¿Qué nos puede enseñar el océano?

La vida es como el océano: nos mueve, nos moldea, nos sostiene y nos despierta al cambio, a nuevos horizontes. Y, en definitiva, la vida nos enseña a ser como el agua: fuerte, pero tranquila; persistente pero suave; además de flexible, hermosa.

¿Qué sabiduría puede traernos el poder del océano?

A veces, las “grandes olas” de la vida nos llevan en una dirección que no sabíamos que teníamos. A veces parece que el “agua” ha llegado a un estado de calma, calma. A veces las “olas” golpean tan fuerte que tenemos miedo de que se lleven todo lo que tenemos. Esto es exactamente lo que se llama vida. Estamos constantemente avanzando, no importa cuán rápido. Siempre estamos en movimiento. La vida está en constante cambio. Y ya sea que esté alto o bajo en cualquier momento de su vida, todo es relativo y puede cambiar por completo en un segundo. Lo único que permanece invariable es el cambio en sí.

Hay una metáfora interesante: “No hay nada más hermoso que ver que el océano nunca se detiene en su camino para besar la orilla, no importa cuántas veces falle”. Cree que hay algo por lo que vale la pena luchar en la vida, no importa cuántas veces fracases. Si en algún momento te das cuenta de que esto no es lo que realmente necesitas, déjalo ir. Pero antes de llegar a este entendimiento, no abandones el camino.

No podemos saber todo lo que hay en las profundidades sin fondo de nuestro “océano”, en nosotros mismos. Estamos en constante crecimiento, cambiando, a veces ni siquiera aceptamos algún lado de nosotros mismos. Es importante sumergirse en tu mundo interior de vez en cuando para explorarte a ti mismo y tratar de entender quiénes somos realmente.

Habrá momentos en tu vida en los que te sentirás como si estuvieras “congelado”, atrapado en algo. Todo se desmorona, las cosas no salen según lo planeado. Recuerda: no importa cuán severo sea el invierno, la primavera llegará tarde o temprano.

El océano no existe por sí solo. Es parte de la piscina del mundo entero y, tal vez, del universo. Lo mismo se aplica a cada uno de nosotros. No vinimos a este mundo como una célula separada, sin conexión con el mundo, para vivir la vida por nosotros mismos y marcharnos. Somos parte de una imagen completa más grande que juega un papel esencial en la configuración de esta imagen llamada "el mundo", sin importar cuál sea el papel en sí.

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