Psicología

La vida familiar no siempre es como unas vacaciones. Los cónyuges se enfrentan a diversas pruebas. Sobrevivir a ellos y permanecer juntos no es tarea fácil. La periodista Lindsey Detweiler comparte su secreto personal para un largo matrimonio.

Recuerdo estar de pie frente al altar con un vestido de encaje blanco e imaginar un futuro maravilloso. Mientras recitábamos nuestros votos frente a familiares y amigos, miles de imágenes felices pasaron por nuestras mentes. En mis sueños, dábamos románticos paseos por la costa y nos dábamos tiernos besos. A los 23 años pensaba que el matrimonio era pura felicidad y placer.

Cinco años han pasado rápido. Los sueños de una relación ideal se disiparon. Cuando peleamos y nos gritamos por un bote de basura desbordado o por facturas impagas, olvidamos las promesas que hicimos en el altar. El matrimonio no es solo un momento brillante de felicidad capturado en una foto de boda. Como otras parejas, hemos aprendido que el matrimonio nunca es perfecto. El matrimonio no es fácil y, a menudo, no es divertido.

Entonces, ¿qué nos mantiene tomados de la mano mientras caminamos por el viaje de la vida?

La capacidad de reírse juntos y no tomarse la vida demasiado en serio hace que un matrimonio siga adelante.

Algunos dirán que esto es amor verdadero. Otros responderán: este es el destino, estamos hechos el uno para el otro. Aún otros insistirán en que es una cuestión de perseverancia y perseverancia. En libros y revistas, puede encontrar muchos consejos sobre cómo mejorar un matrimonio. No estoy seguro de que ninguno de ellos esté funcionando un XNUMX%.

Pensé mucho en nuestra relación. Me di cuenta de que hay un factor importante que afecta el éxito de nuestro matrimonio. Nos ayuda a mantenernos conectados, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Ese factor es la risa.

Mi esposo y yo somos diferentes. Estoy acostumbrado a planificar todo y seguir las reglas con diligencia. Es rebelde, piensa con libertad y actúa según su estado de ánimo. Él es extrovertido y yo más introvertida. El gasta dinero y yo ahorro. Tenemos diferentes opiniones sobre casi todos los temas, desde la educación hasta la religión y la política. Las diferencias hacen que nuestra relación nunca sea aburrida. Sin embargo, tenemos que hacer concesiones y, a veces, resolver conflictos difíciles.

El elemento que nos une es el sentido del humor. Desde el primer día, nos hemos estado riendo todo el tiempo. Encontramos los mismos chistes divertidos. El día de la boda, cuando el pastel se deshizo y se cortó la luz, hicimos lo que pudimos: nos echamos a reír.

Alguien dirá que el sentido del humor no garantiza la felicidad en el matrimonio. No estoy de acuerdo con esto. Creo que la capacidad de reírse juntos y no tomarse la vida demasiado en serio hace que un matrimonio siga adelante.

Incluso en los peores días, la capacidad de reír nos ayudó a seguir adelante. Por un momento, nos olvidamos de los malos eventos y notamos el lado positivo, y esto nos hizo más cercanos. Superamos obstáculos insuperables cambiando nuestra actitud y haciéndonos sonreír.

Hemos cambiado, pero seguimos creyendo en las promesas de amor eterno, los votos y el sentido del humor compartido.

Durante las peleas, el humor suele aliviar la tensión. Esto ayuda a descartar las emociones negativas y a ir al núcleo del problema, a encontrar un lenguaje común.

Reír con un compañero parece que podría ser más fácil. Sin embargo, esto implica un nivel profundo de relación. Capto su mirada desde el otro lado de la habitación y sé que nos reiremos de esto más tarde. Nuestras bromas son prueba de lo bien que nos conocemos. Nos une no solo la capacidad de bromear, sino también la capacidad de entendernos en un nivel fundamental.

Para que un matrimonio sea feliz, no basta con casarse con un hombre alegre. Intercambiar cosas con alguien no significa encontrar un alma gemela. Y sin embargo, sobre la base del humor, se puede construir una intimidad profunda.

Nuestro matrimonio está lejos de ser perfecto. A menudo juramos, pero la fuerza de nuestra relación está en el humor. El secreto principal de nuestro matrimonio de 17 años es reírnos lo más posible.

No somos como las personas que una vez se pararon en el altar y juraron amor eterno. Hemos cambiado. Aprendimos cuánto esfuerzo se necesita para permanecer juntos durante las pruebas de la vida.

Pero a pesar de esto, seguimos creyendo en las promesas de amor eterno, los votos y el sentido común del humor.

Deje un comentario