¿Por qué le mentimos a un psicoterapeuta?

¿De qué sirve engañar a una persona a la que le pagas en base a su atención y ayuda? Es completamente contraproducente, ¿verdad? Sin embargo, según un importante estudio publicado en Counseling Psychology Quarterly, el 93 % de los clientes admiten haberle mentido a su terapeuta en algún momento. La psicoanalista Susan Kolod analiza las razones de tal comportamiento ilógico.

1. Vergüenza y miedo al juicio

Esta es la razón más común por la que los clientes le mienten a un terapeuta. Por cierto, la mayoría de las veces mentimos a nuestros seres queridos por la misma razón: por vergüenza y miedo a la condena. Hacer trampa puede involucrar el uso de drogas, encuentros sexuales o románticos y otros comportamientos que la persona siente que están mal. A veces se refiere a pensamientos y fantasías extrañas que tiene.

María, de 35 años, a menudo se sentía atraída por hombres que no estaban disponibles. Tuvo varios encuentros emocionantes con tales socios, que no condujeron a una relación real y dejaron un sentimiento de devastación y decepción. Cuando María tuvo una aventura con un hombre casado, el terapeuta expresó su preocupación, pero María lo tomó como una condena. Sin siquiera darse cuenta de lo que estaba haciendo, dejó de hablarle al terapeuta sobre sus encuentros con esta persona. Al final, surgieron omisiones, y María y el psicólogo pudieron resolver este problema.

2. Desconfianza o relación difícil con el terapeuta

Trabajar con un psicoterapeuta despierta sentimientos y recuerdos muy dolorosos. Puede ser difícil hablar de ellos con cualquiera. Como sabes, una de las reglas básicas de la terapia es «di lo que se te ocurra». Pero en realidad, esto es más difícil de hacer de lo que parece, especialmente si la experiencia de la traición ha quedado atrás y es difícil confiar en las personas.

La confianza debe establecerse entre usted y el psicólogo en una etapa temprana. Debes sentir que el especialista te respeta y está abierto a las críticas. A menudo, la relación terapéutica adquiere una carga emocional. Puede darse cuenta de que ama o incluso odia a su terapeuta. Estos fuertes sentimientos son difíciles de expresar directamente.

Si notas que no te resulta fácil abrirte, que no confías en esta persona, plantea este tema en tu próxima consulta. Ha pasado algún tiempo, pero el sentimiento persistió? Entonces podría valer la pena buscar un nuevo especialista. La verdadera causa de sus problemas y la clave para su solución se revelarán solo en una relación de confianza con el terapeuta.

3. Mientete a ti mismo

A menudo, el cliente intenta decir la verdad, pero no puede aceptar la verdad sobre sí mismo o sobre alguien cercano a él. Todos venimos a terapia con una idea prefabricada de nosotros mismos. En el proceso de trabajo, esta imagen cambia, comenzamos a notar nuevas circunstancias que quizás no queramos ver.

April vino a terapia porque había estado deprimida durante meses y no sabía por qué. Al poco tiempo compartió con el terapeuta los detalles de la relación con su esposo. Ella se quejó de que él se iba todas las noches y regresaba tarde a casa y sin ninguna explicación.

Un día, April encontró un condón usado en un bote de basura. Cuando le contó esto a su esposo, él respondió que decidió probar un condón de otro fabricante para ver si encajaba. April aceptó esta explicación sin dudarlo. Le dijo al terapeuta que tenía plena confianza en su marido. Al notar la mirada escéptica del especialista, se apresuró a convencerlo nuevamente de que no dudaba ni un segundo de su esposo. Era obvio para la terapeuta que el esposo de April la estaba engañando, pero ella no estaba lista para admitirlo; en otras palabras, April se estaba mintiendo a sí misma.

4. Falta de reconciliación de los hechos y conexión

Algunos pacientes pueden no ser completamente sinceros, no porque quieran ocultar algo, sino porque no han superado traumas pasados ​​y no ven su impacto en la vida. Yo lo llamo un fracaso en poner los hechos juntos.

Misha, por ejemplo, no podía entablar una relación: no confiaba en nadie, siempre estaba en guardia. No admitió ante un psicoterapeuta que su madre sufría de alcoholismo, que no era confiable y que no estaba emocionalmente disponible. Pero lo ocultó sin ninguna intención: simplemente no vio ninguna conexión entre estas circunstancias.

Esto no es una mentira per se, sino una falla en conectar los hechos y completar el cuadro. Misha es consciente de que le resulta difícil confiar en alguien, y también es consciente de que su madre sufría de alcoholismo, pero separa cuidadosamente estas circunstancias.

¿Funcionará la terapia si mientes?

La veracidad rara vez es blanco y negro. Siempre hay cosas en la vida de las que nos alejamos, voluntaria o involuntariamente. Hay eventos y circunstancias que causan vergüenza, vergüenza o ansiedad que ni siquiera podemos admitir ante nosotros mismos, y mucho menos ante el terapeuta.

Si te das cuenta de que hay ciertas cosas que aún no estás listo para discutir, es recomendable que le digas a un especialista sobre esto. Juntos pueden tratar de entender por qué le duele o le cuesta hablar de ello. En algún momento, probablemente podrá compartir esta información.

Pero algunos problemas toman tiempo. En el caso de April, por ejemplo, la verdad solo salió a la luz después de varios años de trabajar con un terapeuta.

Si notas que te escondes o mientes cada vez más, díselo al psicólogo. A menudo, el mismo acto de sacar a relucir el tema ayuda a clarificar y eliminar los obstáculos que impiden abrirse.


Fuente: psicologíatoday.com

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