Molestia: ¿cuáles son los efectos tóxicos de esta emoción?

Molestia: ¿cuáles son los efectos tóxicos de esta emoción?

Es una reacción muy común y humana: molestarse cuando un colega llega tarde, su hijo es estúpido, una palabra irritante de su pareja… las razones para enojarse y perder la paciencia a diario son infinitas. No tiene sentido mantener los sentimientos, incluso los negativos, en lo más profundo de uno mismo. Pero expresar enojo a menudo conlleva riesgos. ¿Los conocemos realmente? ¿Cuáles son los efectos en nuestro organismo de este estado nervioso? ¿Cómo limitarlos?

Molestarse, enojarse: ¿qué está pasando en nuestro cuerpo?

La ira a menudo se considera la peor emoción que podemos sentir, especialmente dados los efectos que se ven en nuestro cuerpo y en nuestro cerebro. Enfadarse, enfadarse, enfadarse, son emociones normales, pero que a la larga tienen repercusiones deletéreas en nuestra salud mental y física.

La ira, en primer lugar, causa importantes problemas digestivos:

  • inflamación gástrica (reflujo y acidez, úlceras);
  • diarrea.

También provoca dolores musculares, ya que el cuerpo está sometido a estrés o peligro, segregando luego adrenalina, una hormona que a la larga es dañina para nuestra serenidad y nuestra calma. Reservado por el cuerpo para situaciones importantes de estrés y peligro, si se secreta demasiado, la tensión muscular se acumula, especialmente en la espalda, los hombros y el cuello, provocando dolores y dolencias crónicas.

Nuestra piel también sufre los efectos nocivos de la ira: puede causar erupciones y picar.

Finalmente, órganos como el hígado, la vesícula biliar y el corazón también sufren efectos tóxicos:

  • riesgo de infarto;
  • enfermedades cardiovasculares;
  • arritmia;
  • Colapso.

Estos son posibles efectos para el corazón, en caso de enojo repetido y frecuente.

La producción excesiva de bilis y la congestión del hígado ocurren cuando se siente mal.

¿Cuáles son los efectos de la ira en nuestras mentes y nuestras relaciones?

Además de todos estos elementos médicos, la ira afecta profundamente nuestro equilibrio emocional y nuestra psique, a través del estrés crónico que induce.

Las consecuencias son numerosas:

  • con respecto a nuestra psique, la ira puede conducir a ansiedad, fobias y comportamientos compulsivos, aislamiento en uno mismo y potencialmente depresión;
  • en cuanto a nuestra mente, es enemiga de la concentración y la creatividad. No se puede progresar positivamente en un proyecto o en una obra repitiendo una molestia o un enfado. Al tomar toda su energía, le impide estar completamente en lo que está haciendo o queriendo hacer;
  • destruye la autoestima, ya que a veces la ira se redirige contra la persona que la siente. La persona, por tanto, se auto condena permanentemente;
  • está en el origen de la ruptura de nuestras relaciones (amigos, cónyuge, compañeros de trabajo, familia, etc.) y, por tanto, conduce al aislamiento y al comportamiento depresivo;
  • en la ira crónica, la persona tiende a usar productos más altamente adictivos, como cigarrillos y alcohol.

¿Cómo soltar tu ira?

Aristóteles dijo: “La ira es necesaria: no podemos forzar ningún obstáculo sin ella, sin que llene nuestra alma y caliente nuestro entusiasmo. Solo que no debe tomarse como capitana, sino como soldado. "

Crees que tienes más poder al sentir y dejar salir tu enojo, pero controlarlo y saberlo puede convertirlo en una ventaja. En primer lugar, hay que aceptar sentir ira y no actuar como si no existiera. En lugar de ceder a la tentación de gritar, romper cosas o descargar su enojo con otras personas, intente escribir las razones de su enojo o enojo.

Aprender a respirar, a través de la meditación o el yoga, también es una excelente manera de regular tus emociones y aprender a manejarlas.

Para preservar las relaciones, después de un golpe de nerviosismo, es recomendable admitir el exceso de emociones y pedir disculpas, observando lo que nos hizo dejarnos llevar, para evitar que vuelva a suceder.

¿Cuáles son los beneficios de la paciencia?

"La paciencia y el tiempo son más que fuerza o rabia" recuerda sabiamente a Jean de la Fontaine.

Para motivarnos a abandonar la ira por su paciencia antagonista, podemos interesarnos en los beneficios de esta última en nuestra mente y nuestro cuerpo.

Las personas que son pacientes por naturaleza son menos propensas a la depresión y la ansiedad. Más conscientes del momento presente, a menudo practican la gratitud por lo que tienen y se conectan fácilmente con los demás al sentir empatía.

Más optimistas y más contentos con su vida, los pacientes enfrentan desafíos con más resiliencia, sin desesperación ni abandono. La paciencia también ayuda a lograr proyectos y metas.

Capaces de relativizar y ver siempre el vaso medio lleno, las personas pacientes practican para sí y para los demás una forma de bondad y empatía que les permite paliar todas las pequeñas molestias de la vida cotidiana.

Para desarrollar esta virtud esencial, es necesario observar con otro ojo la situación en la que uno siente que la ira aumenta. ¿Realmente importa?

Luego, para practicar la atención plena, observar las emociones negativas sin juzgarlas. Finalmente, agradece todos los días por lo que tienes hoy.

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