartieron la idea de la actuación con los muchachos y les dieron la oportunidad de idear qué más podría convertirse en parte del interior del escenario. La idea principal establecida por la escenógrafa Tanya Biir fue la negativa a crear elementos interiores artificiales adicionales: todos los elementos necesarios se hicieron a partir de elementos que ya habían servido. A través de esto, el teatro Eco Drama decidió enfatizar la importancia del respeto por las cosas, el reciclaje y la reutilización. El proyecto Living Stage, dirigido por Tanya Biir, muestra claramente que incluso un escenógrafo teatral tiene un enorme potencial para influir en el mundo y hacerlo más respetuoso con el medio ambiente. Este enfoque también permite que la audiencia se involucre en el proceso de preparación de la actuación, para involucrarlos en lo que está sucediendo: al reconocer sus plantas en el escenario, los chicos se hacen a la idea de que ellos mismos pueden cambiar el mundo para mejor. . Después de las funciones, las plantas permanecen en las escuelas, en las aulas y en los espacios abiertos, y continúan deleitando los ojos de grandes y pequeños.

El ecoteatro trata de aportar un elemento “verde” a todo lo que hace. Así, los artistas llegan a las actuaciones en coches eléctricos. En otoño, se llevan a cabo campañas de plantación de árboles en diferentes ciudades de Escocia, que terminan con fiestas de té amistosas. Durante todo el año, realizan emocionantes actividades con los niños como parte del club “¡Todo a la calle!” (Salir a jugar), cuyo objetivo es dar a los niños la oportunidad de pasar más tiempo en la naturaleza y empezar a conocerla mejor. Las escuelas y jardines de infancia escoceses pueden invitar al teatro en cualquier momento, y los actores darán a los niños una clase magistral sobre reciclaje y reutilización de materiales, hablarán sobre dispositivos y medios técnicos ecológicos, por ejemplo, sobre los beneficios de las bicicletas. 

“Creemos que todas las personas nacen 'ecocéntricas', pero con la edad, el amor y la atención a la naturaleza pueden debilitarse. Nos enorgullece que en nuestro trabajo con niños y jóvenes estemos tratando de cultivar el “ecocentrismo” y hacer de esta cualidad uno de los valores principales en nuestras vidas”, admiten los artistas de teatro. Me gustaría creer que cada vez habrá más teatros como Eco Drama, quizás esta sea la forma más efectiva de combatir el cambio climático.

 

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