Psicología

¿Critica a su cónyuge, rara vez se da cuenta de sus esfuerzos por el bien de la familia y hace mucho tiempo que no tiene relaciones sexuales? Entonces es hora de que admitas que tu matrimonio se ha resquebrajado. La psicoterapeuta Crystal Woodbridge identifica varios signos por los cuales se puede identificar una crisis en una pareja. Si estos problemas no se resuelven, pueden conducir al divorcio.

Los problemas causados ​​por circunstancias estresantes (cambio de trabajo, mudanza, condiciones de vida apretadas, adición a la familia) son bastante fáciles de resolver. Pero si se ignoran, darán lugar a problemas más graves de la lista a continuación. Estas señales no son una sentencia de divorcio. Mientras ambos estén enfocados en mantener la relación, hay esperanza.

1. No hay armonía en la vida sexual

El sexo raro no es motivo para un proceso de divorcio. Desajuste peligroso de necesidades. Si necesitas más o menos sexo que tu pareja, surgen problemas. En todos los demás casos, no importa lo que otros hagan o dejen de hacer. Lo principal es que tú y tu pareja seáis felices. Si no existen contraindicaciones psicosexuales o médicas en la pareja, la falta de sexo suele señalar problemas más profundos en la relación.

2. Rara vez se reúnen

Las citas por la noche son un elemento opcional del programa. El hecho de que no tengas una cita no significa que la relación esté condenada al fracaso. Sin embargo, pasar tiempo juntos es importante. Pueden salir a caminar, ver películas o cocinar juntos. Con esto le dices a tu cónyuge: «Tú eres importante para mí». De lo contrario, corre el riesgo de alejarse el uno del otro. Si no pasan tiempo juntos, no saben lo que está pasando con su pareja. Se acaba perdiendo la cercanía afectiva que os convierte en pareja de enamorados.

3. No te sientas agradecido por tu pareja

Apreciarse unos a otros y ser agradecidos es igualmente importante. Si estas cualidades desaparecen o no estaban allí inicialmente, estarás en un gran problema. No son los grandes gestos los que importan, sino las pequeñas fichas diarias. Dile a tu esposo: “Realmente aprecio que trabajes tan duro por la familia”, o simplemente prepárale una taza de té.

Las críticas frecuentes de un compañero se perciben como un insulto personal.

Psicólogos del Instituto Gottman especialistas en terapia de pareja han identificado a los «4 Jinetes del Apocalipsis» que es importante conocer. Los psicólogos prestan atención a estas señales durante la terapia, son típicas de parejas con problemas graves. Para superar estas dificultades, las parejas deben reconocerlas y trabajar para superarlas.

4. Critica a tu pareja

Las críticas frecuentes de un compañero se perciben como un insulto personal. Con el tiempo, esto se traduce en resentimiento y resentimiento.

5. Muestra desprecio por tu pareja

Lidiar con este problema es difícil, pero posible. Tendrás que identificarlo, reconocerlo y prepararte para trabajar en ello. Si uno de los socios constantemente desprecia al otro, no tiene en cuenta su opinión, se burla, sarcásticamente y suelta púas, el segundo comienza a sentirse indigno. El desprecio a menudo sigue a la pérdida de respeto.

6. No admitas tus errores

Si los socios no pueden ponerse de acuerdo porque uno o ambos cambian a un comportamiento defensivo, esto es un problema. No se escucharán y eventualmente perderán el interés mutuo. La comunicación es la clave para resolver cualquier problema de relación. El comportamiento defensivo conduce a la búsqueda de culpables. Todos se ven obligados a defenderse con un ataque: «Hiciste esto» — «Sí, pero hiciste aquello». Te resientes, y el diálogo se convierte en una batalla.

No queremos escuchar lo que nos dicen porque tenemos miedo de admitir el problema.

Estás tan ocupado protegiéndote que te olvidas de resolver el verdadero problema. Para salir del círculo vicioso, deben detenerse, mirar la situación desde un lado, darse espacio y tiempo para hablar y ser escuchados.

7. Ignorar los problemas

Uno de los socios se aleja, se niega a hablar con el segundo y no permite que se resuelva el problema. Por lo general, no queremos escuchar lo que nos dicen porque tenemos miedo de admitir el problema, de escuchar la verdad, o tenemos miedo de no poder manejarlo. Al mismo tiempo, el segundo compañero está tratando desesperadamente de hablar. Incluso puede causar una pelea para que el primero reaccione. Como resultado, las personas se encuentran en un ambiente terrible. Una persona que es ignorada se vuelve temerosa de cualquier disputa, solo para no provocar un nuevo boicot. Después de eso, muere la esperanza de una restauración de las relaciones.

Fuente: The Guardian

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