Ultrasonido abdominal

Ultrasonido abdominal

La ecografía abdominal, una prueba de imágenes médicas de uso común, se puede recetar en muchas situaciones porque es una forma sencilla, indolora y segura de examinar los órganos sólidos en el abdomen y la región pélvica.

¿Qué es la ecografía abdominal?

La ecografía abdominal se basa en el uso de la ecografía: enviados por la sonda, se reflejan en las paredes de los órganos y producen un eco, cuyo retorno permite obtener imágenes.

La ecografía se utiliza para explorar órganos en el abdomen que son sólidos o contienen líquido (hígado, páncreas, vesícula biliar, conductos biliares, riñones, bazo), vasos sanguíneos y órganos en la pelvis para la ecografía abdominopélvica: útero y ovarios en mujeres, próstata y seminal vesículas en los hombres.

Permite detectar masas abdominales anormales (ganglio, cálculo) y distinguir una masa sólida de una masa líquida (quiste por ejemplo).

¿Cómo va la ecografía abdominal?

La ecografía abdominal se realiza en un hospital o en un consultorio de radiología, por un médico, radiólogo o partera (para la ecografía del embarazo). Es un examen indoloro y no requiere ningún tipo de preparación, además de estar en ayunas durante al menos 3 horas. En determinadas situaciones, puede ser necesario tener la vejiga llena: esto se especificará en la receta.

La ecografía abdominal se realiza por vía transcutánea, es decir a través de la pared abdominal, más raramente endocavitaria (vagina o recto) para estar lo más cerca posible de la región a examinar. Se aplica un gel frío en el estómago para facilitar la transmisión del ultrasonido. Luego, el médico pasa la sonda de ultrasonido en el estómago, con el fin de obtener varias imágenes transversales retransmitidas en una pantalla.

¿Cuándo realizar una ecografía abdominal?

Se puede solicitar una ecografía abdominal en presencia de dolor abdominal. Permite diagnosticar diversas patologías en los distintos órganos del abdomen:

  • piedras de la vesícula biliar;
  • cirrosis, hígado graso, quiste, tumor del hígado;
  • dilatación u obstrucción del tracto biliar;
  • pancreatitis, quistes en el páncreas, fibrosis;
  • fibrosis, necrosis, ruptura del bazo;
  • ganglios linfáticos intraabdominales (linfadenopatía);
  • trombosis de los vasos;
  • cálculos renales, agrandamiento del riñón;
  • ascitis (presencia de líquido en la cavidad abdominal).

Durante el embarazo, la ecografía abdominal permite seguir el buen crecimiento del feto y detectar determinadas anomalías morfológicas. En la monitorización clásica del embarazo, por tanto, se recomiendan tres ecografías.

Los resultados

Las imágenes y el informe de la ecografía se entregan el mismo día.

Dependiendo de los resultados de la ecografía, se pueden prescribir otros exámenes para aclarar el diagnóstico: escáner, resonancia magnética, laparoscopia.

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