El voluntariado protege contra la demencia

¿Con qué nos ayuda a asociarnos? Con la satisfacción del voluntario y la alegría de la persona a la que ayudó. no es todo Las últimas investigaciones muestran que al ayudar, ganamos más que solo sentirnos mejor. El voluntariado protege contra… la demencia.

El estudio británico abarcó a más de 9 personas de 33 a 50 años. Los expertos recopilaron información sobre su participación en actividades en beneficio de la comunidad local como parte del trabajo voluntario, grupo religioso, grupo vecinal, organización política o tratando de resolver algunos problemas sociales.

A la edad de 50 años, todos los sujetos se sometieron a pruebas estandarizadas de rendimiento mental, incluidas pruebas de memoria, pensamiento y razonamiento. Resultó que los que estaban involucrados tenían puntajes ligeramente más altos en estas pruebas.

Esta relación persistió incluso cuando los científicos incluyeron los efectos beneficiosos de la educación superior o una mejor salud física en su análisis.

Como subrayan, no se puede afirmar de forma unívoca que es el voluntariado el que contribuye directamente a un mayor rendimiento intelectual en la mediana edad.

Ann Bowling, directora de la investigación, enfatiza que el compromiso social puede ayudar a las personas a mantener sus habilidades sociales y de comunicación, lo que podría proteger mejor el cerebro y ralentizar el proceso de envejecimiento, por lo que vale la pena animar a las personas a hacer esto.

El Dr. Ezriel Kornel, neurocirujano del Weill Cornell Medical College de Nueva York, tiene una opinión similar. Sin embargo, enfatiza que las personas socialmente activas son un grupo muy especial de personas. A menudo se caracterizan por una gran curiosidad por el mundo y habilidades intelectuales y sociales relativamente altas.

Sin embargo, debe recordarse que el voluntariado por sí solo no es suficiente para disfrutar de la eficiencia intelectual por más tiempo. El estilo de vida y el estado de salud, es decir, si sufrimos diabetes o hipertensión, son de gran importancia. La investigación muestra que los mismos factores que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular contribuyen al desarrollo de la demencia.

Además, existe una creciente evidencia de que el ejercicio tiene un efecto beneficioso directo sobre la función cerebral, agrega el Dr. Kornel. Su efecto beneficioso se observó incluso en personas con deterioro cognitivo leve, mientras que el entrenamiento de habilidades mentales no dio tan buenos resultados.

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