Tricomoniasis: síntomas y transmisión

Tricomoniasis: síntomas y transmisión

Con más de 200 millones de personas infectadas en todo el mundo cada año, la tricomoniasis es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes.

¿Qué es la tricomoniasis?

Muy a menudo benigna y asintomática, la tricomoniasis es una infección de transmisión sexual que puede causar complicaciones y no debe pasarse por alto. La prevención y el tratamiento adecuados erradican este parásito en el 90% de los casos.

Los síntomas de la tricomoniasis

En general, el período de incubación del parásito varía de 5 a 30 días después de la contaminación. Muy a menudo, la infestación es asintomática en humanos.

En mujeres

En aproximadamente el 50% de los casos, los síntomas pueden aparecer en mujeres. La infección vaginal por Trichomonas Vagonalis representa aproximadamente el 30% de las vulvovaginitis y el 50% de las vaginitis con secreción en las mujeres.

Los síntomas varían en intensidad, desde formas asintomáticas hasta secreciones vaginales espumosas de color amarillo verdoso profusas con olor a pescado. También hay dolor en la vulva y el perineo asociado con dolor durante el coito y dolor al orinar (disuria).

Una infección asintomática puede volverse sintomática en cualquier momento en que se desarrolle inflamación de la vulva y el perineo y edema de los labios (vagina).

La intensidad del dolor es más marcada al inicio y al final del ciclo menstrual debido al aumento del pH vaginal, favorable al desarrollo del parásito. La menopausia, que provoca una variación del pH a nivel vaginal, también favorece el desarrollo del parásito. En mujeres embarazadas, Trichomonas Vaginalis puede ser responsable del parto prematuro en mujeres infestadas.

Inhumanos

Los signos clínicos son raros, siendo la infestación asintomática en el 80% de los casos. A veces, la uretritis se manifiesta por una secreción uretral que puede ser transitoria, espumosa o purulenta o causar dolor al orinar (disuria) o una necesidad frecuente de orinar (polaquiuria), generalmente por la mañana. La uretritis suele ser benigna.

Las únicas complicaciones raras son la epididimitis (inflamación del conducto que conecta el testículo con la próstata) y la prostatitis (inflamación de la próstata).

En los hombres, la tricomoniasis es responsable del dolor crónico de intensidad variable durante las relaciones sexuales.

Diagnóstico

La búsqueda de Trichomonas Vaginalis se basa en el examen directo de una muestra urogenital o mediante una técnica de diagnóstico molecular (PCR).

Esta técnica molecular (PCR), que no es reembolsable, debe ser objeto de una prescripción específica y no se realiza durante el examen de rutina de una muestra vaginal de rutina.

Como Trichomonas Vaginalis es un parásito móvil, puede detectarse fácilmente durante un examen microscópico siempre que se lleve a cabo inmediatamente después de tomar la muestra. De lo contrario, el examen directo se lleva a cabo después de teñir un portaobjetos leído bajo un microscopio. El examen de la prueba de Papanicolaou puede revelar anomalías citológicas (estudio de células) que sugieren una infección por Trichomonas Vaginalis. Sin embargo, no permite concluir una infestación por el parásito.

TRANSMISIÓNES

Trichomonas Vaginalis es un parásito de transmisión sexual. Se recomienda testear su presencia en personas con otras ITS, ya que estas últimas pueden incrementar su transmisión debido a la inflamación que provoca a nivel urogenital.

Con menor frecuencia, también es posible la transmisión por toallas húmedas, agua de baño o vasos de inodoro previamente contaminados. El parásito puede vivir hasta 24 horas en ambientes al aire libre si las condiciones son favorables.

En las mujeres, la tricomoniasis puede aumentar el riesgo de contraer el VIH al tener relaciones sexuales con una pareja que es portadora del virus del SIDA. Por otro lado, la tricomoniasis puede aumentar el riesgo de transmitir el VIH de una mujer con SIDA a ella o su pareja.

Tratamiento y prevención

El tratamiento se basa en la administración oral de un antibiótico antiparasitario de la familia de los nitroimidazol (metronidazol, tinidazol, etc.). El tratamiento puede ser monodosis (tratamiento “minuto”) o tomarse durante varios días según los síntomas, sin consumir alcohol durante el tratamiento. Durante el primer trimestre del embarazo, es preferible administrar tratamiento local (óvulos, crema) aunque no existe contraindicación para tomar nitroimidazoles orales.

En el caso de la lactancia, se recomienda interrumpirlo durante la duración del tratamiento y 24 horas después de finalizado este último.

En todos los casos, incluso en ausencia de síntomas, se recomienda tratar a la (s) pareja (s) de la persona infectada. No existe una vacuna para prevenir la infección por Trichomonas Vaginalis. La prevención se basa en la protección de las relaciones sexuales.

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