Psicología

Darse cuenta de la inevitabilidad de la separación y la completa incertidumbre del futuro no es una prueba fácil. La sensación de que la propia vida se te escapa de las manos crea una sensación de profunda ansiedad. Susanne Lachman, psicóloga clínica, reflexiona sobre cómo sobrevivir a este doloroso momento de espera del final.

Cuando una relación termina, todo lo que antes parecía conocido y obvio pierde toda claridad. Ese vacío que forma la brecha necesita ser llenado y nos hace buscar febrilmente razones y justificaciones para lo que sucedió, así es como tratamos de hacer frente, al menos parcialmente, a la incertidumbre.

La pérdida, cuya magnitud es a veces difícil de imaginar, inquieta y provoca un gran malestar. Sentimos miedo y desesperación. Esta sensación de vacío es tan insoportable que no nos queda más remedio que buscar al menos algún sentido a lo que está pasando.

Sin embargo, el vacío es tan grande que ninguna explicación será suficiente para llenarlo. Y no importa cuántas acciones de distracción nos inventemos, la carga que tenemos que arrastrar seguirá siendo insoportable.

En una situación en la que no tenemos control sobre el resultado, esperar el momento en que podamos exhalar y sentirnos mejor o volver al estado original junto con una pareja es casi una cuestión de vida o muerte. Estamos esperando el veredicto, solo eso determinará lo que está sucediendo o sucedió entre nosotros. y finalmente sentirse aliviado.

Esperar la inevitable ruptura es lo más difícil en una relación.

En este vacío, el tiempo pasa tan lentamente que estamos literalmente atrapados en interminables diálogos con nosotros mismos sobre lo que nos espera. Sentimos una necesidad urgente de averiguar de inmediato si hay una manera de volver a conectar con una (ex) pareja. Y si no, ¿dónde está la garantía de que alguna vez mejoraremos y podremos amar a alguien más?

Desafortunadamente, no hay forma de predecir lo que sucederá en el futuro. Esto es increíblemente doloroso, pero tenemos que admitir que por el momento no hay respuestas que puedan calmar o llenar el vacío dentro de nosotros, el mundo exterior no existe.

Esperar la inevitable ruptura es lo más difícil en una relación. Esperamos sentirnos mejor como resultado de lo que ya es insoportablemente preocupante en sí mismo.

Trate de aceptar lo siguiente.

En primer lugar: ninguna solución, sea la que sea, puede aliviar el dolor que ahora sentimos. La única forma de enfrentarlo es admitir que las fuerzas externas no pueden apaciguarlo. Más bien, la conciencia de su inevitabilidad en este momento ayudará.

En lugar de buscar salidas que no existen, trate de convencerse de que está bien sentir dolor y tristeza en este momento, que es una respuesta natural a la pérdida y una parte integral del proceso de duelo. Ser consciente del hecho de que tienes que soportar lo desconocido para sentirte mejor te ayudará a soportarlo.

Créeme, si lo desconocido sigue siendo desconocido, hay una razón para ello.

Ya puedo escuchar las preguntas: “¿Cuándo terminará esto?”, “¿Cuánto tendré que esperar?” Respuesta: tantos como necesites. Poco a poco, paso a paso. Solo hay una forma de calmar mi ansiedad frente a lo desconocido: mirar dentro de ti y escuchar: ¿estoy mejor hoy que ayer o hace una hora?

Solo nosotros mismos podemos saber cómo nos sentimos, comparándolos con nuestros sentimientos anteriores. Esta es solo nuestra experiencia personal, que solo nosotros mismos somos capaces de vivir, en nuestro propio cuerpo y con nuestra propia comprensión de las relaciones.

Créeme, si lo desconocido sigue siendo desconocido, hay una razón para ello. Uno de ellos es ayudarnos a deshacernos del prejuicio de que es anormal o incorrecto sentir un dolor tan agudo y miedo al futuro.

Nadie lo dijo mejor que el músico de rock Tom Petty: «La espera es la parte más difícil». Y las respuestas que estamos esperando no nos llegarán de fuera. No te desanimes, supera el dolor gradualmente, paso a paso.

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