Psicología

Hoy, solo los perezosos no se hacen un tatuaje, y muchos no se detienen en un dibujo. ¿Qué es, ansia de belleza o adicción? ¿La influencia del medio ambiente o un homenaje a la cultura moderna? El psicólogo comparte sus pensamientos.

Según el psicólogo Kirby Farrell, solo se puede hablar de adicción cuando una persona experimenta un deseo fuerte e insuperable que le impide llevar una vida normal. El tatuaje es ante todo un arte. Y cualquier arte, desde la cocina hasta la creatividad literaria, hace que nuestra vida sea más bella y significativa.

Los tatuajes atraen la atención de los demás, lo que aumenta nuestra autoestima. Nos sentimos orgullosos de compartir esta belleza con ellos. Pero el problema es que toda obra de arte es imperfecta y su encanto no es infinito.

Pasa el tiempo y el tatuaje se vuelve familiar tanto para nosotros como para los demás. Además, la moda está cambiando. Si el año pasado todo el mundo se pinchaba con jeroglíficos, hoy, por ejemplo, las flores pueden estar de moda.

Es aún más triste si un tatuaje con el nombre de una expareja nos recuerda regularmente una ruptura. También sucede que las personas simplemente se aburren con sus tatuajes, que ya no se corresponden con su visión de la vida.

De una forma u otra, en algún momento, el tatuaje deja de gustar

Se vuelve indiferente a nosotros o provoca emociones negativas. Pero recordamos la emoción que sentimos cuando lo hicimos por primera vez, y queremos experimentar esas emociones nuevamente. La forma más fácil de sentir alegría y despertar la admiración de los demás es hacerse un nuevo tatuaje. Y luego otro, y así sucesivamente hasta que no queden lugares libres en el cuerpo.

Tal adicción, por regla general, ocurre en personas que perciben la belleza como algo tangible y no como una experiencia espiritual. Fácilmente se vuelven dependientes de las opiniones de los demás, la moda y otros factores externos.

Algunos creen que en el proceso de hacerse un tatuaje en el cuerpo sube el nivel de endorfina y adrenalina, lo que significa que su elección está influenciada por la neurofisiología. Sin embargo, mucho depende de la persona misma. Diferentes personas perciben los mismos eventos de manera diferente.

Para algunas personas, la visita al dentista es algo común, mientras que para otras es una tragedia.

A veces las personas se hacen tatuajes para experimentar dolor. El sufrimiento hace que sus impresiones sean más fuertes y significativas. Por ejemplo, los musulmanes chiítas o los santos medievales se estigmatizan deliberadamente, mientras que los cristianos cantan los tormentos de la crucifixión.

No tienes que ir muy lejos para encontrar ejemplos y recuerda que algunas mujeres se depilan regularmente el área del bikini porque creen que aumenta el placer sexual.

Tal vez considere hacerse un tatuaje una prueba de su propio coraje. Esta experiencia es muy valiosa para usted, siempre que recuerde el dolor y los demás presten atención al tatuaje.

Gradualmente, los recuerdos se vuelven menos vívidos y la importancia del tatuaje disminuye.

Nos adaptamos a diario a una vida cambiante. Y el arte es una de las herramientas de adaptación. Hoy, sin embargo, el arte es competitivo. Hay una moda por la pintura, la poesía y el interiorismo. Y en la búsqueda de la moda, obtenemos belleza cliché y arte monótono.

Las marcas nos manipulan a través de la publicidad. Y pocas personas pueden resistirse a esto, porque entienden que la verdadera belleza está en lo más profundo. Vivimos en un mundo de estereotipos que nos imponen la televisión e Internet. Nos preocupa más el número de amigos virtuales que la calidad de las relaciones reales.

Al hacernos nuevos tatuajes, nos convencemos de que ahora nos vemos más modernos o más hermosos. Pero esto es sólo belleza superficial.

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