“Tu tiempo se acabó”: por qué la sesión con un psicoterapeuta es tan corta

¿Por qué la “hora terapéutica” dura menos de lo habitual, solo 45-50 minutos? ¿Por qué el terapeuta necesita esto y cómo se beneficia el cliente? Los expertos explican.

Para las personas que deciden buscar ayuda terapéutica por primera vez, la noticia de cuánto dura una sesión suele ser desalentadora. Y realmente, ¿qué se puede hacer en menos de una hora? ¿Cómo es que la “hora terapéutica” dura tan poco?

“Hay varias teorías, y algunas incluso nos remiten a Freud”, explica la psicóloga y especialista en familia Becky Styumfig. “No hay consenso sobre esto, pero el hecho es que 45-50 minutos es el tiempo estándar que un terapeuta pasa con un cliente”. Hay una serie de razones para esto, tanto prácticas como psicológicas.

Logística

Esto es realmente más conveniente en términos de logística y para todos: tanto para el cliente, que puede hacer una cita con un especialista tanto antes del trabajo como inmediatamente después (y algunos incluso a la hora del almuerzo), como para el terapeuta que necesita 10-15 -Pausas de minutos entre sesiones para tomar notas de la sesión que acaba de terminar, volver a llamar a los que llamaron durante la sesión, contestar mensajes y, por último, simplemente beber agua y descansar.

“La sesión puede ser psicológicamente muy difícil para el propio especialista, y el descanso es la única oportunidad para exhalar y recuperarse”, explica la psicoterapeuta Tammer Malati. “Esta es la única oportunidad de reiniciar, “alejarse” del cliente anterior y sintonizarse mentalmente para encontrarse con el siguiente”, coincide Styumfig.

Algunos terapeutas incluso acortan las sesiones a 45 minutos o programan descansos de media hora entre pacientes.

El contenido de las reuniones.

Cuanto más corta sea la sesión, más significativa y “sustancial” será la conversación. Al darse cuenta de que tiene menos de una hora a su disposición, el cliente, por regla general, no entra en largas explicaciones. Además, de esta manera no tiene que volver a la experiencia dolorosa del pasado durante mucho tiempo. “De lo contrario, los clientes experimentarían un nuevo trauma y difícilmente asistirían a la siguiente reunión”.

“Una hora o más a solas con tus emociones, en su mayoría negativas, es demasiado para la mayoría. Después de eso, les cuesta volver a las actividades cotidianas, y más aún al trabajo”, explica la psicoterapeuta Brittany Bufar.

Esta duración contribuye a la formación de límites entre el terapeuta y el cliente. Stumfig señala que una sesión de 45 o 50 minutos le permitirá al terapeuta permanecer objetivo, sin juzgar, sin profundizar demasiado en los problemas del cliente y sin tomarlos en serio.

Uso eficiente del tiempo

Durante las reuniones breves, ambas partes intentan aprovechar al máximo el tiempo del que disponen. “Así es como tanto el cliente como el terapeuta llegan más rápido al meollo del problema. Cualquier pequeña charla sería un uso imprudente del tiempo, que es notoriamente costoso”, explica Stümfig.

Si el cliente entiende que su problema es global y es poco probable que se resuelva en una sesión, esto lo motiva, junto con el terapeuta, a buscar soluciones prácticas locales, técnicas que se pueden “quitar” y utilizar hasta la próxima sesión. .

“Cuanto más tiempo tenemos, más nos lleva llegar al meollo del problema”, dice Laurie Gottlieb, psicoterapeuta y autora de Quizás deberías hablar con alguien. Además, al final de una sesión más larga, tanto el cliente como el terapeuta pueden experimentar fatiga o incluso agotamiento. En general, el formato de sesiones de media hora es adecuado para los niños: concentrarse incluso durante 45-50 minutos es demasiado difícil para la mayoría de ellos.

Asimilación de la información

La terapeuta familiar Saniya Mayo compara las sesiones de terapia con las lecciones de la escuela secundaria. Durante la lección, el estudiante recibe cierta cantidad de información sobre un tema en particular. Esta información todavía necesita ser “digerida” y memorizada los puntos principales para poder hacer la tarea.

“Puede estirar la sesión durante cuatro horas; la única pregunta es qué sacará el cliente y qué recordará de esto”, explica Mayo. "Es difícil 'digerir' demasiada información, lo que significa que es difícil obtener algún beneficio práctico de ella". Entonces, cuando los clientes dicen que una sesión a la semana no es suficiente para ellos, el terapeuta generalmente sugiere aumentar la frecuencia de las sesiones, no la duración de cada sesión.

“Me parece que el efecto de dos sesiones cortas será mayor que uno largo. Es como dos comidas pequeñas en momentos diferentes en lugar de una comida abundante”, comenta Gottlieb. – El almuerzo demasiado abundante no se digerirá normalmente: el cuerpo necesita tiempo, pausas entre “comidas”.

Aplicación de los conocimientos adquiridos.

En terapia, es importante no solo lo que aprendimos en la sesión, con qué ideas la dejamos, sino también lo que hicimos entre reuniones con el terapeuta, cómo aplicamos los conocimientos y habilidades adquiridas.

“Es importante, no la duración de las sesiones”, asegura Styumfig. – El cliente debe trabajar no solo en las reuniones con el terapeuta, sino también entre ellos: reflexionar, rastrear su comportamiento, tratar de aplicar nuevas habilidades psicológicas que le enseñó el especialista. Toma tiempo que la información recibida sea asimilada y que comiencen cambios positivos”.

¿PUEDE UNA SESIÓN MÁS LARGA?

Aunque una sesión de 45-50 minutos se considera estándar, cada psicoterapeuta es libre de determinar la duración de las reuniones. Además, trabajar con parejas y familias suele llevar al menos una hora y media. “Todos deberían tener tiempo para hablar y reflexionar sobre lo que escuchan”, explica la terapeuta familiar Nicole Ward. Una reunión individual también puede llevar más tiempo, especialmente si el cliente se encuentra en un estado de crisis aguda.

Algunos terapeutas también dedican más tiempo a la primera reunión para recopilar la mayor cantidad de información posible, identificar correctamente el problema y ayudar al paciente a formular una solicitud.

En cualquier caso, si sientes que, a pesar de los argumentos anteriores, necesitas más tiempo, no dudes en hablar con un especialista al respecto. Juntos seguramente encontrarán una opción que se adapte a ambos.

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